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La Catedral de Santa María la Real de Pamplona se convierte en monumento cardioprotegido

jueves 12 de mayo de 2016, 10:40h
La Catedral de Santa María la Real de Pamplona se convierte en monumento cardioprotegido
B+Safe instala un desfibrilador DOC que dará cobertura a los 70.000 visitantes que reciben cada año el tempo y el Museo instalado en su interior. El uso de desfibriladores aumenta hasta el 90 por 100 las posibilidades de sobrevivir a un paro cardíaco en los 5 primeros minutos.
La empresa B+Safe ha instalado un DOC® (Desfibrilador Operacional Conectado) en interior de la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, una iniciativa que permitirá actuar de manera inmediata en caso de que se produzca un paro cardíaco repentino en el interior del templo y del Museo Occident situado en su interior, un conjunto artístico que en 2015 recibió la visita de 69.441 personas.

El DOC® es un desfibrilador inteligente que aúna un equipo fácil de manejar y de primera línea, con un módulo de comunicación creado para dotar al equipo de tele-asistencia, telecontrol y geolocalización las 24 horas de día, lo que garantiza su buen funcionamiento, la ayuda a la persona que atenderá la emergencia y la rapidez en el momento de encontrar a la víctima por parte del 112 ya que tendrán las coordenadas exactas de la localización del paciente.

La cardioprotección de la Catedral se ha completado con la formación, por parte de B+Safe de varios trabajadores del museo catedralicio, que han realizado un curso de resucitación cardiopulmonar (RSC), soporte vital básico (SVB) y uso del DOC®, de modo que están preparados para actuar con éxito en caso de presenciar un paro cardíaco.

“La necesidad de disponer de un equipo para actuar de manera adecuada en el caso de que se produzca un episodio cardíaco grave hasta la llegada de los servicios de emergencia nos ha llevado a adoptar esta solución de la mano de B+Safe, dado el gran número de turistas que nos visitan cada año y la celebración continua de oficios religiosos”, explica don Carlos Ayerra, deán de la Catedral de Pamplona.

Según las estadísticas en España fallecen en torno a 100 personas cada día por parada cardíaca, algo evitable en la mayoría de los casos por medio del masaje cardíaco y el uso del desfibrilador, que incrementa hasta un 90 por 100 las posibilidades de sobrevivir a un paro cardíaco si se atiende al afectado en los cinco primeros minutos.

Ante esta realidad es necesario concienciar a toda la sociedad acerca de la importancia de disponer de desfibriladores en lugares de afluencia masiva de personas ya que su presencia puede suponer la diferencia entre salvar o no una vida en caso de parada cardíaca o infarto de miocardio.

“En España aumenta cada día el interés de las Administraciones Públicas por impulsar la creación de zonas cardioprotegidas, en especial en lugares que registran gran tránsito de personas como monumentos de interés turístico y museos, instalaciones deportivas, centros comerciales, aeropuertos, etc. Sin embargo, todavía estamos a gran distancia de países como Francia nuestro país vecino, donde la presencia de desfibriladores es ocho veces superior a la de España”, asegura Nuño Azcona, Director General de B+Safe.

Espacios cardioprotegidos

La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población, ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos. Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador, con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.

Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardíaco repentino es de un máximo de 5 minutos.

Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados Cadena de Supervivencia:

1. Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia.

2. Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP).

3. Desfibrilación temprana.

4. SVA y cuidados post-resucitación

En Europa, el paro cardíaco es una de las primeras causas de mortalidad y en España se dan más 40.000 por año. En nuestro país, tras una enfermedad cardiaca, el índice de salvación se sitúa en un 4 por 100 mientras en EEUU se sitúa ya en un 50 por 100, gracias a la implantación masiva de Desfibriladores. El plazo de intervención para salvar a una víctima es de no más de 4-5 minutos. Además, por cada minuto que se pierde, hay un 10 por 100 menos de probabilidad de supervivencia.
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