Situado en el segmento medio alto, resulta un duro rival para modelos más populares como el Mondeo, el Superb o el Talisman, con la ventaja de tener un precio contenido y una exclusividad que los demás no tienen. id:66980
Aunque como decimos el Camry no es muy conocido en España, lo cierto es que en otros lugares si lo es y se ha creado una merecida fama, tan es así que ahora se comercializa la octava generación. Sin ser un coche espectacular, especialmente lujoso o brillante en sus prestaciones, es un vehículo que pudiéramos llamar equilibrado al que es muy difícil encontrarle defectos dignos de mención.
Con sus casi 5 metros de longitud (4.885 mm.), el Camry tiene desde luego una excelente presencia, sin mostrar estridencias se nota que se ha trabajado concienzudamente en la carrocería para que luzca unas formas modernas. Así, el frontal presenta como enseña de la marca, una calandra estrecha, que partiendo de los faros, esta presidida por el logo de la marca, mientras que la entrada principal de aire, de forma exclusiva de este modelo, ocupa más de la mitad de esta parte delantera y esta compuesta por una serie de lamas que van a todo lo ancho del coche y contienen los faros antiniebla. Volviendo a los grupos ópticos principales destaquemos que son de tecnología led, al igual que la luz de día integrada en ellos y formada por tres “eles” abiertas y con el ángulo suavizado. Hay que destacar también lo elaborado que está el capó con distintas formas a varios niveles que le hace sumamente personal.
En la visión lateral se aprecian la elegante línea de la que puede presumir el Camry, con una generosa superficie acristalada, incluido el enorme e inclinado parabrisas y la más compacta zona trasera. Esta muestra una corta tapa del maletero, en cuyo extremo se sitúa un alerón que forma parte de él. Los grandes grupos ópticos horizontales se prolongan tanto por los extremos de la carrocería como por la tapa del maletero. Sinuosas formas dan “vida” al paragolpes, así como otras lo dan a casi toda la superficie de la carrocería en general. Todo en el Camry parece suave y tratado como con delicadeza, una suavidad que, como luego veremos se confirma con su silencioso rodaje.
El amplio habitáculo respira una excelente calidad que, sin llegar a los niveles de Lexus (Por comparar en la marca), si supera a otros modelos de la competencia de similar precio, sobre todo en esta versión Luxury que nos ocupa. Si las líneas maestras de la carrocería son suaves e invitan a acariciarles, en el interior del Camry encontramos la misma sensación, la piel de los asientos, las curvas del diseño del salpicadero y los guarnecidos en general, también invitan a pasar la mano suavemente. Las líneas principales del mencionado salpicadero, lo dividen en tres zonas básicas de forma sutil. Una sinuosa línea de color aluminio parte de la derecha del cuadro de mandos y baja hasta envolver la parte de la consola que incluye la palanca selectora del cambio automático, así como de los interruptores de elección de la forma de conducir, es como si se quisiera separar la zona técnica y de conducción propiamente dicha del resto, ya que otra línea serpentea que viene de la zona del acompañante llega hasta la parte baja de la primera englobando toda la que pudiéramos llamar zona de infoentretenimiento y confort, con la pantalla de 8 pulgadas, sus teclas de funcionamiento alrededor de ella y un poco más abajo las del climatizador trizona con dos grandes botones giratorios principales y teclas para las funciones auxiliares. Lo que pudiéramos llamar tercera zona del salpicadero es la más sencilla de diseño, la del acompañante, que tampoco esta exenta de ese sentimiento de suavidad.
El cuadro esta dominado por dos grandes indicadores, el de la derecha para el velocímetro y el de la izquierda, más colorista, para indicar la zona en la que nos movemos al utilizar el motor, de recarga, económica y power, cuando aceleramos con decisión. Ambos indicadores se complementan con el de nivel de combustible y el de la temperatura del líquido refrigerante, respectivamente. Entre los dos se sitúa una pantalla a color que se puede configurar según lo seleccione el conductor, flujo de energía, autonomía, etc. La información se complementa con la proyección en el parabrisas (Head-Up Display a color) de forma clara y potente, de la velocidad a la que se circula, el mantenimiento en el carril, indicaciones del GPS, señales de tráfico… Los asientos son realmente cómodos y los delanteros sujetan muy bien el cuerpo, su ajuste es eléctrico al igual que el del volante, por lo que encontrar la postura de conducción más cómoda, para cualquier anatomía no plantea el más mínimo problema. El Camry puede presumir de ofrecer a los pasajeros traseros más espacio para las piernas que cualquier otro modelo de la competencia, a excepción de Superb de Skoda y lateralmente también dispone del suficiente para que tres personas viajen con comodidad, solo alterada por la forma del propio asiento más apropiado para dos personas. Estas plazas disponen además de inclinación del respaldo y de manejo del climatizador a su gusto. El maletero ofrece una capacidad de 500 litros y aunque tiene un hueco para comunicar con el habitáculo, este se ve reducido por un refuerzo de chapa que ocupa parte de la trasera del respaldo del asiento.
