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Taller de Solidaridad acoge el retorno de sus 12 personas voluntarias internacionales

El voluntariado: un virus que no tiene cura

jueves 08 de septiembre de 2016, 07:00h
El voluntariado: un virus que no tiene cura
Esta ONGD va a recibir a lo largo de septiembre, a 12 personas voluntarias que han participado en la XII edición del programa Taller en el Sur, en Filipinas, Colombia, Bolivia, Perú, y Cuba. La entidad ha acompañado en 13 años más de 50 itinerarios solidarios para acercar a sus voluntarios en España a la realidad de países y comunidades con las que colaboran. Una experiencia muy contagiosa que genera cada año más seguidores, es el testimonio y convencimiento de los repetidores lo que contagia a los que se involucran por primera vez en Taller en el Sur. Desde el 2003 el voluntariado es un activo clave para la ONGD que ha fortalecido su base social en toda España y ha generado un crecimiento en 5 años de 118% pasando de 60 en 2011 a 131 en 2016. 4 salmantinos, 3 jienenses, 2 malagueñas, 2 zamoranas y una madrileña, han tenido la oportunidad de trabajar durante 1 mes y conocer los proyectos en terreno. Ahora el trabajo “aquí” es sensibilizar a la sociedad y compartir sus experiencias. La ONGD acompaña el proceso formativo del grupo voluntario, otorgando una especial relevancia al retorno y así poder multiplicar los cambios positivos más allá de la persona que viaja y generar un efecto en su entorno más inmediato.
Taller de Solidaridad se suma a la conmemoración del día del Cooperante y quiere enfatizar la importancia de seguir apoyando los programas de cooperación no sólo a nivel gubernamental, sino también desde la sociedad civil. Rafael Veiga, Coordinador de Taller de Solidaridad, asegura que una forma de sensibilizarnos y abordar la complejidad del entorno en el que vivimos es tener una experiencia de voluntariado internacional que nos aporte una visión más amplia como seres humanos y así abandonar la “enfermedad del egocentrismo”.

En un momento convulso globalmente a nivel social, económico y político, Taller de Solidaridad quiere lanzar un mensaje de esperanza gracias al apoyo del voluntariado, capaz de transformar las injusticias sin heroísmos ni conformismos. La entidad cuenta con un equipo estable de 131 personas voluntarias que, durante todo el año, trabajan en tareas de educación para el desarrollo y sensibilización. A este grupo pertenecen los 12 voluntarios y voluntarias que han viajado este verano y que han tenido la oportunidad de comprender y conocer de primera mano las causas que generan la pobreza retornando a España con un mensaje aterrizado interiormente de esperanza y compromiso.

Taller en el Sur busca conseguir un mayor entendimiento mutuo y mejorar los resultados del trabajo realizado tanto en los países del Sur como en España. Este programa se aleja del turismo solidario o la moda de consumir experiencias en países exóticos. Más allá de cubrir un período estival de vacaciones, la propuesta conlleva un compromiso y una lealtad de la persona voluntaria en el trabajo antes y después de su voluntariado internacional.

Voluntarias repetidoras con carisma para la convicción

Josefina Nieto y Diana Crespo han viajado juntas este año a Filipinas y no es la primera vez. Ambas son veteranas con experiencia en RD. Congo y Perú. A su vez, ambas han logrado convencer y enganchar a paisanos suyos de Linares (un matrimonio de médicos que ha viajado este verano a Cochabamba) y Ana Isabel, una joven zamorana que ha viajado a Medellín (Colombia) para apoyar un proyecto de emprendimiento.

“Tener una experiencia de voluntariado internacional te permite hablar desde la honestidad y compartir la vivencia con otras personas sensibilizadas y así animarlas a que lo hagan. Si lo has vivido, puedes transmitir ilusión y verdad. Eso es lo que pasó con Ana Isabel una paisana de Zamora que ha viajado este año a Colombia”, añade Crespo.

