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Mitsubishi Eclipse Cross PHEV 4WD

Mitsubishi Eclipse Cross PHEV 4WD
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La versión más eficiente del SUV medio de la marca, sin perder por ello las intrínsecas virtudes de la tracción integral

Por Mariano García Viana
jueves 17 de marzo de 2022, 23:33h
El Eclipse Cross PHEV es el segundo modelo híbrido enchufable de Mitsubishi, tecnología en la que tiene sobrada experiencia, pues no en vano el hermano mayor Outlander, fue el primero en utilizar esta tecnología en un modelo de serie. id:82042
Concebido como un SUV de tamaño medio y con tracción integral, como más adelante veremos, el Eclipse Cross es un coche que, además de ofrecer una carrocería original y diferente a la mayoría de los modelos de su segmento, ofrece también una excelente y suave forma de conducir que le hace sumamente cómodo, tanto a los pasajeros como al propio conductor, pues es el híbrido enchufable que aprovecha mejor y por más kilómetros el funcionamiento en eléctrico.

Veamos pues como esta constituido su sistema motriz. El motor de combustión es un 2.360 c.c., todo en aluminio y de ciclo Atkinson, cuyo rendimiento se cifra en los 98 CV de potencia y su par en los 193 Nm a 2.500 r.p.m. Situado de forma transversal en la parte delantera, mando su fuerza a este eje. Dos son los motores eléctricos que configuran la parte “eficiente” de la motorización. Un primer motor situado junto al de combustión, es decir transversalmente bajo el capó delantero. Su función es transmitir potencia y mover el coche a través del eje delantero y también generar corriente. Su potencia es de 82 CV y su par de 137 Nm. Por su parte, el segundo motor eléctrico, ubicado también transversalmente, pero en esta vez en el eje trasero, dispone de una potencia de 95 CV y un par de 195 Nm. Su objetivo, además de generar corriente eléctrica, es mover el eje trasero y así proporcionar tracción integral cuando se necesite a través del sistema exclusivo de Mitsubishi S-AWC, cuya aportación a una mayor seguridad y mejor tracción repasaremos más adelante.

Como todos los híbridos, incluidos los enchufables, el Eclipse Cross arranca en modo eléctrico, pero en este caso y al contrario que la mayoría que en cuanto se acelera entra el motor de combustión, sigue circulando en modo eléctrico hasta casi acabar la batería, a no ser que tengamos que hacer aceleraciones contundentes en las que el motor de gasolina entra a “empujar” también. Además, los dos motores eléctricos, en cuanto se frena lo más mínimo o reducimos la velocidad, recargan la batería con bastante rapidez. Así, si la conducción es medianamente normal, como suele ser en ciudad circularemos en eléctrico mucho más tiempo que la mayoría de los híbridos y por lo tanto el consumo de combustible será mucho menor, unos 2 litros a los 100 km., incluyendo incluso algún recorrido corto por autovía. Si bien la autonomía en eléctrico, cifrada en los 45 km., es difícil de igualar, si hay que reconocer que se acerca mucho más que a la que anuncian teóricamente otros competidores híbridos enchufables. Ahora bien, si ya queremos circular a una velocidad media alta, por autopista o autovía, o disfrutar un poco de las buenas condiciones que ofrece el coche, en zonas viradas, al entrar en motor de gasolina con mucha más frecuencia, el consumo ya se puede acercar a los 7 litros.

