www.economiadehoy.es
Previsiones económicas del otoño de 2018: crecimiento sostenido pero menos dinámico en un contexto de gran incertidumbre
Ampliar

Previsiones económicas del otoño de 2018: crecimiento sostenido pero menos dinámico en un contexto de gran incertidumbre

sábado 10 de noviembre de 2018, 10:45h
Tres indicadores bajan en España: la tasa de crecimiento, la inflación y el desempleo.
Se prevé que el crecimiento en la zona del euro disminuya desde el 2,4 % en 2017, la cifra más alta en diez años, al 2,1 % en 2018, antes de moderarse aún más hasta el 1,9 % en 2019 y el 1,7 % en 2020. El mismo patrón está previsto en la EU27, con una previsión de crecimiento del 2,2 % en 2018, el 2,0 % en 2019 y el 1,9 % en 2020. España sigue la misma tendencia. En 2017 la previsión de crecimiento del PIB fue del 3 % mientras que para 2018 la previsión es de un 2,6 % y en 2019 del 2,2 %. Se prevé también una bajada de la inflación, del 1,8 % en 2018 al 1,7 y 1,5 % en 2019 y 2020 respectivamente. Se prevé un descenso de la tasa de desempleo: del 15,6 % en 2018 al 14,4 y 13,3 % en 2019 y 2020 respectivamente.

La coyuntura mundial excepcionalmente favorable del año pasado ha contribuido a favorecer una inversión y una actividad económica sólidas en la UE y la zona del euro. A pesar de un contexto de mayor incertidumbre, se prevé que todos los Estados miembros sigan creciendo, aunque a un ritmo menor, gracias a la fortaleza de la inversión y el consumo interior. Evitando grandes perturbaciones, Europa debería ser capaz de mantener un crecimiento económico superior al potencial, una fuerte creación de empleo y la reducción del desempleo. Sin embargo, esta hipótesis de base está sujeta a un número creciente de riesgos a la baja interconectados.

Valdis Dombrovskis, vicepresidente responsable del Euro y el Diálogo Social, así como de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, ha declarado: «Está previsto que todas las economías de la UE crezcan este año y el próximo, lo que permitirá crear más puestos de trabajo. No obstante, la incertidumbre y los riesgos, tanto interiores como exteriores, van en aumento y empiezan a repercutir en el ritmo de la actividad económica. Debemos permanecer alerta y trabajar más duro por reforzar la resiliencia de las economías europeas. A escala de la UE, esto significa tomar decisiones concretas sobre un mayor refuerzo de la Unión Económica y Monetaria europea. A escala nacional, la justificación es aún mayor para crear reservas presupuestarias y reducir la deuda, al tiempo que se vela por que los beneficios del crecimiento los noten también los miembros más vulnerables de la sociedad».

Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, ha declarado: «La economía europea resiste bien, aunque el crecimiento disminuye gradualmente. Prevemos el mantenimiento de esta tendencia durante los dos próximos años, ya que el desempleo continúa a la baja hasta niveles no observados desde antes de la crisis. Se prevé que la deuda pública en la zona del euro siga disminuyendo y el déficit se mantenga muy por debajo del 1 % del PIB. En un contexto internacional caracterizado por una incertidumbre creciente, los responsables políticos deben esforzarse, tanto en Bruselas como en las capitales nacionales, por garantizar que la zona del euro sea lo suficientemente fuerte como para hacer frente a cualquier futura eventualidad».

La demanda interna impulsará el crecimiento

El aumento de la incertidumbre a nivel internacional, las tensiones del comercio internacional y la subida de los precios del petróleo tendrán un efecto moderador en el crecimiento europeo. Tras años de fuerte crecimiento del empleo, la perspectiva de una ralentización en las mejoras del mercado laboral y el aumento de las limitaciones del lado de la oferta en algunos Estados miembros podrían sumarse también a este efecto moderador.

Se prevé que los motores de crecimiento sean cada vez más de carácter nacional: el consumo privado debería beneficiarse de un mayor crecimiento salarial y de las medidas fiscales adoptadas por algunos Estados miembros. También se prevé que las condiciones de financiación y la elevada tasa de utilización de la capacidad sigan favoreciendo la inversión. Por primera vez desde 2007, se prevé que la inversión aumente en todos los Estados miembros en 2019.

Teniendo en cuenta todos estos factores, el producto interior bruto (PIB) de todos los Estados miembros debería seguir subiendo, pero a un ritmo más lento y con una atonía ligeramente mayor de lo previsto en el verano.

Sigue disminuyendo la tasa de desempleo

Las condiciones del mercado laboral han seguido mejorando en el primer semestre de 2018 y el crecimiento del empleo se mantiene estable pese a la desaceleración del crecimiento económico.

La creación de empleo seguirá beneficiándose del mantenimiento del crecimiento y de la aplicación de reformas estructurales en algunos Estados miembros. El desempleo debería seguir disminuyendo, pero a un ritmo más lento que en el pasado, ya que la creciente escasez de mano de obra y el menor crecimiento económico podrían moderar el aumento del empleo.

Se prevé que el desempleo en la zona del euro pase del 8,4 % este año al 7,9 % en 2019 y al 7,5 % en 2020. En la EU27, la tasa de desempleo se situaría en el 7,4 % este año y disminuiría al 7 % en 2019 y al 6,6 % en 2020. Esto representaría la tasa de desempleo más baja registrada desde el inicio de las series de desempleo mensual en enero de 2000.

Inflación impulsada por los precios del petróleo

Se prevé que la inflación global se mantenga moderada durante el período de la previsión. En la zona del euro, la inflación se situaría en el 1,8 % en 2018 y 2019 y se reduciría al 1,6 % en 2020.

