Y ya que hablamos de presencia, digamos que la versión que nos ocupa desde luego que la tiene y mucha. Se ve, se mire por donde se mire, que no es un familiar al uso, sino un deportivo con esa fisonomía. Sus anchas ruedas, sus pinzas de frenos señaladas, sus entradas de aire, su altura rebajada y en marcha un sonido de potencia que rubrica su apariencia, le hacen ser distinto, pero sumamente “apetecible” para el que el guste disfrutar de una conducción dinámica y deportiva.
Siguiendo esta línea digamos que Audi siempre ha tenido en general en su gama modelos de carrocería familiar, pero con un comportamiento y unas prestaciones deportivas. El S4 Avant, continua esta tradición y nos ofrece una mecánica diésel capaz de satisfacer al conductor más exigente. El corazón de ésta es un motor de 6 cilindros en V y 3 litros de cilindrada, capaz de rendir 341 CV a 3.800/3.950 r.p.m. y un par de nada menos de 700 Nm entre 1.750 y 3.250 vueltas. Para conseguir este par tan sumamente elevado, Audi ha combinado el sistema eléctrico principal de 48 voltios, con un compresor accionado eléctricamente (EPC). Éste, desde el arranque del motor proporciona una poderosa capacidad de empuje, mostrando una aceleración de auténtico deportivo, por ejemplo, de 0 a 100 km/h, solo se tardan 4,7 segundos y de 80 a 120 km/h, apenas 3. Mientras que su velocidad punta esta limitada a los 250 km/h. Estas cifras no son de extrañar si se tiene en cuenta que la respuesta del compresor eléctrico, es inferior a 250 milisegundos, su potencia máxima de salida, alcanza los 7 kilovatios y la velocidad máxima de giro es de 70.000 r.p.m.
Para poner también su “grano de arena” en conseguir ese enorme par, Audi utiliza una doble alimentación, pues el EPC trabaja en tándem con el turbo movido por los gases del escape. De esta forma siempre tenemos un máximo de empuje, por un lado, a bajas vueltas y en recuperaciones, gracias al EPC y por otro subiendo y subiendo de revoluciones en aceleraciones rápidas y constantes, gracias al turbo. Siguiendo con la descripción de esta tecnológica mecánica, aunque sea someramente, también hay que tener en cuenta que mientras que el EPC se encarga de aumentar el rendimiento, el sistema Mild hybrid (Hibridación ligera, MHEV) ayuda a mejorar la eficiencia. El sistema MHEV de 48 voltios comprende aquí un motor eléctrico, situado longitudinalmente junto al V6, conectado al cigüeñal que hace las funciones de alternador y de motor de arranque; y una batería de iones de litio con una capacidad de 0,50 kWh alojada bajo el piso del maletero. En las fases de deceleración puede recuperar hasta 8 kW de energía eléctrica, que se almacena en la batería.
La tecnología MHEV permite que el sistema start/stop se active desde una velocidad de 22 km/h, cuando el conductor acelera de nuevo y se vuelve a arrancar el motor de forma instantánea. Gracias en parte a la integración del sistema de hibridación ligera y a los sensores del vehículo, se consigue un ahorro de combustible de hasta 0,4 litros cada 100 km en condiciones reales de conducción, y pueden desplazarse en modo de marcha por inercia con el motor de combustión desactivado hasta 40 segundos. De estos sendos ahorros de combustible, viene la concesión de la etiqueta ECO con las ventajas que ello conlleva. A pesar de ser un motor de gasóleo, su nivel sonoro es bajo, pues incluso en velocidades cortas, donde suele oírse más generalmente, apenas se deja oir y mucho menos cuando ya el coche esta lanzado en relaciones largas. Ahora bien, se puede variar el sonido del escape consiguiendo una “música” parecida al de un motor de gasolina de alta cilindrada, lo que le va como ni pintado a la magnífica apariencia deportiva del S4 Avant.
