Uno de los más incisivos, publicado por esglobal plantea estas cinco soluciones básicas que te resumimos:
La solución noruega
Basada en la integración en el Espacio Económico Europeo creado en 1994 para permitir a los miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio participar en el mercado interior. Sería una solución rápida de negociar que dejaría a Gran Bretaña fuera de las políticas agrícolas y pesqueras comunes y le permitiría gestionar libremente su política aduanera. Sin embargo, debería aceptar, sin tener voz ni voto sobre ellas, las leyes que desarrollan las cuatro libertades del mercado interior: libre circulación de mercancías, servicios, capitales y, algo que está en la génesis del Brexit, personas.
La solución suiza
El país alpino, que rechazó por referéndum sumarse a la solución del Espacio Económico Europeo, mantiene una compleja relación con la Unión Europea a través de más de 120 acuerdos bilaterales. El modelo, muy cuestionado en la Unión Europea porque carece de mecanismos para incorporar el acervo comunitario y plantea contradicciones crecientes entre los diferentes acuerdos bilaterales firmados, está abiertamente en crisis tras el referéndum suizo de 2014, que promovió implantar cuotas anuales a la libre circulación de ciudadanos no suizos.
La solución turca
Basada en la integración en la Unión Aduanera de la Unión Europea, lo que permitiría la libre circulación de bienes industriales. Este modelo anularía la libertad de Gran Bretaña de fijar su política comercial, ya que tendría que aceptar el resultado de la negociación en bloque que realizan los miembros de la Unión Europea de sus tratados internacionales y acuerdos comerciales con la Organización Mundial del Comercio.
La solución canadiense
Basada en la negociación de un Acuerdo de Libre Comercio como el negociado con el país norteamericano. Sería una salida muy compleja. El canadiense ha requerido siete años y aún necesita de la aprobación del Parlamento Europeo y los Estados Miembros para entrar en vigor. Básicamente, promueve la libre circulación de bienes y servicios, eliminando la totalidad de los derechos de aduanas industriales y el 92% en el sector agrario y alimentario. Ciertamente, limita la libre circulación de personas, un punto importante para los partidarios del Brexit, pero también la de capitales, básica para el sector financiero británico.
La solución china
Basada en la integración del Reino Unido, como miembro de pleno derecho, en la Organización Mundial del Comercio. Los británicos comenzarían desde cero a negociar unos niveles arancelarios para cada artículo cubierto por las normas de la organización y comerciarían con la Unión Europea en las mismas condiciones que países como Rusia o China.
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