Según la plataforma de talento Taalenfy, el tradicional currículum vitae no es una buena herramienta de selección porque es incompleta, sesgada y se presta a manipulaciones.
Taalentfy, la plataforma disruptiva para la búsqueda de empleo centrada en el talento, ha publicado un análisis sobre el futuro del CV y los motivos por los que éste tenderá a desaparecer en los próximos años.
“El currículo no puede certificar por si solo la validez de un profesional, ya que obvia aspectos como las competencias, las destrezas, el aprendizaje informal, los intereses o pasiones, elementos esenciales en la actual concepción del trabajo” opina
Alejandro González, CEO de Taalentfy. “Por eso el CV actual será sustituido en los próximos años por una nueva carta de presentación 360 grados, mucho más amplia y rigurosa” añade González.
Las 7 razones por la que el CV está condenado a desaparecer
Porque resulta incompleto. El CV se limita a los conocimientos y experiencia laboral del individuo y además solo explora la parcela profesional, ignorando el resto. Más allá del currículo existe un mundo de habilidades, actitudes, aficiones, competencias o hobbies que es determinante a la hora de decidir cuál es el perfil que mejor encaja en el puesto. Los expertos de Taalentfy apuntan a que el CV actual será sustituido en los próximos años por una especie de DNI del talento que resuma todos los aspectos anteriores y que los cuantifique adecuadamente.
Porque está enfocado al pasado y no al futuro. ¿Qué dice de alguien su CV? Que en el pasado estudió y trabajó en un determinado área, pero no anticipa de ningún modo si estará preparado para lo que se le demande en el futuro. En un momento en el que la tecnología y el conocimiento están en permanente renovación, solo existe una forma de garantizar un know how interno alineado con el mercado: seleccionar a personas flexibles, adaptables y enfocadas al aprendizaje continuo. Disponer de un equipo con una actitud positiva frente al cambio va a resultar mucho más útil que esforzarse inútilmente en seleccionar a personas que acrediten conocimientos técnicos actualizados.
Porque no sirve para predecir el encaje del candidato. El currículo es una ficha individual del candidato que tal vez sirva para hacerse una idea de cómo se desenvolvería en una empresa unipersonal en la que no tuviera que tratar con nadie. Pero ningún trabajo puede desligarse de su contexto. Para que ese aspirante tenga éxito en su futuro desempeño, deberá trabajar en una empresa con una cultura concreta y con unos compañeros y unos jefes determinados que tienen con unos perfiles profesionales y unas características personales con las que deberá complementarse. Y el currículo no proporciona ninguna información acerca de estos extremos.
Porque contribuye al desperdicio de talento. Las organizaciones suelen hacer un primer filtro conforme al currículo en el que se descarta un alto porcentaje del total de los candidatos. En una segunda vuelta los departamentos de selección ya entran a medir las destrezas y actitudes de los aspirantes para identificar a los más cualificados. Pero en muchos casos, ya es demasiado tarde. Porque en esa primera criba seguramente ya hay una buena cantidad de talento que se quedará por el camino. Un CV poco vistoso, o la ausencia o presencia de algún título u otro requisito no determinante para el puesto pueden provocar distorsiones indeseables.
Porque está poco adaptado a las necesidades de la empresa. Las organizaciones llevan años fijándose muy detenidamente en las habilidades y actitudes de los candidatos. El currículo sigue importando, pero cada vez se presta mayor atención al perfil más humano del aspirante, aquel que le diferencia y le hacen único frente a otros con el mismo grado o máster. Y mientras las organizaciones priorizan los “cómos” (habilidades), los candidatos siguen presentando sus candidaturas a través de un CV, enfocado a los “qués” (conocimientos y experiencia). Existe un desencuentro entre la información que aportan los candidatos y la que necesitan las empresas para sus selecciones.
Porque puede facilitar prácticas discriminatorias. La selección de personas está mediatizada en muchos casos por sesgos asociados al sexo, edad, raza u origen del candidato. Y el CV puede ser la justificación ideal para ese tipo de prácticas discriminatorias, ya que en vez de apoyarse en el talento y en los méritos, se basa en un aprendizaje formal y en una trayectoria profesional más o menos continua. Este tipo de relato privilegia a profesionales con más recursos y sin responsabilidades familiares. Incluso el CV ciego puede beneficiar a los colectivos tradicionalmente más favorecidos del mercado laboral.
Porque se presta a mentiras o exageraciones. Las distorsiones curriculares en el apartado de idiomas o en cuanto a las fechas de los trabajos realizados están a la orden del día. Parece que el CV es un espacio en el que todo vale. En la era de la comunicación y de la tecnología, en la que cada día es más fácil cruzar datos y desarrollar herramientas fiables de cuantificación, esto ya no tiene razón de ser. El CV elaborado por uno mismo será seguramente sustituido por un montón de certificaciones de terceros, que acrediten el nivel de inglés, la habilidad para trabajar en equipo o la veracidad de los trabajos desarrollados.
Nota de prensa Siete razones por las que el currículo tiene los días contados, según Taalentfy en comunicae.es