Según la Dra. Ana Casas, oncóloga y paciente de cáncer de mama, un paciente bien informado puede guiar los pasos del especialista y arrojar luz a otras personas en su misma situación y con una posición más vulnerable.
Un paciente de cáncer bien formado e informado sobre su enfermedad y todo lo que la rodea tiene en su mano la llave de acceso a herramientas de diagnóstico y a terapias más novedosas, tanto para sí mismo como para otras personas en su misma situación, ya que puede guiar los pasos tanto del especialista que trata su enfermedad como los de otros pacientes en posición más vulnerable que tienen miedo a saber y conocer los detalles de esta difícil dolencia.
“A veces lo mejor que puede tener un paciente a su lado es a otro con mayor ‘veteranía’ en el proceso, para guiarle y apoyarle, porque entre familiares y amigos es mucho más difícil encontrar comprensión”, afirmó la Dra. Ana Casas, oncóloga y paciente de cáncer de mama, que ha participado en el evento ‘Cáncer y empatía’, organizado en 25th Avenue (Madrid) por la compañía especializada en estudios genómicos oncológicos OncoDNA y por la publicación La Vida en Rosa (LVR). En él también han estado presentes Adriana Terrádez, directora de OncoDNA para España y Portugal; y Alicia, paciente de cáncer de pulmón.
El evento también ha servido para arrojar un poco de luz entre los presentes sobre nuevas técnicas de diagnóstico y seguimiento de la enfermedad, como los análisis genómicos y la biopsia líquida, con los que los especialistas en oncología pueden recabar mucha más información de sus pacientes y ofrecerles tratamientos más personalizados y certeros. “La genómica es un mundo que está empezando a despuntar y al que es recomendable acudir para ver si es necesario aplicar un tratamiento de quimioterapia, ya que no siempre es beneficioso para el paciente y pueden abrirse nuevas opciones de tratamientos más dirigidos, como es el caso de Alicia, a la que hace 3 años se le detectó una alteración en un gen que ha permitido que se beneficie de tratamientos específicos contra ese gen durante todo este tiempo y con buenísima respuesta”, aseguró Ana Casas, fundadora también de la asociación Actitud frente al cáncer, durante su intervención.
Como explicó Adriana Terrádez, los test genómicos son análisis que buscan analizar qué alteraciones tiene un tumor y se realizan sobre la biopsia más reciente que haya recogido, a ser posible en menos de un año para poder obtener unos resultados más rigurosos. Aunque algunos específicos para mama están financiados por el sistema público de salud, la mayoría tienen coste para el paciente, un precio que puede oscilar entre los 1.000 y los 3.000 euros, dependiendo de la cantidad de genes que sea necesario analizar.
“Mi oncólogo no conocía estas nuevas técnicas, fui yo la que se lo propuse y la que le puso en contacto con la empresa proveedora”, explicó Alicia, la paciente de cáncer de pulmón invitada a contar su vivencia.
“Tenemos relación con oncólogos de un gran número de centros de toda España. Casi todos son ya conscientes de la utilidad de estas herramientas y del ahorro que pueden generar, sobre todo evitando tratamientos innecesarios y de coste elevado. Nuestro objetivo es el de que estos estudios puedan hacerse en cualquier paciente y ayudar, si no a curar, al menos a cronificar el proceso a través de un seguimiento más exhaustivo útil para aplicar tratamientos más acertados”, comentó Adriana Terrádez, responsable de OncoDNA.
Durante el encuentro también se abordaron otras temáticas, como la necesidad de educar a la sociedad en general en la adopción de hábitos de vida y de alimentación mucho más saludables que pueden ayudarnos a evitar enfermedades no deseadas como el cáncer o la diabetes. También sobre la importancia de ofrecer apoyo psicológico al paciente y, aún más, a sus familiares más allegados, especialmente a los hijos y a los padres que se enfrentan a casos de cáncer infantil.