Las estadísticas cifran las veces que una persona de clase media cambia de hogar en entre dos y tres ocasiones durante toda su vida.
Pero si algo es cierto sobre la estadística, es que bien puede ser que la mitad de los encuestados en el estudio se mudasen cuatro o seis veces, y la otra mitad una vez.
Según afirma Dúchate, "No se puede generalizar cuando hablamos de reformas y mudanzas, sencillamente porque cada persona es distinta". Mientras que algunas personas son propensas a cambiar de hogar cada poco tiempo, "otras arraigan profundamente en el lugar en el que nacieron y la posibilidad de cambiar de casa no les resulta atractiva".
Y es que el apego emocional a una casa, a una rutina, a un entorno y a unos vecinos es un factor emocional clave que impide a muchos plantearse cambiar de hogar. "Es en estos casos en los que la opción de reformar su casa cobra especial protagonismo".
Siete son los factores que, según afirma Dúchate, pueden ayudar a una persona a decidirse en torno a estas dos posibilidades. "El apego emocional no es el único, ni mucho menos. El presupuesto disponible, la superficie de su hogar actual, problemas con los vecinos y la situación del mercado inmobiliario son otros factores que motivan a nuestros clientes para reformar su hogar, o no hacerlo".
Dúchate, especialista en reformas de baños y cocinas en Madrid, lleva 35 años observando cómo el sector de las reformas evoluciona en nuestro país. Y aunque el contexto varía cada pocos años, reconoce que todos estos factores influyen en gran medida a la hora de decidir si mudarse o reformar la casa, aunque con distinta prioridad.
"Para nuestros clientes, en ocasiones tener un problema con un vecino no es suficiente motivo para abandonar el que ha sido su hogar de toda la vida. Por eso cuando se deciden a hacer un cambio, optan por una reforma". Y del mismo modo, "debido a las condiciones actuales del mercado inmobiliario mudarse y vender la casa no resulta tan buena alternativa como invertir algo más de dinero en revalorizar su propiedad y esperar a que el panorama mejore".
Valorar todos estos factores y compararlos entre ellos para determinar cuál es más importante es esencial a la hora de decidir. "Al fin y al cabo, cada persona es única y su contexto es distinto al del resto. Igual que cada reforma se planifica a medida, cada caso concreto debe evaluarse de forma individual".