El mal cierre de grifos o llaves de paso; el deterioro de puertas, ventanas o vitrinas; o un cortocircuito por un aumento brusco de intensidad en la corriente eléctrica, son algunas de las causas que motivan los siniestros en los comercios en verano. Según se desprende de un estudio realizado por
MAPFRE sobre su propia cartera de clientes, uno de cada tres incidentes de este tipo se produce en esta época del año, por lo que contar con un seguro que haga frente a los daños es una garantía.
La primera causa, con el 26% de los expedientes declarados en los meses de junio, julio, agosto y septiembre, son problemas relacionados con el agua.
Entre otros orígenes, éstos guardan relación con escapes accidentales o averías de los sistemas de conducción, que se pueden traducir en goteras o en inundaciones.
Además, según el estudio, los daños eléctricos y la rotura de cristales, con un porcentaje cercano al 18% en ambos casos, y los robos, con un 10%, provocan algunos de los siniestros que tienen lugar en los comercios durante el periodo estival.
Cabe destacar que tomando como referencia la propia cartera de clientes de MAPFRE, existen otros motivos que, en un menor porcentaje, propician también una llamada al seguro. Es el caso de la avería de maquinaria o equipos electrónicos, como ordenadores o cajas de cobro; y los daños materiales derivados de actos vandálicos.
MAPFRE tiene más de 40.000 comercios asegurados en España y ofrece también cobertura a más de 550.000 pymes y autónomos.
Si (
No(