El Camry emplea la nueva plataforma de Toyota TNGA-K, que permite que el Camry tenga esa considerable distancia entre ejes, que da como consecuencia el amplio habitáculo que ya hemos descrito, así como una gran aplomo y confort en su comportamiento en carretera, como ahora veremos. El Camry emplea, como híbrido autorrecargable que es, dos motores uno de gasolina y otro eléctrico, El primero es un todo aluminio de inyección doble (Directa e indirecta) y distribución variable de control hidráulico para las válvulas de escape y electrónico en las de admisión, con 2.487 c.c. que desarrolla una potencia de 178 CV a 5.700 r.p.m. y un par 221 Nm entre 3.600 y 5.200 r.p.m. Por su parte el motor eléctrico, situado también transversalmente junto al de combustión, genera una potencia de 120 CV y un par de 202 Nm. El rendimiento de ambos motores se cifra en los 218 CV, más que suficientes como para mover con soltura los casi 1.700 kilos del Camry, en un momento dado. En cuanto a prestaciones, si bien la velocidad máxima no es muy elevada, 180 km/h, (¿Para qué más?), la aceleración si es digna de mención pues en alcanzar desde 0 los 100 km/h, solo se tarda 8,3 segundos, lo que demuestra que conducir con soltura y decisión el Camry no plantea problemas, ni al adelantar, ni al mantener una velocidad de crucero alta por muchas cuestas a la que haya que enfrentarse, con la ventaja además de que el consumo mixto, apenas supera los 5 litros a los 100 km.
La batería de niquel-hidruro metálico, situada bajo el asiento trasero, tiene una capacidad de 1,59 kWh y se muestra muy receptiva a la hora de recibir energía eléctrica a través de las reducciones del motor y de los frenos, ya que según hemos podido comprobar durante la prueba, se recarga rápidamente cuando circulamos por carretera con subidas y bajadas, en las que deja de funcionar el motor de combustión y el eléctrico transmite energía a la batería, siempre claro está que no vayamos exigiendo continuamente el funcionamiento de ambos motores, con bruscas aceleraciones. Por defecto el coche arranca con el motor eléctrico, siempre que haya batería claro, y según aceleremos entra en funcionamiento el de gasolina, hasta alcanzar una velocidad estable en la que ambos se combinan para conseguir el citado reducido consumo.
Este motor híbrido va asociado a una transmisión secuencial Shiftmatic que, aunque es del tipo de múltiples marchas, tiene un funcionamiento similar al de una caja de cambios automática de seis velocidades convencional. El conductor puede elegir, a través de tres teclas situada junto a la palanca selectora del cambio, entre una posición ECO, en la que predomina el ahorro de combustible y por lo tanto el motor eléctrico y las prestaciones reducidas del motor de combustión están limitadas, tienen prioridad. Otra Normal, en la que ambos motores se combinan según las circunstancias y las exigencias del conductor a la hora de manejar el coche y posición SPORT en la que tienen prioridad las máximas prestaciones de ambos motores y por lo tanto el consumo eléctrico y el de gasolina son más elevados, aunque este último nunca llega a los 6 litros a los 100 km. Junto a ellas se encuentra otra tecla, EV, en la que siempre que haya batería se circula en modo eléctrico, lo que viene bien a la hora de circular por ciudad y emitir 0 gases.
Como ya hemos insinuado el comportamiento del Camry es de lo más suave. Las suspensiones están orientadas a ofrecer un alto nivel de confort a los ocupantes. Ahora bien, eso no signifique que el coche balancee de forma excesiva pues esas suspensiones, con McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, con sus correspondientes barras estabilizadoras en ambos ejes, se encargan también de sujetar al coche con cierta firmeza, para que el conductor siempre sienta la sensación de dominio del coche por muy viradas que sean las carreteras y los ocupantes igualmente percibir un alto grado de seguridad.
Y ya que hablamos de seguridad, mencionemos que el Camry esta equipado con un sinfín de sistemas orientadas a ello o sea el completo Toyota Safety Sense, así como la Alerta de Tráfico Trasero con Asistente de Frenada y el Detector de Ángulo Muerto. Otro gran número de sistemas están orientados a ofrecer un mayor nivel de confort y de utilidad para la conducción como son, la calefacción en los asientos delanteros, la cámara trasera, el programador de velocidad, el cambio de luces automático, el mantenimiento en el carril, el avisador de cambio involuntario de carril, faros antiniebla, etc.