Sin duda, se acerca una de las fechas más especiales del año donde los reencuentros, los brindis y, cómo no, la buena comida, se convierten en protagonistas.
Cenas de empresa, cenas con amigos, amigo invisible, reuniones familiares… Un sinfín de excusas para
sentarnos alrededor de la mesa a disfrutar de una experiencia gastronómica y una larga sobremesa, ¿verdad?
Para ello, Atlántico Casa de Comidas, ubicado en pleno barrio de Salamanca (Calle Velázquez, 31), ha preparado unos menús especiales a los que nadie se podrá resistir. Todos ellos están compuestos de distintos platos, postre y bebida.
El primero de ellos, que tiene un precio de 40 euros, incluye 8 platos para compartir como Pulpo a la Llama con curry verde y crujiente de chirivía o Tartar de vaca gallega vieja con yema de huevo y mostaza con crujientes de queso parmesano, por ejemplo, y un postre a elegir entre Cuatro Texturas de Chocolate o Dulce de Chocolate y Café.
El segundo, que tiene un precio de 45 euros, incluye 5 entrantes a compartir como, por ejemplo, Zamburiñas a la plancha o Tartar de langostinos con salsa de carabineros y algas codium y salicornia, un principal a elegir entre Merluza de pincho cocinada a baja temperatura con salsa verde suave de kale y frutos secos o Presa ibérica marinada , confitada y trinchada, y un postre a elegir entre Cuatro Texturas de Chocolate o Crema de manzana asada sobre masa de cristal casera.
El tercero, que tiene un precio de 50 euros, cuenta con tres aperitivos como Navajas de calibre grueso con pil pil de lima-limón, un entrante individual a elegir como Arroz remojado con caldo de carne, setas chantarela y presa ibérica en dados y carpacio marinado, un principal a elegir entre Rape salteado al wok sobre bisqué de carabineros o Entrecotte de vaca gallega madurada con cachelos confitados, y un postre a elegir entre Tarta de sablé con crema pastelera de limón o Cuatro Texturas de chocolate.
¡Una auténtica experiencia cinco sentidos en cada una de las opciones!
Atlántico Casa de Comidas se caracteriza principalmente por la calidad de las materias primas y por el respeto del producto. Desde sus inicios, el restaurante ha apostado por una carta itinerante que se reinventa cada temporada. Su toque viajero, es decir, la introducción de matices venidos de otras gastronomías en sus recetas, completa su identidad.