El euríbor lleva tres ejercicios cerrando en negativo y desde 2012 se ha situado en valores por debajo del 1 %. Esto ha restado atractivo a las hipotecas a tipo variable, el préstamo que las entidades de crédito han potenciado tradicionalmente y uno de los ejes fundamentales del negocio bancario.
En este escenario, la banca ha ideado alternativas para blindarse ante los tipos de interés en negativo de las hipotecas, como las llamadas cláusulas “cero” para evitar intereses negativos, y la promoción de las hipotecas a tipo fijo entre sus clientes.
Estas hipotecas, que dan más tranquilidad al contratante porque permiten pagar siempre lo mismo, también le impiden beneficiarse del actual euríbor en mínimos. Sin embargo, de la necesidad de los bancos de contratar hipotecas a tipo fijo, surge la oportunidad del cliente para la negociación de condiciones más beneficiosas. El comparador HelpMyCash.com y habitaclia analizan cómo.
Cambiar la hipoteca de variable a fija
Ningún contrato puede ser cambiado sin el consentimiento de las dos partes y la última palabra la tiene siempre el cliente. Es decir, debemos realizar nuestros propios cálculos para determinar si realmente nos conviene o no cambiar de una hipoteca a tipo variable a otra a tipo fijo o mixto.
Si al banco le interesa aplicar un interés fijo, el cliente puede aprovechar la negociación y pedir a cambio una mejora en alguna otra cláusula de la hipoteca. Por ejemplo, rebajar unos intereses de demora muy elevados o desvincularse de algún producto asociado a la contratación de la hipoteca, como un plan de pensiones o una tarjeta de crédito o débito con consumo mínimo.
Sin embargo, las negociaciones con el banco nunca son fáciles y no siempre podremos mejorar las condiciones a nuestro favor. Nuestro poder de negociación es mayor cuanto más rentable resulte nuestro perfil como cliente.
Estos son algunos consejos para la negociación con el banco:
- Demostrar que tenemos un perfil solvente, es decir, que disponemos de ingresos mensuales suficientes y fijos, que nos permitirán devolver las mensualidades sin fallar.
- Vincularnos con algún producto que no tenga coste, como domiciliar recibos, o que consideremos necesario, como contratar un plan de pensiones.
- Mostrar una oferta de subrogación de la hipoteca de otra entidad. Puede que el banco prefiera mejorar las condiciones antes de que un cliente traslade la hipoteca a la competencia.
Clientes nuevos
Para los clientes nuevos, las entidades promocionan hipotecas fijas y mixtas con intereses históricos. Hace solo un par de años, las fijas se comercializaban con tipos de entre el 4 % y el 7 %, mientras que ahora el interés medio se sitúa en el 2,59 %, según cálculos del comparador HelpMyCash.com. Una vez más, el interés del banco en conceder estas hipotecas, nos ayudará a negociar algunos puntos:
- Se puede conseguir más plazo por el mismo interés, lo que comportaría unas cuotas más llevaderas. En general, el interés bajo solo se aplica en las hipotecas que se devuelven en quince años. Incluso se podría lograr un interés menor con el mismo plazo.
- Eliminar comisiones, sobre todo la de riesgo por tipo de interés, que puede ser del 5 %. Así, en el caso de querer cambiar la hipoteca a tipo variable no se deberá abonar una cantidad muy elevada.
- También se puede negociar una vinculación menor, es decir, adquirir menos cantidad de productos y seguros con coste.
A pesar todo, no todos podemos acceder a estas nuevas hipotecas a tipo fijo, ya que los préstamos hipotecarios que aplican tipos por debajo del 2 % tienen plazos de amortización menores de quince años, lo que comporta devolver la hipoteca en menos tiempo y con unas cuotas muy elevadas.
Una vez más, el poder de negociación dependerá del perfil del cliente y será más fácil para todos aquellos que dispongan de mejores garantías de pago.