La cifra de nacimientos en España baja continuamente desde hace decenios, a pesar de que tanto las mujeres como los hombres desean tener más hijos.
2018 ofreció la cifra más baja de nacimientos en España desde 1941, fecha en la que comenzaron los registros históricos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Un descenso de la natalidad que no es voluntario ya que, según la última encuesta de fecundidad, publicada por el INE en noviembre 2018, casi tres de cada cuatro mujeres desearían tener al menos dos hijos, lo que no siempre es posible, debido a una disminución progresiva de la fertilidad causada por una multitud de factores, algunos psicológicos y sociológicos u otros medioambientales. Esta situación, junto con una tendencia de posponer la procreación hacía las edades más avanzadas, hace cada vez más necesario el recurso a una intervención médica, principalmente alguna técnica de reproducción asistida.
Según la encuesta del INE, el 5,4% de las mujeres de entre 18 y 55 años se ha sometido alguna vez a un tratamiento de reproducción asistida, sobre todo la fecundación in vitro (FIV) realizada de la manera convencional o mediante la inyección intracitoplasmática de los espermatozoides en los óvulos (ICSI). Este porcentaje aumenta con la edad, y alcanza un máximo de 8,8% en mujeres entre 40 y 44 años de edad.
Según el doctor Jan Tesarik, director de la Clínica MARGen y coordinador de varios programa de investigación realizados en la Universidad de Granada, la FIV no ofrece una garantía absoluta de éxito,“laeficacia de la FIV depende de la edad de la pareja”. Un estudio reciente de investigadores y médicos australianos, que analiza 1.280 tratamientos de FIVrealizados en parejas con diferentes edades de la mujer y del hombre, señala que la principal causa de los fracasos fue la edad de la mujer.
“El problema principal- señala el doctor Tesarik- es el coste elevado de los métodos de reproducción asistida, los únicos capaces de revertir el descenso de la natalidad. Dado que las soluciones ofrecidas por la seguridad social no son ni rápidas ni eficientes, las parejas buscan ayuda en clínicas privadas. Esto genera un problema de desigualdad social. Un reembolso, por lo menos parcial, de los gastos de reproducción asistida realizada en clínicas privadas ayudaría a mucha gente a realizar su sueño de tener hijos. Un sistema parecido existe en Israel y, en Europa, en Francia.”