En la asamblea general de socios, su presidente, Alberto Zoilo Alvarez, expresa la preocupación de los empresarios familiares en torno a la posible reversión de la reforma laboral de 2012 y el incremento de la ya fuerte presión fiscal.
Los empresarios familiares de Madrid han pedido al nuevo Gobierno que tenga cautela con las reformas y opte por mantener las normativas que han permitido superar las crisis. “Desde finales de 2013, el PIB ha crecido casi un 13% en términos acumulados, sobrepasando desde mediados de 2017 el nivel precrisis. Y este dinamismo de la actividad está siendo acompañado de una notable fortaleza en la creación de empleo. Por tanto, parecería aconsejable mantener lo que ha funcionado durante estos últimos años y ha contribuido a generar un ambiente de confianza y previsibilidad que necesitan los negocios para desarrollarse”, ha expuesto en presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Madrid (ADEFAM), Alberto Zoilo Alvarez, en su intervención ante la asamblea general de socios.
El presidente de ADEFAM expresó la preocupación de los empresarios familiares en torno a dos áreas muy sensibles para el desarrollo del tejido productivo. Por un lado, la posibilidad de que se revierta en parte la reforma laboral del año 2012, y por otro, un incremento en la ya fuerte presión fiscal que soportan las empresas con el fin de financiar un previsible aumento del gasto. Asimismo, en materia fiscal, inquieta que la reforma del modelo de financiación autonómica pueda conllevar la modificación de los actuales marcos fiscales vigentes en figuras tan sensibles para los ciudadanos y las empresas familiares como son Sucesiones y Donaciones.
“Creo que es importante no olvidar que venimos de atravesar una larga crisis económica, que dejó en el camino a más de medio millón de empresas y tres millones de parados, y que precisamente han sido instrumentos como la reforma laboral del 2012 los que permitieron a las empresas adaptarse mejor al ciclo económico, aportando mayores cotas de flexibilidad. De haber contado con esta herramienta antes de la crisis, es muy probable que se hubiera evitado el cierre de muchas empresas y la destrucción de muchos miles de empleos”, aseguró el presidente de ADEFAM.
Asimismo, añadió que “la apelación al incremento del gasto y a una mayor presión impositiva no parecen que sea la mejor solución para una economía aún muy dependiente de la financiación exterior y con un déficit que tras casi ocho años de recortes y de fuerte presión fiscal sigue aún por encima del 3% del PIB, lo que ha motivado además un fuerte endeudamiento de nuestra economía”.
“Si las empresas funcionan; es decir, si crecen sus ventas y aumentan sus plantillas, estaremos ensanchando la base de financiación de nuestro sistema y estaremos cumpliendo con el deber no solo constitucional, sino también moral, de proveer de bienestar y oportunidades de realización a los ciudadanos”, dijo Alberto Zoilo en presencia del presidente de la Comunidad de Madrid, Angel Garrido, y del presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Francisco Riberas.
“La fórmula es sencilla -continuó-, no se trata de presionar más al sistema productivo, sino de promoverlo y alentarlo. El apoyo e impulso a la empresa debería ser objetivo prioritario para la política de cualquier Gobierno. Y eso requiere además de medias encaminadas a mejorar el sistema educativo, a estimular innovación y a fomentar la internacionalización de nuestras empresas”.
El presidente de ADEFAM pidió emular las condiciones que han permitido a la Comunidad de Madrid acumular desde 2014 aumentos interanuales de su PIB por encima de España y de la Unión Europea, y una tasa de empleo que supera el máximo previo a la crisis. “Alguien dirá que el efecto de la capitalidad ha contribuido a esta notable y positiva situación, y sin duda no le faltará razón. Pero han sido sobre todo políticas fiscales y regulatorias más favorables para las empresas y los ciudadanos las que han impulsado este crecimiento”, afirmó Alberto Zoilo Alvarez.