Por ejemplo, en las zonas públicas y con alto tránsito peatonal, ya sean grandes superficies comerciales o lugares de paso como aeropuertos, estaciones de tren, etc., se requieren materiales con elevadas prestaciones técnicas y que ofrezcan una importante resistencia frente al desgaste. Actualmente existen suelos, tanto de cerámica como de materiales de madera, que proporcionan una alta resistencia, pero sus procesos de fabricación presentan varios problemas.
Por otra parte, los materiales más utilizados en el envasado alimentario son los plásticos, por su bajo coste y poco peso, aunque en este caso el inconveniente se presenta en que este material tiene una permeabilidad a los gases que puede ser relativamente alta, lo cual podría disminuir la vida útil de los alimentos envasados.
Con el objetivo de solucionar la problemática existente en estas tres áreas claves del tejido productivo de la Comunidad Valenciana, el proyecto Desink pretende desarrollar recubrimientos funcionales que permitirán reducir el desgaste en baldosas cerámicas y suelos derivados de madera mediante decoraciones a través de la tecnología de impresión digital inkjet cuyas tintas tendrán nuevas funciones y propiedades, además de mejorar la barrera ante gases en el caso de los materiales plásticos que se utilizan para el envasado de alimentos.
Además, cabe destacar el uso del grafeno, un material que presenta características idóneas para ser aplicado en cada tipo de recubrimiento, así como las nanoarcillas funcionalizadas para aplicar como nano-refuerzos en distintos recubrimientos poliméricos con el fin de aumentar las propiedades de barrera ante los gases en el caso de los envases.
Desink también tiene previsto, entre otras cosas, aplicar cargas minerales micro y/o nanométricas para que sirvan como material de refuerzo en recubrimientos antidesgaste, además de realizar correlaciones de ensayos de desgaste entre productos cerámicos y suelos derivados de la madera y correlación entre ensayos de laboratorio y de desgaste por tránsito real.
Este estudio, coordinado por el
ITC, cuenta con la financiación del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) a través de los Fondos Europeos FEDER de Desarrollo Regional y tiene 2 años de duración.