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La mejor temperatura para el vino tinto es entre los 16° y los 18° C mientras que para los blancos está entre 7° y 10° C

La mejor temperatura para el vino tinto es entre los 16° y los 18° C mientras que para los blancos está entre 7° y 10° C
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jueves 10 de mayo de 2018, 14:10h
Los vinos blancos, jóvenes y secos, no se deberían servir con menos de 7° o 10° C para respetar la personalidad de la bebida sin destacar el alcohol ni su acidez.
Ahora que el calor ya parece que coge fuerza, hay que tener en cuenta que el vino tiene que servirse a la temperatura correcta: no son iguales los grados que necesita el vino blanco que los del tinto o el rosado. Por ello, Corporación Vinoloa, empresa dedicada a la distribución de vino con marcas propias, ha recopilado las temperaturas óptimas.

La elección de la temperatura del vino no es al gusto. Hay que tener en cuenta que esta característica influirá a la hora de valorar y potenciar sus propiedades y si los grados son superiores a 20°, se potenciarán los alcoholes y los sabores dulces, según comenta la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU. Por el contrario, el organismo también asegura que, si el vino se encuentra a menos de 2°o 4°grados, los aromas apenas se percibirán mientras se acentúan los sabores ácidos.

“La temperatura del vino es fundamental para poder degustar todo lo que nos ofrece esta bebida tan rica en matices y tonalidades. Una temperatura inadecuada puede dar una sensación completamente equivocada del jugo que estamos bebiendo”, asegura Antonio Camacho, presidente de Corporación Vinoloa.

Entre 16° y 18° C para los vinos tintos

Los vinos tintos tienen que servirse con un margen de temperatura que oscila entre los 16° y los 18°C para que perduren todos sus matices y se perciban adecuadamente sus componentes. Con el calor, la evaporación del alcohol hace que los aromas más fuertes y menos agradables afloren.

En el caso de que se trate de un vino joven, la mejor opción es presentarlo entorno a los 12° y 15° C para poder apreciar su frescura y los matices florales que lo conforman. Pero, si se trata de vinos de crianza, se optará por aumentar los grados hasta los 16° y los 18° Cmientras que los de grandes añadas se sirven a 20° C.

Vinos blancos y rosados: frescos pero no fríos

Mucha gente afirma que, como el vino blanco se puede tomar con menos grados, lo pueden dejan en el congelador o la nevera para quese enfríe más rápido, pero es un gran error. Los vinos blancos, jóvenes y secos, no se deberían servir con menos de 7° o 10° C pues, de esta manera, mantienen la personalidad sin destacar el alcohol ni su acidez.

Cuando se busca disfrutar de la característica frutal de un vino blanco es aconsejable servirlo a 6° C. En el caso de los crianzas, lo mejor es que se encuentren entre los 10° y los 12° C, pues con menos temperatura se pierden los aromas complejos de roble. Las manzanillas y finos deben estar entre los 7° y 10° C.

Al igual que ocurre con los blancos, los vinos rosados más ligeros se deben de tomar a una temperatura inferior, que se sitúe entre los 5° y los 7° C.Los que tienen más cuerpo pueden llegar a los 9° C sin que afecte a la calidad de la bebida.

Además, es muy importante que el vino vaya cogiendo temperatura poco a poco y que no se conserve en el congelador para queesté perfecto para su consumo. Las mejores alternativas cuando se necesita que la temperatura disminuya en muy poco tiempo son una cubitera con hielo o una toalla húmeda.

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