Uno de los objetivos de las carreras eléctricas Extreme E series es generar el mínimo impacto en cada una de las localizaciones donde se celebra. Coches eléctricos, un equipo reducido y la filosofía de que su paso sea lo menos invasivo posible. Pero la realidad es que sí que dejan su huella positiva en cada lugar que visitan. Lo hacen gracias al programa Extreme E Legacy en el que, junto con organizaciones locales, buscan regenerar las consecuencias del cambio climático en estas zonas.
Su última intervención ha sido en el desierto de Antofagasta, Chile, donde los pilotos del equipo ABT CUPRA XE han podido colaborar en la reintroducción de especies en peligro de extinción. “Hemos podido comprobar cómo está afectando la subida de las temperaturas en hábitats muy diferentes, y cómo repercute en el ecosistema. Todas las acciones que hagamos, por pequeñas que sean, son importantes”, comenta el piloto de ABT CUPRA XE Nasser Al- Attiyah, mientras participa en el proyecto previo a la carrera del Copper X Prix. Jutta Kleinschmidt apunta: “Llevo más de 30 años compitiendo y es la primera vez que tengo la oportunidad de hacer algo así por el planeta”.
Las zonas más extremas. La pasada temporada plantaron más de un millón de manglares a lo largo de la costa de Senegal, contribuyeron a la preservación de las tortugas en Arabia Saudí y reforestaron más de 100 hectáreas de árboles en el Amazonas. Esta temporada continúan con la misma filosofía, explica el Dr. Francisco Oliveira, científico responsable de Extreme E Legacy en el Amazonas: “No hay un planeta B, este es el único que tenemos y debemos aprender a protegerlo de la manera más sostenible. Gracias a esta competición, a la organización y a los pilotos como embajadores tenemos la oportunidad de mostrarlo al mundo del deporte”. “Fomentar la sostenibilidad a través del motorsport, en una competición eléctrica e igualitaria son valores que compartimos en CUPRA y por los que formamos parte de Extreme E desde el inicio del proyecto”, añade Xavi Serra, responsable de CUPRA Racing.
Recuperando hábitats
En su último viaje, los equipos de Extreme E pudieron ver en Antofagasta, Chile, los efectos que una mina causa en su ecosistema. Decenas de especies de ranas autóctonas están en peligro de extinción a causa de los residuos que se filtran al agua. “Las ranas son indicadores globales de salud desde una perspectiva de biodiversidad. Tienen una piel permeable muy sensible a la contaminación y si la calidad del agua no es la adecuada no pueden sobrevivir”, explica Julia Wall-Clarke, responsable de impacto y comunicaciones de Extreme E. Gracias a la colaboración de Extreme E Legacy con el Museo de Historia Natural y Cultura del desierto de Atacama y el Zoo Nacional de Santiago más de 800 ejemplares podrán introducirse de nuevo en el ecosistema en los próximos meses.
Juntos por el planeta
Los pilotos de ABT CUPRA XE, junto a sus compañeros de otros equipos, han podido colaborar en cada una de las intervenciones. “Para nosotros es muy importante que se sumerjan en nuestros proyectos y comprendan el entorno en el que estamos trabajando. Y lo cierto es que lo hacen con gran entusiasmo y energía”, destaca Geordie Stewart, director de operaciones de Extreme E Legacy. Para Nasser Al-Attiyah es “muy importante el mensaje que mandamos al mundo con estas acciones”.
Su próxima intervención será durante la competición del 26 al 27 de noviembre en Punta del Este, Uruguay, donde cerrarán la segunda temporada dejando su huella en esta carrera por el planeta.