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Sólo el 24% de las empresas tienen estudiantes universitarios en prácticas
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Sólo el 24% de las empresas tienen estudiantes universitarios en prácticas

jueves 16 de agosto de 2018, 11:07h
Las empresas valoran muy positivamente las competencias tecnológicas y digitales y la formación teórica en el ámbito del área de conocimiento de los universitarios,, pero, por el contrario, se muestran insatisfechas con el conocimiento de la lengua inglesa.
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Según un estudio elaborado por la Cámara de Comercio de Barcelona y publicado en la Memoria Económica de Cataluña, sólo el 24% de las empresas tienen estudiantes en prácticas. El dato se obtiene a partir de una encuesta a más de 3.300 empresas catalanas para conocer la percepción que tienen sobre la formación y competencias de los graduados universitarios y para analizar el tipo de relación que tienen con las universidades. Esta encuesta ha sido posible gracias al marco de colaboración entre la Cámara de Comercio de Barcelona y el Idescat de la Encuesta de clima empresarial de Cataluña del primer trimestre de 2018. Los principales resultados son los siguientes:

1) Grado de satisfacción de la empresa con la formación y competencias de los universitarios que ha contratado últimamente. Los resultados muestran que las competencias mejor valoradas por la empresa contratante son las tecnológicas y digitales y la formación teórica en el área de conocimiento (ambas obtienen una valoración de 4, en un rango de 1 y 5). También obtienen una buena valoración las habilidades comunicativas y de expresión oral y escrita. Con una puntuación media aparecen las competencias interpersonales, como el trabajo en equipo, el liderazgo o la capacidad de negociación, y las competencias cognitivas, tales como la resolución de problemas, las habilidades numéricas, o el pensamiento crítico. Por el contrario, las valoraciones más negativas se refieren al conocimiento de la lengua inglesa (puntuación de 3,4) seguido por la formación práctica o aplicada en el ámbito del área de conocimiento.

2) Colaboración entre empresas y universidades. Del total de empresas catalanas, el 26,8% colabora con las universidades, ya sea a través de prácticas, proyectos de innovación, utilización de las bolsas de trabajo, participación en la definición de los planes de estudio u otros. En este caso, las diferencias por tamaño y por sector son significativas. La colaboración es más habitual en las empresas de más de 50 trabajadores (casi el 43% colaboran), y en el sector de la industria (donde lo hacen prácticamente el 40% de las empresas). Por el contrario, en el extremo contrario se sitúan las empresas pequeñas, donde sólo el 9% colaboran con las universidades, y los sectores de la construcción y el comercio, con porcentajes del 20% y el 14%, respectivamente.

3) El tipo de colaboración más habitual entre las empresas y la universidad es la realización de prácticas. Concretamente, el 24% del total de empresas catalanas acoge estudiantes universitarios en prácticas. El 14,2% de las empresas utiliza las bolsas de trabajo universitarias y sólo el 8% tiene convenios de colaboración en proyectos de investigación. El tipo de colaboración menos habitual es la participación en el diseño de los planes de estudios, una tarea reservada para pocas empresas y habitualmente de gran dimensión. Analizando los resultados, se concluye que las empresas de mayor dimensión son las que presentan unos porcentaje de colaboración más altos, pero no tanto como debería. Por ejemplo, en las empresas de más de 50 trabajadores, el 39% de las empresas tiene estudiantes en prácticas, y el 14% tiene convenios de colaboración con alguna universidad para investigación.

Por el lado de la demanda, está claro que hay que motivar a las empresas a que participen más activamente en los programas de prácticas y en los proyectos de investigación e innovación, sobre todo en las medianas y grandes empresas donde este debería ser uno de los objetivos centrales en su compromiso con la sociedad. Pero, por el lado de la oferta formativa universitaria, también se deben hacer mejoras para adaptarse mejor a las necesidades del mercado laboral, entre otros, aumentar las vocaciones tecnológicas, mejorar el nivel de inglés y reducir al máximo las diferencias entre la calidad del empleo por ámbitos formativos, haciendo una mayor publicidad de los resultados esperados, tanto en términos de calidad del empleo como retributivos.

Propuestas para aproximar la oferta universitaria a las necesidades de las empresas

Para abordar estos objetivos y aproximar la oferta universitaria a las necesidades rápidamente cambiantes del mercado laboral, sobre todo ante el gran cambio tecnológico que se está produciendo y que afectará a buena parte de los puestos de trabajo, desde la Cámara de Comercio de Barcelona proponemos las siguientes diez líneas de actuación:

1. Flexibilizar el sistema universitario para dar respuesta formativa de manera ágil y rápida a las necesidades que identifiquen los sectores productivos. Los másters oficiales y postgrados podrían ser una buena vía para introducir rápidamente nuevas competencias y contenidos, y que el grado universitario sirva como base. Por lo cual, grados de tres años y másteres de dos sería la opción más adecuada.

2. Reforzar las prácticas y potenciar la formación dual, así como aprovechar más y mejor las TIC e incluso los MOOC.

3. Hacer que las universidades sean un actor crucial en la formación continuada para el personal altamente cualificado a través de una mayor presencia de profesionales de empresa a los cursos de Master. Por ello, habría que reformar el papel del profesor asociado y cambiar el marco legal relacionado con la movilidad de los profesores e investigadores con el sistema productivo y en general.

4. Las universidades deben facilitar el trasvase de un ámbito formativo a otro para ayudar al reciclaje profesional y para dar al trabajador más herramientas en diferentes disciplinas.

5. Fomentar que entre el personal más orientado a la investigación dentro de las empresas haya doctores. Por ello, habría que potenciar y extender aún más el reciente y exitoso programa de Doctorados Industriales impulsado por la Generalitat de Cataluña.

6. Mejorar la orientación divulgando los datos detallados de las que se dispone sobre indicadores de inserción laboral, por ramas de conocimiento, ámbitos de estudio, y, incluso, titulaciones y universidades. Esto podría servir de guía a los estudiantes de secundaria que quieren estudiar en la universidad y mejorar la eficiencia en la elección, y aumentar las matriculaciones en las carreras STEM.

7. Incrementar las vocaciones STEM entre las mujeres. La participación femenina en estas carreras está estancada en torno al 20% desde hace años. Sin una mayor participación de las mujeres no se podrá alcanzar la cifra de graduados que requerirá el mercado, a la vez que las empresas consideran fundamental incorporar la visión femenina en el enfoque de los negocios y en el diseño y fabricación de los productos.

8. Favorecer la participación de empresas e instituciones en la elaboración de los planes de estudios universitarios para ayudar a establecer los conocimientos y competencias (genéricas / transversales y específicas) que son necesarios en los diferentes sectores y perfiles profesionales.

9. Cambiar las metodologías de la docencia en la dirección del aprendizaje: enseñanza por proyectos, utilización de las nuevas tecnologías, diseños de prácticas, participación en proyectos de investigación, etc.

10. Conseguir un entorno más internacionalizado que ayude a mejorar la competencia de idiomas en la universidad: incrementar el número de estudiantes internacionales, movilidad del profesorado y aumentar los programas de estudios en inglés.

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