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Las medidas procíclicas tomadas por el Gobierno en plena desaceleración de la economía, no ayudan a estimular el crecimiento

Las medidas procíclicas tomadas por el Gobierno en plena desaceleración de la economía, no ayudan a estimular el crecimiento
viernes 02 de noviembre de 2018, 09:46h
Las medidas procíclicas, cuyos efectos se verán a medio plazo, hacen prever un incremento más moderado del PIB en torno al 2,2% para 2019.

OBSERVATORIO FINANCIERO, OCTUBRE 2018

2018

2019

PIB

2,5%

2,2%

Inflación

1,8%

1,9%

Paro

14,75%

14,0%

Consumo

1,7%

Exportaciones

3,0%

3,0%

Tasa de ahorro

5,3%

5,5%

Bono a 10 años

1,6%-1,78%

El crecimiento del PIB del 0,6%, en el tercer trimestre de 2018, similar al del trimestre anterior, nos hacen mantener la previsión de crecimiento para este año en un 2,5%, dado el peor comportamiento del consumo y las exportaciones en los últimos meses, que han hecho rebajar nuestras previsiones de los meses anteriores al verano. No obstante revisamos al alza nuestra previsión del consumo, al considerar un ligero repunte motivado por las compras navideñas y acontecimientos que promueven el consumo como el importado black Friday.

Las medidas procíclicas tomadas por el Gobierno en plena desaceleración de la economía, no ayudan a estimular el crecimiento. Algunas medidas previstas como la subida de impuestos, del salario mínimo, de las cotizaciones a la Seguridad Social de las empresas, podrían redundar en la pérdida de empleo y en tal sentido en el consumo, –con un peso tan fuerte en el PIB– y en la reducción de las inversiones de las empresas. De hecho, es significativo que el Índice de Confianza Empresarial recientemente publicado, ha bajado un 1,7% del tercer al cuarto trimestre, siendo este el peor dato desde 2012. Estas medidas, cuyos efectos se verán a medio plazo, hace que hayamos bajado una décima nuestras previsiones de crecimiento hasta el 2,2%para 2019.

El efecto de la desaleceración de la economía catalana–que representa el 20% de la economía nacional– con un crecimiento esperado similar al nacional (2,5%), cuando hasta ahora lo hacía por encima del cómputo nacional, está dejando de ser un aditivo para nuestro crecimiento. En cuanto al empleo, se está produciendo el mismo efecto, en Cataluña ha pasado de crecer a un ritmo del 2,9% en 2017 a un 2,3% actual, cuando el país lo hace en un intervalo de entre un 2,6% y un 2,5% actual.No obstante, revisamos al alza nuestras previsiones de empleo para final de año y estimamos un descenso de la tasa de paro en el 14,75%, dada la evolución del empleo en los últimos meses, ahora bien, a costa de que el empleo que se crea es de baja calidad.

En cuanto al IPC, mantenemos nuestras previsiones del mes anterior para el ejercicio 2018 y 2019. Aunque el pasado mes de septiembre la variación interanual del IPC era de un incremento del 2,3%–la evolución del precio del petróleo y el entorno mundial de posibles restricciones arancelarias son causas determinantes de este ligero incremento–, el consumo más moderado de los últimos meses y la inflación subyacente en torno al 0,9%, nos permite estimar que la inflación a final de año se mantenga en el 1,8%, teniendo en cuenta además que la variación enlo que va de año es del 0,8%.

La evolución de las exportaciones, sigue una tendencia de crecimiento inferior al ejercicio de 2017, ya apreciada en meses anteriores, y nos revela por lo tanto un retroceso del sector exterior en lo que va de año. Esta tendencia se aprecia en la evolución del incremento del PIB, donde el peso más relevante lo lleva el consumo privado y no el sector exterior como en años anteriores. No obstante, la evolución del mes de septiembre nos permite ser optimistas respecto a nuestras previsiones de crecimiento del PIB en torno al 3% en 2018. Bien es verdad que la bajada del euro no va a ser determinante en las exportaciones, dado que el 70% de nuestras exportaciones son con destino al área de la moneda única, pero sí podría afectar positivamente al turismo procedente de la zona no euro–segmento que se ha venido resintiendo en los últimos meses dentro de este sector–, a la adquisición de viviendas por parte de foráneos, así como a las inversiones extranjeras en general.

El bono 10 años según nuestras previsiones sigue subiendo paulatinamente su rentabilidad, aunque esta se resiste porque está habiendo trasvase del bono italiano al español.

Revisamos a la baja la tasa de ahorro de los hogares, al 5,3%. A este respecto, estimamos que durante lo que resta de año y el próximo, este porcentaje se mantendrá en estos niveles mínimos. Esta tasa ha sido negativa en 3 de los últimos trimestres y no se espera a corto plazo un cambio de tendencia. Las mejores expectativas del mercado laboral, que impulsan el consumo de las familias, unido al incremento del crédito al consumo y los bajos tipos de interés del mercado favorecen esta tendencia hacia la baja capacidad de ahorro familiar.

Factores como la inestabilidad política, la inseguridad jurídica o una política fiscal cortoplacista, pueden poner en riesgo el óptimo crecimiento de nuestra economía e incrementar la desconfianza en nuestro país.

Fuente: Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas

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