Diana y Josefina han realizado un voluntariado en Manila, colaborando con los Talleres de Nazaret donde se elabora “Ropa Hecha con Amor” una marca pionera en ropa deportiva de comercio justo. También han participado en la campaña de microcréditos A CoffeeFor A Dream, una iniciativa solidaria que unimos a “Soñando un Techo. Construyendo Futuro” para recaudar fondos de ayuda para las familias filipinas afectadas por el Tifón Haiya – Yolanda, que necesitan recuperar sus medios de vida para volver a ser autosuficientes. Este proyecto pretende darles una oportunidad de futuro a los propietarios de las viviendas afectadas e intentar que consigan una estabilidad económica, mediante la concesión de microcréditos para la formación de sus propias microempresas sostenibles.

Josefina Nieto: “Llegar aquí y conocer los rostros de estas personas es un privilegio y un acicate para seguir una labor que lejos de perderse en el camino, llega directa al corazón de estas personas y a sus hogares que son la garantía de una vida mejor y de unos sueños cada día más dulces y prometedores.

Nieto confiesa cierto pudor al ser recibida con una bienvenida tan cálida y especial. “es como si estuvieran esperando a alguien importante y me hubiera colado yo en lugar del personaje. Pero el cariño de sus gestos, la complicidad de sus miradas y sus palabras, hicieron que esa sensación desapareciera. Tanto mi compañera Diana como yo, recibimos y agradecimos esas atenciones como lo que eran, una muestra de amistad, reconocimiento y gratitud a todos los que, desde España colaboraron en la construcción de estas viviendas y siguen aportando sus granitos de arena en otras partes del mundo para que los que no tienen la fortuna que hemos tenido nosotras puedan permitirse el lujo de seguir soñando un futuro mejor para ellos y los suyos”.

Ana Isabel, del Comité de Zamora, ha viajado a Medellín Colombia para apoyar el Proyecto Emprendamos y reflexiona sobre su experiencia: “Ahora que he atravesado el ecuador de mi estancia como voluntaria en Medellín comienzo a sospechar que mi experiencia de voluntariado empezó hace tiempo. A principios de año empezaron a surgirme inquietudes y pensamientos que no me había planteado. Necesitaba salir de mi burbuja, de mi zona de confort, encontrarme con otras realidades y vivir otras experiencias. Siempre he sabido apreciar la suerte de vida que me ha tocado, aunque he tenido que esforzarme he tenido todas las oportunidades al alcance de mi mano. He podido soñar sin límites y cumplir objetivos sin grandes adversidades, y puesto que he recibido tanto, empecé a pensar en que el momento de empezar a devolver había llegado”.

“Por medio de Diana, profesora en el colegio San José de Zamora y voluntaria en el comité de esta ciudad, conocí Taller de Solidaridad. Me contó su experiencia en el verano del 2015 en Piura, Perú, y en sus palabras descubrí la grandeza del voluntariado. Si había alguna duda en mí se disipó después de escucharla. Supe que era eso lo que quería. Ella me puso en contacto con el Coordinador y ahí empezaron a bajarse a la realidad todos esos pensamientos que llevaban meses rondándome”.

Acompañamiento antes, durante y después del viaje

La entidad ofrece un itinerario formativo que normalmente se inicia unos meses antes de su viaje. A lo largo de varias sesiones con el grupo de personas voluntarias se trabajan habilidades para el encuentro, aspectos técnicos de cooperación y desarrollo, así como competencias para la interculturalidad. Asimismo, hay un encuentro de voluntariado cada año en octubre para intercambiar experiencias y enriquecer aprendizajes.

Antonio Rivas, formador de los encuentros de voluntarios de Redinamo añade: El verdadero viaje comienza al retorno. La experiencia alcanza todo su sentido, “después”, cuando la persona ha retornado. El verdadero viaje comienza en los propios entornos, cuando lo vivido en un país del Sur choca con la cotidianeidad de nuestra vida aquí, en el “Norte”. Veiga añade: La pregunta clásica del voluntariado internacional es “¿Qué voy a hacer allá?” y tiene su lógica, somos una cultura del hacer y necesitamos emplear las manos… pero la pregunta aún más relevante, se formula al retorno, al llegar a tu propia cultura, entorno, familia… “¿qué vas a hacer con todo lo vivido?” ahí comienza la verdadera transformación, el sentido pleno de la experiencia.
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