Las prestaciones son de una velocidad máxima de 162 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h de 10,9 segundos. No son especialmente brillantes, pero sí son las suficientes para mover son soltura las casi dos toneladas que pesa el coche, sobre todo en la aceleración inicial que es muy dinámica. El conductor puede elegir, para la gestión de la energía, entre cuatro programas, el Normal, que es realmente la función híbrida, en la que, como hemos descrito, el motor de combustión solo entra en funcionamiento cuando se acelera con decisión y mientras el coche se mueve eléctricamente, el programa EV, en la que se circula siempre en modo eléctrico mientras haya carga en la batería. La función Save, mediante la cual se reserva una cantidad elegida de energía en la batería, para poderla utilizar en un momento posterior, como por ejemplo al entrar en una zona de bajas emisiones en una ciudad. Por último, la función Charge, tiene como misión que el motor de gasolina funcione en modo de producción de energía, para así recuperar la reserva que pueda quedar en la batería y mantenerla en un nivel determinado. En este modo se puede recuperar hasta un 80% de batería. Por cierto, la capacidad de la misma es de 13,8 kWh y su posición es central bajo el piso. A través de las levas situadas tras el volante, se disponen de seis niveles de intensidad de la retención regenerativa, que además de disminuir la velocidad de vehículo, recupera energía.

En cuanto a la recarga, que se puede efectuar con corriente continua o alterna. En un enchufe doméstico de 2,3 kW, el tiempo total desde cero es de 6 horas, en uno de 3,7 kW, de 4 horas y en uno público de corriente continua se tarda de pasar de 0 al 80% de la carga 25 minutos. Como el tiempo en casa no es excesivo, se puede cargar por la noche para tener la batería a tope al día siguiente y con las recuperaciones de energía que se pueden conseguir en la utilización diaria “normal”, tenemos más que suficiente como para que el motor de combustión entre en funcionamiento lo menos posible. El Eclipse Cross desde luego es de lo híbridos enchufables que más “alargan” la utilización en modo eléctrico.

Como ya hemos mencionado, el Eclipse Cross, como buen Mitsubishi, dispone de tracción integral mediante la función Twin Motor 4WD, por la que los motores eléctricos reparten de forma independiente el par entre los ejes delantero y trasero. Además, el sistema Active Yaw Control (AYC), controla los frenos y la dirección asistida para regular la entrega de par entre las ruedas izquierda y derecha. Esto se traduce en mejoras adicionales en la capacidad del automóvil para trazar con precisión las curvas, en la estabilidad tanto en la conducción en línea recta como en las maniobras de cambio de carril y en la tracción y el control en superficies resbaladizas o fuera de la carretera que, gracias a la altura con respecto a suelo de 191 mm. permite que el Eclipse Cross se aventure por pistas un tanto irregulares. Dependiendo de las condiciones de la carretera, el conductor puede elegir entre varios modos, Normal, Eco, Snow, Gravel o Tarmac.

El Eclipse Cross es un coche confortable, las suspensiones tienen un tarado más bien blando, con el que absorben muy bien las irregularidades de la carretera, sin que la carrocería se incline en exceso en las curvas cerradas. McPherson delante y paralelogramo deformable, ambos reforzados con sus barras estabilizadoras, se muestran también muy eficaces a la hora de proporcionar un buen agarre en todo tipo de circunstancias.

Como ya hemos mencionado anteriormente, el Eclipse Cross es un SUV de lo más personal, pues su diseño difiere bastante de lo visto en el mercado dentro de su segmento. Esta exclusividad se centra sobre todo en su parte frontal y más concretamente en su parte lumínica, pues los faros, de tecnología led por supuesto, están situados a media altura, ubicados en un gran hueco especial para ellos y con los dos focos uno encima del otro y enmarcados en cromados rectángulos con los bordes redondeados. Pero la originalidad no acaba ahí, pues la calandra tiene dos zonas bien diferenciadas, una superior que forma un conjunto con la luz de día y que contiene los diamantes del logo de la marca y otra más grande inferior, igualmente en color negro, pero con un tramado en forma de hexágono aplastado, que llega hasta el lugar de la matrícula y bajo ésta una entrada de aire del ancho del frontal y más abajo aun tres láminas en color aluminio a modo de protector de cárter. Son también muy llamativas, dos anchas siluetas cromadas que en forma de boomerang recorren, desde la parte inferior de la luz de día, ensanchándose para estrechar la parrilla inferior y terminar bajo el cubículo de los faros. En definitiva, un frontal muy elaborado a la par que original y llamativo.

