En el 50 aniversario del SEAT 127, el icónico modelo rueda por primera vez al lado de su descendiente más tecnológicamente avanzado, el SEAT Ibiza. El 127 fue best-seller de la marca hasta la llegada del Ibiza, que sigue acumulando popularidad tras cinco generaciones y más de 6 millones de unidades vendidas. id:83405
En 1972, un coche llegó para marcar un antes y un después en la movilidad. Hablamos del SEAT 127. Con más de 1,3 millones de unidades vendidas, se convirtió en el best-seller histórico de la marca hasta la llegada del SEAT Ibiza, que tras cinco generaciones aún ostenta este título acumulando más de 6 millones de unidades. Ahora, medio siglo después del lanzamiento del 127, estos dos modelos referentes en sus épocas en tecnología, diseño y seguridad ruedan juntos por primera vez.
A la vanguardia del diseño. Son una pareja de contrastes: tamaños dispares, ángulos rectos frente a formas curvilíneas, llantas de 13 contra 18 pulgadas; cuesta imaginar que el Ibiza desciende del 127, pero este fue el primer exponente del segmento B, que dio paso a otra manera de usar los coches: por utilidad. Destinado a un público joven, “el 127 estaba disponible en cinco colores e incorporó por primera vez un portón trasero para aumentar la capacidad de carga”, destaca Isidre López, responsable de Coches Históricos de SEAT. El Ibiza, con sus cinco puertas y nueve colores, “sigue siendo el coche de referencia de las generaciones más jóvenes”, comenta Xavier Gomis, ingeniero de I+D de SEAT.
Dos pequeños con un gran interior. Pese a sus reducidas proporciones, el habitáculo del 127 era realmente amplio. “Gracias a su buena utilización de los espacios y la carrocería, tenía una habitabilidad del 80%”, explica López. Por su parte, “el Ibiza ha sabido mantener la amplitud como atributo a la vez que incorpora un elemento clave hoy en día: el info-entretenimiento”, indica Gomis. ¿Cómo? A partir de una pantalla flotante de hasta 9,2 pulgadas, un 20% más grande que en la cuarta generación, y un Digital Cockpit de 26 centímetros.
Conectados con el entorno. En 1972, la interacción con el exterior dependía únicamente de las lunas y ventanillas. “En el 127 estaba enfatizada gracias a su ancho parabrisas rectangular, que favorecía la visibilidad y aportaba luminosidad al interior”, cuenta López. En el Ibiza, esta conexión va mucho más allá, convirtiéndose en un vehículo 100% conectado. “El sistema Full Link permite vincular los smartphones al coche, mientras que el SEAT Connect lo dota de acceso constante a Internet y engloba toda interacción dentro y fuera del vehículo”, comenta Gomis.
Un salto en seguridad. “El 127 fue el primer SEAT en incorporar cinturones de seguridad de tres puntos y el primero con tracción delantera, lo que aportó seguridad y facilidad a la conducción”, explica López. Sin embargo, aunque fue uno de los coches más seguros de su época, no se puede comparar con los sistemas de seguridad avanzada de la quinta generación del Ibiza. “Los asistentes a la conducción no solo protegen a los integrantes del vehículo, sino que hacen que la circulación sea mucho más cómoda”, comenta Gomis. Entre ellos destacan el asistente de salida involuntaria de carril (Lane Assist), el detector de fatiga, el control de crucero adaptativo (ACC) y el reconocimiento de señales.
Alumbrando el camino. Una de las grandes innovaciones en la iluminación del 127 fueron sus faros rectangulares, dejando atrás las ópticas redondas de modelos anteriores. “Así se obtuvo una mayor eficiencia lumínica y un aspecto más moderno”, recalca López. A años luz, “el Ibiza cuenta con tecnología Full LED, con sus distintivos faros delanteros triangulares de luz blanca y también iluminación ambiental en el interior”, indica Gomis. “Hace 50 años, el SEAT 127 empezó a alumbrar el camino que hoy el Ibiza ha hecho suyo”, comenta López. Y es que ambos han sabido adaptarse a las necesidades de sus épocas, con prestaciones avanzadas a su segmento.