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Mitsubishi Eclipse Cross 150T Motion

Mitsubishi Eclipse Cross 150T Motion
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Un nuevo crossover con las características y la calidad de la marca

Por Mariano García Viana
lunes 03 de septiembre de 2018, 23:39h
Entrando en el segmento del mercado de los SUV medios, en los que militan modelos tan ya populares como el Nissan Qasqai, el SEAT Ateca, el Hyundai Tucson, Renault Kadjar y otros más, el Eclipse Cross tiene sus propias cualidades y una singular silueta, que le auguran un merecido hueco entre esos modelos citados.
El nombre de Eclipse no es nuevo en la historia de Mitsubishi, fue la denominación de un famoso coupé deportivo que, con cuatro generaciones, extendió su “vida” entre 1990 y 2011, y si bien en sus inicios creo escuela al ser un tracción a las cuatro ruedas, a lo largo del tiempo perdió esta característica y por lo tanto su exclusiva personalidad hasta su desaparición al inicio de está década. Por todo ello, el empleo de este nombre de Eclipse a un nuevo modelo de Mitsubishi, sorprendió a toda la prensa especializada y al público en general, en el Salón de Ginebra de 2017, al ver un SUV en lugar de un nuevo coupé, aunque en honor a la verdad, el apellido Cross ya daba a entender que había algo distinto.

El nuevo Eclipse Cross se conforma como un crossover medio dotado, entre otras cosas de una fuerte personalidad en su diseño que, en su parte delantera principalmente le hace inconfundible como un producto Mitsubishi, debido a las anchas dobles lamas que recorren su parrilla, presidida por los tres diamantes del logotipo de la marca. A cada lado de ella se sitúan los rasgados faros full led. A partir de ahí comienzan las originalidades de Mitsubishi, con formas triangulares y cromadas para proteger los antiniebla y los indicadores de dirección junto a ellos, en una profunda hendidura. Entradas de aire y un difusor que protege la parte baja del radiador y otra línea cromada recorre el paragolpes en su parte inferior. Lateralmente se aprecia unas ciertas líneas de coupé, pero curiosamente si nos fijamos el techo apenas tiene inclinación hacia atrás como es lógico en un coupé y se puede apreciar que lo que inspira ese parecido es la línea baja de las ventanillas que va subiendo hasta casi la parte posterior, reduciendo el tamaño de las mismas. Ese detalle más la inclinada luneta y las formas en hendidura que recorren ambas puertas y que también va subiendo a la vez que es más marcada, producen ese efecto coupé. La verdad es que es una buena labor de los diseñadores. Por último señalar la no menos original parte trasera, quizás la que marca una mayor personalidad, que dispone de una luneta dividida en dos. La parte alta, como ya hemos dicho con una fuerte inclinación y la parte baja casi vertical, separadas las dos partes por la prolongación de los angulosos grupos ópticos traseros. Señalar también que el alerón que corona la parte alta de la luneta es de generosas dimensiones. El portón al abrirse queda un tanto alto pues no llega a la parte inferior del paragolpes trasero.

Hemos mencionado al principio la típica calidad que caracteriza los modelos de Mitsubishi y como es lógico el Eclipse Cross no podía ser menos. Ante conductor que por cierto puede encontrar una postura cómoda gracias a los reglajes de asientos y volante, se ofrece un salpicadero bien terminado, con un diseño agradable y acogedor, como el resto del habitáculo. Enfrente de él se sitúa como es lógico el cuadro de instrumentos que, protegido por una prominente visera, contiene los dos grandes relojes analógicos correspondientes a velocímetro y cuentavueltas y como ya es habitual entre ellos la pantalla que refleja los distintos estados del automóvil y ordenador, así como otros datos complementarios y hablando de complementos hay que destacar que también se cuenta con el Head-up Display, la lámina de plástico que se despliega a la altura de los ojos del conductor y refleja entre otros datos la velocidad a la que se circula, la autorizada, etc. La pantalla multifunción de 7 pulgadas se encuentra “superpuesta” en el centro del salpicadero y aunque alrededor de ella se encuentran algunos interruptores para elegir su función, el manejo realmente se hace desde una superficie táctil que se encuentra tras la palanca de cambios, junto a la demasiado prominente palanca del freno de mano. Desde esa superficie y con el dedo, se puede entrar en los distintos menús del sistema multimedia SDA de Mitsubishi que ofrece entre otros elementos, conectividad con Apple CarPlay y Android Auto.

