La marcada volatilidad en el mercado de divisas la semana pasada llegó hasta los valores bursátiles de EEUU
Análisis del Mercado de Divisas de Ebury
Por
Enrique Díaz-Álvarez
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infoeburyes/4/4/10
martes 13 de septiembre de 2016, 11:40h
La semana pasada, durante la cual se celebraron numerosas reuniones de bancos centrales, trajo consigo gran volatilidad intradía en los mercados de divisas. La prudencia del Banco de Canadá y el discurso relativamente agresivo esgrimido por el Riksbank sueco causaron que sus respectivas monedas tomaran rumbos opuestos.
El dólar canadiense mostró el peor comportamiento de todas las monedas del G10, mientras que la corona sueca registró los mejores resultados, lo que sirve para corroborar de nuevo que las políticas que aplican los bancos centrales se han convertido casi en el único factor del que dependen los mercados de divisas.
Más ambigua fue la reacción que el mercado adoptó frente a la reunión del BCE, que resultó ligeramente más conservadora de lo esperado. No se anunció ninguna ampliación del programa de flexibilización cuantitativa y, aún así, el euro cerró la jornada del jueves a la baja. Esta circunstancia nos transmite que el comportamiento del euro en las últimas semanas guarda más relación con la fijación de posiciones que con cualquier cambio claro de tendencia. Por su parte, la caída que afectó a los mercados de valores el pasado viernes se atribuyó a los agresivos comentarios provenientes de Eric Rosengren, presidente de la Reserva Federal de Boston. Sin embargo, esta explicación nos parece insuficiente, ya que Rosengren no añadió nada que no se supiera.
Durante esta semana también se celebrarán diversas reuniones de bancos centrales en Suiza, Rusia y Taiwán. La inflación del Reino Unido y las cifras del mercado minorista de Estados Unidos serán los principales datos macroeconómicos que condicionarán el comportamiento de los mercados de divisas. Más allá del mercado de divisas, la cuestión clave será seguir de cerca el funcionamiento de los mercados de capital tras la importante venta masiva que afectó a los valores bursátiles estadounidenses a última hora de la noche del viernes.
PRINCIPALES MONEDAS EN DETALLE
EUR
En contra de lo esperado, el BCE decidió retrasar su decisión sobre prolongar el programa de flexibilización cuantitativa más allá de su fecha de finalización, fijada para marzo de 2017. Resultó sorprendente que el euro, después de ciertas dudas, cerrara el día por debajo del dólar. Además, su venta masiva tuvo continuidad el viernes en medio de una atmósfera marcada por la aversión generalizada al riesgo demostrada por los mercados estadounidenses. Probablemente, la ausencia de acontecimientos que afecten a los mercados desde la Eurozona implica que la cotización del euro dependerá de lo que suceda en Estados Unidos, en concreto de las cifras de ventas minoristas y de las palabras que la Gobernadora de la Fed, Lael Brainard, pronuncie este lunes.
GBP
El acontecimiento clave para la libra esterlina esta semana será la reunión que celebrará el Banco de Inglaterra el jueves. Se espera de forma unánime (también para nosotros) que la votación registre un resultado de 9 a 0 en favor de mantener la política actual. Las noticias a corto plazo sobre la reacción económica del Reino Unido frente al Brexit han resultado más positivas de lo esperado, por lo que estimamos que esta será razón suficiente para que el Banco de Inglaterra no varíe su postura. Asimismo, en nuestra opinión, para mantener la libra esterlina en su tasa de entre 1,23 y 1,34 respecto al dólar durante el resto de la semana, bastará con que el informe de inversores no arroje sorpresas.
USD
El dólar atravesó algunos problemas a principios de la semana pasada debido a que los datos de la encuesta sobre el sector servicios se redujeron hasta situarse en su nivel más bajo desde 2010. No obstante, la reacción mixta que siguió a la reunión del BCE y la postura agresiva adoptada por Rosengren sirvieron para animar al dólar el viernes, incluso a pesar de que causase una caída en picado de los valores estadounidenses. Mañana todas las miradas estarán puestas en el discurso que dará Brainard y que será la última oportunidad para que la Fed siente las pautas de su reunión de septiembre. Además, la cifra de ventas minoristas que verá la luz esta semana también brindará información oportuna sobre el estado de la economía estadounidense, aunque su extremada volatilidad intermensual convierte a este indicador en uno de los menos fiables.