Tras las fuertes subidas de ayer en Wall Street y esta madrugada en Asia, los inversores han recuperado la confianza en las bolsas europeas.
La esperanza de que la guerra comercial entre EE.UU. y China finalmente no se produzca ha servido de revulsivo y ha traído consigo un renovado apetito por los activos de riesgo: suben las bolsas y cae el oro.
En Europa las ganancias han ido desde el 1,5% en la bolsa alemana y británica hasta el 0,9% de la italiana. El Ibex ha sumado un 0,99% hasta los 9.473 puntos.
Las divisas le han dado un impulso adicional a los mercados europeos, aunque el motivo que ha propiciado la caída del euro respecto al dólar (hasta el 1,24) no es precisamente motivo de alegría. Los datos de confianza económica de Eurostat han sido incluso peores de lo esperado, cayendo ya por tercer mes consecutivo. También han defraudado las encuestas de confianza de industria y servicios, siendo la confianza del consumidor la única que cumplía con los pronósticos: repite en los 0,1 puntos y ronda sus niveles máximos desde el año 2001.
Con los datos macro echando el freno en la eurozona, parece lógico que también se estén enfriando las expectativas de subida de tipos. Esto explicaría el discreto comportamiento del sector bancario, donde en una jornada de subida del 1% para las bolas, Sabadell ha caído un -0,30% y Caixabank, BBVA y Santander han quedado rezagadas respecto al Ibex. Las mayores subidas del día han sido para REE (+2,59%), Cellnex (+2,40%) y Acerinox (+2,29%). En el lado contrario la mayor caída se ha producido en Siemens Gamesa (-2,63%).
La que estaba llamada a ser una Semana Santa aburrida y semifestiva, está siendo una de las más entretenidas del año. Más allá de los últimos episodios de volatilidad, hoy hemos contando con varias noticias a nivel corporativo como los resultados de H&M, la venta del negocio químico de Azko Nobel por 10.100 Mn€ o la compra por parte de GSK de la participación que tenía Novartis en su joint venture de productos de consumo, por un montante de 13.000 Mn$.
Las negociaciones privadas que dicen que se están llevando a cabo entre las autoridades estadounidenses y chinas podrían acabar siendo positivas para Wall Street, con varios sectores clave muy pendientes de su evolución. Las amenazas de la última semana podrían haber sido una estrategia de Donald Trump para ejercer presión y lograr su objetivo final de reducir el elevado déficit comercial con China, equivalente al 2% del PIB de EE.UU. La Administración Trump estaría ahora convenciendo a Pekín para modificar sus aranceles a la importación de coches, para abrir su mercado a los servicios financieros y buscando compromisos para que China compre semiconductores a fabricantes americanos. Con este telón de fondo, Wall Street abría sus puertas este martes prolongando el rebote iniciado en la sesión de ayer.
En el resto de mercados hemos visto al oro caer un -0,8%, al petróleo Brent estable en los 70 dólares y el mercado de bonos tranquilo. La rentabilidad del bono español se sitúa en el 1,23% y la prima de riesgo en los 73 puntos básicos.