CEDEU y ADEFAM organizan, en el marco de la Cátedra de la Empresa Familiar, una jornada sobre la voluntad y el talento para emprender.
«Los empresarios somos emprendedores. No hay una dicotomía entre los dos conceptos. Eso quiere decir que todos los buenos empresarios son emprendedores, porque una empresa que no innova termina muriendo». Con esta rotundidad comenzó su intervención
Alberto Zoilo Alvarez, presidente de Asociación de la Empresa Familiar de Madrid,
ADEFAM, en la jornada de la Cátedra CEDEU de la Empresa Familiar, que bajo el título
«Emprendimiento e Intraemprendimiento: La voluntad y el talento para emprender» desgranó las claves necesarias para lograr el éxito empresarial apostando por nuevos negocios.
La jornada comenzó con la intervención con María Jesús Dehesa, abogada y socia fundadora del despacho ONTIER, que hizo hincapié en la importancia de una alianza estratégica entre el ámbito empresarial y el del Derecho. «Un negocio no se regula solo, por lo que es necesario un fórmula jurídica para cada uno de ellos», explico Dehesa, que comentó que, en un mundo cada vez más competitivo, cambiante y volátil, el asesoramiento es esencial para el éxito empresarial. «La identificación de una oportunidad de negocio es la parte más compleja del emprendimiento, y es ahí donde la acción jurídica es esencial para que todos los esfuerzos no sean en vano», aclaró.
Alberto Zoilo Álvarez, presidente de ADEFAM y presidente ejecutivo del Grupo Antonio Álvarez, fue el segundo en intervenir. Lo hizo de manera didáctica y sencilla, conectado con el joven público que abarrotaba el salón de actos de CEDEU a través de su experiencia personal. Vástago de un apellido empresarial de conocido éxito, desde joven sintió la necesidad de comenzar proyectos alejados del círculo familiar, una experiencia que es la base de su reconocimiento actual. «Los empresarios hacen que la gente vida mejor», aseguró Zoilo, que quiso remarcar el liderazgo como característica esencial para un emprendedor. Por último, María Enciso, directora de la Cátedra CEDEU de Empresa Familiar, presentó a Pedro Moneo, fundador de la consultora Opinno. Este se centró en la necesidad de contar con un equipo multidisciplinar que permita añadir al proyecto el mayor número de habilidades y competencias. «Una empresa debe tener siempre un visionario, uno que convierta esa visión en negocio y alguien con los pies en la tierra que ande la jungla que los dos otros han abierto», aseguró, desmitificando la leyenda del empresario que consigue un enorme éxito antes de los 26 años. «La experiencia en grandes compañías es muy valiosa para crear negocios exitosos», sentenció.
Las intervenciones de los ponentes despertaron el interés del público, que revelaron sus dudas sobre aspectos del mundo empresarial, como la llamada «responsabilidad social corporativa» o la formación constante. En el primer caso, los tres ponente coincidieron en que en el mundo actual si un cliente no comparte tus valores «lo pierdes», lo que implica que estos se hayan convertido en un aspecto relevante en pocos años. «Ser buen empresario es importante, pero ser buena persona lo es más», aseguró Dehesa. Respecto a la formación, todos hicieron hincapié en la necesidad de ser continua y a la especialización como requisito básico en las actuales estructuras laborales, donde priman los equipos con diferentes perfiles. «Necesitamos más permeabilidad entre las universidades y las empresas que deben avanzar de la mano», recalcó Alberto Zoilo para poner punto y final a la ronda de preguntas.
De esta manera concluyó la charla «Emprendimiento e Intraemprendimiento: La voluntad y el talento para emprender», organizada por la Cátedra CEDEU de Empresa Familiar, que consiguió acercar de manera directa el mundo del emprendimiento y el futuro empresarial de nuestro país.