La empresa ha trasladado sus oficinas centrales a unas modernas instalaciones en el norte de la capital.
BaRRa de Pintxos, la cadena de restaurantes y cervecerías, ha comenzado el ejercicio con un claro espíritu de renovación, que la compañía está aplicando a las diferentes áreas del negocio, con el objetivo de hacer frente al desarrollo que tiene previsto a medio plazo.
Dentro de este plan, la enseña ha decidido trasladar sus oficinas centrales a unas modernas instalaciones en el norte de la capital, con el espacio y los recursos necesarios para proporcionar a la red el soporte que requiere y albergar al nuevo equipo que se está haciendo cargo de la estrategia de crecimiento de la compañía.
Desde que comenzó el año se han incorporado a BaRRa de Pintxos Virgina Donado y Héctor Arocha, como directora general y director de operaciones, respectivamente, nombramientos que se verán reforzados con nuevos fichajes próximamente.
Del mismo modo, la enseña acaba de estrenar web, con un diseño y una estructura que también refleja la política de cambio con el que la marca ha comenzado el ejercicio. Y es que, además de proporcionar al cliente final toda la información de su interés en cuanto a los restaurantes y a la propuesta gastronómica, el nuevo espacio de Internet también está pensado para facilitar al potencial inversor y franquiciado los datos que necesita de la franquicia.
La cadena comercializa un modelo de negocio plenamente testado a través de sus establecimientos operativos. Una franquicia de fácil operativa y alta rentabilidad, pensada para un perfil emprendedor o inversor que requiere una inversión entre los 200.000 - 250.000 euros.
Desde sus inicios, BaRRa de Pintxos ha logrado hacerse un hueco en el competitivo sector de la restauración gracias a un concepto diferencial. Una amplia oferta gastronómica a base de pintxos, tapas y raciones, elaborados en el momento con el valor añadido de una cocina con horario ininterrumpido.
Un espacio moderno y acogedor diseñado para un público exigente que además de la gastronomía le gusta disfrutar del entorno, en un sitio de moda en el que el precio no suponga una barrera.