El cambio automático Tiptronic de convertidor de par, es de 8 velocidades y su funcionamiento, como es habitual en él, es perfecto. Las relaciones están tan bien estudiadas que no se notan las distintas transiciones de velocidad al acelerar incluso de forma brusca y constante. Mientras que, al reducir manejando las levas situadas tras el volante, retiene perfectamente el coche. Como la mayoría de los Audi, el S4 Avant, dispone de cuatro modos de conducción predefinidos, Confort, Auto, Dynamic y Efficiency, al que hay que añadir un quinto, Individual, que permite al conductor configurar algunos de los parámetros de los que actúan sobre los distintos sistemas del coche en función de la opción elegida. Por su parte, los frenos, con los cuatro discos ventilados y con grandes pinzas, se han mostrado siempre muy eficaces y resistentes a la fatiga por mucho que se les utilice.
A pesar de sus 4.770 mm. de largo y sus casi 2 toneladas de peso, el S4 Avant siempre se ha mostrado mucho más ágil de lo que cabría pensar con esa dimensión. Las suspensiones con paralelogramos deformables en ambos ejes, con sus respectivas barras estabilizadoras y unos amortiguadores “tirando” a duros, han permitido siempre inscribir el coche en las curvas sucesivas, sin que la carrocería se bambolee y sin perder tracción al salir de ellas con decisión. Los 341 CV “tiran” del coche como si se tratara de un fiero deportivo. La tracción es permanente en las cuatro ruedas y funciona mediante un diferencial autoblocante central que distribuye el par entre ambos ejes en una proporción 60/40 (eje delantero/ eje trasero). Este reparto no es fijo y cambia según las circunstancias y el modo de conducción seleccionado en un rango que va de 70/30 a 15/85.
Como ya hemos comentado Audi ha sido la precursora de que los modelos con carrocería familiares fueran tan atractivos como lo pudieran ser las berlinas e incluso más que ellas. El S4 es un claro ejemplo de ello. Líneas afiladas y muy perfiladas, luneta muy inclinada, una altura con respecto al suelo reducida en 23 mm. si se compara con versiones “normales” del A4 y unas llantas específicas de 19 pulgadas de atractivo diseño, le hacen parecer incluso agresivo, como un felino en estado de alerta. Frontal presidido por la gran parrilla “singleframe” en color negro satinado, que le ocupa casi por completo si hacemos excepción de los estrechos faros con tecnología Matrix led y dos generosas entradas de aire para los frenos en los laterales de la parrilla, también en negro satinado, compartidas por los cubículos, también negros para los antiniebla.
La curvatura del techo, con declive hacia la luneta, marca el tamaño de las ventanillas, ya que por debajo de ellas la línea es recta conservando la altura del inicio del capó. Formas rectilíneas insinúan ligeramente los pasos de rueda y otra rectilínea, pero algo más sinuosa, remata la parte baja de las puertas. Los grandes grupos ópticos traseros, que se prolongan por los laterales de la carrocería y el portón, con tecnología led e intermitentes dinámicos, así como la inclinada luneta protegida por una visera-alerón, marcan la personalidad de esta zona inconfundible con Audi. Tanto la luz de día, como los grupos luminosos traseros, están formados por bloquecitos verticales de leds.
El habitáculo resulta amplio, tanto para las plazas delanteras como para las traseras, pues hay espacio suficiente para ir sumamente cómodos sin que haya que encoger las piernas. Con respecto al maletero, se dispone de 520 litros de capacidad sin necesidad de abatir el respaldo del asiento posterior, con cuya acción llegaríamos a los 1.435 litros. Como la mayoría de los Audi, la terminación es buena, todo ajusta perfectamente y los detalles de aluminio satinado, dan todavía más, un aspecto tecnológico a la zona del salpicadero, en cuyo centro, de forma superpuesta encontramos la pantalla multifunción, bajo la cual se sitúan las salidas centrales de aire y algo más abajo todavía los mandos del climatizador. El virtual copick o cuadro de instrumentos en una pantalla de 12,3”, que se puede configurar con distintas visiones a gusto o necesidad del conductor.
El equipamiento es muy completo, incluyendo una amplia dotación de elementos de confort, conectividad y sistemas de asistencia al conductor y seguridad, que permiten combinar perfectamente las cualidades intrínsecas del coche, las de carácter deportivo, con una versatilidad ideal para recorridos de larga distancia.