Lateralmente, tampoco deja indiferente a un observador, los marcados pasos de rueda, con su protección plástica, la línea de cintura que en línea recta sube hacia la parte trasera y sobre todo las formas angulosas que recorren la carrocería a la altura de los abridores de las puertas y que también marca una ascendencia hacia atrás, así como otra que recorre la parte baja de las puertas sube por la aleta trasera, para señalar el paso de rueda y termina en el paragolpes trasero. Tampoco hay que olvidar las llamativas llantas de 18”. La parte posterior esta dominada por la inclinada luneta, imitando a un coupé y su generosa visera superior, con la tercera luz del freno. Los grupos ópticos se prolongan hacia arriba por el lateral de la luneta, mientras que su parte más importante lo hace por el costado de la carrocería y del portón. Un difusor de aire, de tres piezas en color aluminio y los catadiópticos, rematan esta parte posterior, en la que curiosamente no se aprecia el escape, como en otros modelos. En definitiva, el Eclipse Cross, podrá gustar o no, pero en ningún caso se le puede negar una personalidad que le diferencia claramente de la competencia que a veces es demasiado “rutinaria”.

El interior es amplio y luminoso, aunque peca quizás de una cierta frialdad, debido al exceso de superficies plásticas lisas, sin apenas detalles de diseño. No obstante, la calidad de los materiales es buena y no hemos notado ninguna vibración al circular por zonas bacheadas. El salpicadero, más bien sencillo de diseño, esta “animado” con varios elementos de aluminio pulido que enmarcan la zona de la pantalla multifunción y las salidas de aire centrales, así como otras líneas del mismo aspecto, lo hacen con la consola central y la encimera de la tapa de la guantera. El cuadro de instrumentos, con una gran visera que lo protege, dispone de dos igualmente grandes indicadores tradicionales circulares para velocímetro y cuentavueltas, pudiéndose configurar una pequeña pantalla entre los dos virtuales indicadores mencionados, aunque siempre se conserva el nivel de carga de la batería y el de gasolina. La muy completa información que proporciona, se complemente con el Head display que se proyecta en el parabrisas. La pantalla multifunción, de 8 pulgadas, tiene un manejo muy intuitivo que requiere un corto periodo de adaptación. Al contrario que otros vehículos, el climatizador y otros mandos auxiliares, se manejan mediante botones o teclas, mucho más efectivos que los que se activan desde una pantalla que requiere mucha más atención. A la izquierda del volante otra serie de teclas que activan o desactivan distintos elementos y funciones (Nada menos que 10).

Los asientos delanteros, de piel, de accionamiento eléctrico y con calefacción al igual que el volante, sujetan bien el cuerpo y resultan tan cómodos como la mencionada suspensión del coche. Entre ellos, algo más adelantado se sitúa la corta palanca selectora del cambio, acompañada de la tecla deslizante del modo de conducción, la de modo eléctrico, la de Save y Charge, las de la calefacción de los asientos y el freno de mano eléctrico. Varios huecos de mayor o menor tamaño, se reparten entre los reposabrazos delanteros y traseros, puertas consola central, etc. Tres pasajeros pueden ocupar el asiento trasero e incluso el de la posición central, irá relativamente cómodo, pues no es muy dura esa zona y además el túnel central apenas sobresale del piso. Es de destacar que también se dispone de calefacción en este asiento trasero. El maletero tiene una capacidad de 404 litros que se pueden ampliar hasta los 1.153 abatiendo el respaldo trasero.

En definitiva y como hemos dicho en más de una ocasión, un SUV distinto a todos, bien terminado y que puede presumir de tener el sistema híbrido enchufable de lo más efectivo del mercado y todo ello con el precio de los más bajos de su segmento.

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