Los asientos de tejido negro con ribetes y dibujos más claros, resultan muy cómodos y sujetan muy bien el cuerpo. Por todo el habitáculo hay repartidos varios huecos, que aunque no son muy grandes si son útiles para pequeños objetos. El asiento trasero se puede desplazar hacia delante para ganar espacio al maletero, a costa eso sí acortar el sitio disponible para las piernas de los pasajeros. En esta circunstancia la capacidad del maletero es de 485 litros, mientras que si se sitúa el asiento en su parte más atrasada, se reduce a 378 litros. Si se necesita más espacio se puede abatir dicho asiento y disponer de 1.122 litros. El equipamiento es muy completo y entre el gran número de elementos con los que se puede contar, disponemos de alerta involuntaria del cambio de carril, freno de emergencia con detección de obstáculos, detector de vehículos en el ángulo muerto del retrovisor, sistema de cámaras con visión cenital para ayudar al aparcamiento, encendido automático de luces largas, techo panorámico con apertura parcial, etc.

En el apartado mecánico, Mitsubishi monta un motor de gasolina de 1.5 litros de cilindrada que ofrece una potencia de 163 CV a 5.500 r.p.m. y un par de 250 Nm entre las 1.800 y las 4.500 r.p.m. Un motor que si bien se muestra algo ruidoso cuando sube de vueltas, tiene un excelente comportamiento y rapidez de respuesta a partir de las 2.000 vueltas, por debajo de ellas obliga a reducir para “reactivarle”, pues además el cambio manual de 6 velocidades esta muy bien estudiado para que manejándole con decisión, no se baje de esas citadas revoluciones y la agilidad mecánica no se pierda. El manejo del citado cambio es fácil y suave, ya que todas las velocidades tienen un recorrido corto y preciso. La velocidad máxima se sitúa en los 205 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h de 10,3 segundos que no esta nada mal. En cuanto al consumo medio se queda en los 6,6 litros, que tampoco esta nada mal. De todas formas se puede reducir más el consumo apretando la techa ECO que disminuye la respuesta a los requerimientos del acelerador y hace que el subir de revoluciones sea más pausado. En resumidas cuentas, que no es un motor especialmente brillante, pero es de lo más equilibrado en todos los sentidos, lo que facilita enormemente la conducción del Eclipse Cross, pues además su rodadura es segura e igualmente equilibrada como ahora veremos.

Dentro de la gama del Eclipse Cross existen dos versiones de tracción, la que es solo delantera, como es este caso y la 4x4. Con las dos ruedas delanteras motrices el coche se comporta perfectamente, las suspensiones, con McPherson delante y paralelo deformable atrás, ambos con sus correspondientes barras estabilizadoras, se encargan de sujetar al coche con suma eficacia, a la vez que proporcionan un elevado nivel de confort, gracias también a que el tarado de los amortiguadores son más bien blandos, sin exagerar claro. El coche es muy satisfactorio de conducir en carreteras despejadas o autovías, pues el nivel sonoro del motor baja bastante con velocidades largas y el ruido de la rodadura no es muy elevado, manteniendo la dirección fácilmente las trayectorias al tener un mecanismo eléctrico muy directo. En cuanto a carreteras con curvas, tampoco el Eclipse decepciona lo más mínimo pues se muestra ágil y capaz de pasar curva tras curva con un alto nivel de seguridad. Los frenos por su parte, se han mostrado siempre a la altura de las circunstancias, con un alto nivel de eficacia y recorridos cortos en el pedal, sin señalar el más mínimo síntoma de desfallecimiento aunque se utilizaran profusamente en bajadas a buena velocidad. La concepción del Eclipse Cross es la de un crossover y de hecho su altura con respecto al suelo es de 183 mm., que a pesar de que no es mucho, si permite el circular por pistas de tierra y adentrarse por ciertos caminos con alguna dificultad. Si ya se quiere aventurarse con algo más de dificultad habría que elegir la versión 4x4, pero aún así no hay que olvidar que, como la mayoría de los SUV actuales es un coche más apropiado para circular por el asfalto y así será su utilización.

En definitiva, un buen coche, con la misma estructura que el más conocido ASX, pero con sus características propias y más en boga, la de un SUV, con la ventaja de contar con la calidad y la originalidad de un Mitsubishi que siempre es una garantía.

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