El aumento de los precios del petróleo ha impulsado la inflación este año y se prevé que se mantengan fuertes efectos de base positivos en el primer trimestre del año que viene. Mientras que la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y de los alimentos no transformados, ha sido relativamente moderada en lo que va de año, se prevé que se reafirme como el principal motor de la inflación global en 2020, ya que subirán los salarios en un contexto de endurecimiento de los mercados de trabajo.

Finanzas públicas: los niveles de deuda están disminuyendo y el déficit público agregado de la zona del euro se sitúa ahora por debajo del 1 %

Se prevé que el déficit de las administraciones públicas de la zona del euro siga disminuyendo con respecto al PIB de este año gracias a la disminución de los gastos por intereses. Esta disminución llegará a su fin el año próximo por primera vez desde 2009, ya que la orientación presupuestaria será ligeramente expansionista en 2019, antes de volverse globalmente neutra en 2020. Se prevé que el déficit de las administraciones públicas de la zona del euro aumente del 0,6 % del PIB en 2018 al 0,8 % en 2019, y que disminuya al 0,7 % en 2020. En la EU27, se prevé que el déficit de las administraciones públicas aumente del 0,6 % del PIB en 2018 al 0,8 % en 2019, y que disminuya al 0,6 % en 2020. En general, la tendencia sigue indicando grandes mejoras respecto a hace diez años, en 2009, cuando el déficit alcanzó un máximo del 6,2 % en la zona del euro y del 6,6 % en la UE.

Se prevé una reducción de las ratios deuda/PIB en la zona del euro y en casi todos los Estados miembros, gracias a unos superávits primarios que reducirán la deuda y al mantenimiento del crecimiento. Está previsto que la ratio deuda/PIB de la zona del euro disminuya del 86,9 % del PIB en 2018 al 84,9 % en 2019 y al 82,8 % en 2020, lo que representa una disminución respecto a la cifra más alta del 94,2 % registrada en 2014. En la EU27, se prevé que la ratio de deuda de las administraciones públicas disminuya del 80,6 % del PIB en 2018 al 78,6 % en 2019 y al 76,7 % en 2020.

Muchos riesgos interconectados y la incertidumbre ensombrecen las perspectivas

Existen un alto grado de incertidumbre en cuanto a las previsiones y muchos riesgos a la baja interconectados. La materialización de cualquiera de estos riesgos podría amplificar los demás y su impacto.

El recalentamiento en los Estados Unidos, impulsado por estímulos fiscales procíclicos, podría dar lugar a un aumento más rápido de lo previsto de los tipos de interés, lo que tendría numerosos efectos indirectos negativos fuera de los Estados Unidos, especialmente en los mercados emergentes que son vulnerables a los cambios en los flujos de capital y están expuestos a la deuda en dólares americanos. Esta situación podría exacerbar las tensiones en los mercados financieros. La UE también podría sufrir, dados sus estrechos vínculos comerciales y la exposición de los bancos.

El aumento previsto del déficit por cuenta corriente de los Estados Unidos también podría avivar las tensiones comerciales con China, lo que podría aumentar el riesgo de un ajuste desordenado en ese país, dado el nivel de la deuda de sus empresas y su fragilidad financiera. Cualquier aumento de las tensiones comerciales también podría perjudicar a la UE por su efecto sobre la confianza y las inversiones y su alto nivel de integración en las cadenas de valor mundiales.

Dentro de la UE, las dudas sobre la calidad y la sostenibilidad de las finanzas públicas en los Estados miembros muy endeudados podrían extenderse a los sectores bancarios nacionales, lo que agravaría las preocupaciones en cuanto a la estabilidad financiera y pesaría en la actividad económica.

Por último, también persisten los riesgos relacionados con el resultado de las negociaciones sobre el Brexit.

Hipótesis meramente técnica para 2019 y 2020 en lo que respecta al Reino Unido

Para permitir una comparación en el tiempo, las proyecciones se refieren a los 28 Estados miembros, incluido el Reino Unido. Habida cuenta de la negociación en curso sobre las condiciones de la retirada del Reino Unido de la UE, nuestras previsiones se basan en una hipótesis meramente técnica de mantenimiento de las condiciones actuales en las relaciones comerciales entre el Reino Unido y la UE de 27 Estados miembros. Esta hipótesis se adopta únicamente a efectos de las previsiones y no guarda relación con las conversaciones en curso con arreglo al artículo 50.

Antecedentes

Estas previsiones se basan en una serie de hipótesis técnicas sobre los tipos de cambio, los tipos de interés y los precios de los productos básicos hasta la fecha límite de 22 de octubre de 2018. Por lo que respecta a los demás datos considerados, incluidas las hipótesis sobre políticas públicas, estas previsiones tienen en cuenta la información obtenida hasta el 22 de octubre inclusive. Las proyecciones no contemplan cambios en las políticas salvo que estos se anuncien de forma creíble y se especifiquen con el debido detalle.

Las próximas previsiones de la Comisión Europea serán una actualización de las previsiones del PIB y la inflación en el marco de las previsiones económicas intermedias del invierno de 2019, en febrero de 2019.

Desde este año, la Comisión Europea vuelve a publicar dos previsiones completas (primavera y otoño) y otras dos intermedias (invierno y verano) al año, en lugar de las tres previsiones completas, de invierno, primavera y otoño, presentadas cada año desde 2012. Las previsiones intermedias incluyen el PIB y la inflación anuales y trimestrales del año en curso y los años siguientes para todos los Estados miembros y la zona del euro, así como datos agregados de la UE. Este cambio supone el retorno a la anterior pauta de previsiones de la Comisión y vuelve a armonizar el calendario de previsiones de la Comisión con el de otras instituciones (tales como el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

Vídeo que resume las previsiones económicas de otoño.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios