La “recuperada” marca MG ofrece una gama ampliamente dominada por los modelos eléctricos, tanto es así que, por ejemplo, el pasado mes de febrero fue líder en ese mercado de vehículos electrificados. Pero MG también ofrece modelos de combustión como es el caso que os ocupa. El ZS 1.5 VTI-tech, es un SUV que recientemente ha recibido una acertada remodelación, tanto en la carrocería como en el habitáculo, además de incorporar a su gama las dichas versiones de gasolina, una de 106 CV y 1.5 c.c. y otra de un litro turboalimentada, con tres cilindros y con 5 caballos más.
Pero como decíamos en el subtítulo, en esta ocasión hemos elegido la que tiene un precio más bajo, aunque no por ello menos interesante sino todo lo contrario, pues su equipamiento es realmente completo y digno de modelos de muchos más euros de precio. Además de la citada potencia, el motor de cuatro cilindros ofrece un par de 141 Nm a 4.500 r.p.m. El funcionamiento de esta mecánica es realmente suave, apenas si se deja oir al ralentí o a bajas revoluciones, eso sí, hemos notado una cierta falta de brío cuando hemos querido obtener una aceleración contundente, pues se toma su tiempo en subir de vueltas, aunque esta situación se puede paliar en parte utilizando la caja de cambios manual de cinco velocidades, reduciendo a otra u otras relaciones inferiores se pueden obtener unas aceleraciones más elevadas, si las necesidades de la circulación así lo requiere.
Como decimos la caja de cambios es de utilización manual y dispone de cinco relaciones, todas ellas más bien largas, sobre todo 4ª y 5ª, pues están orientadas a obtener un consumo lo más reducido posible, aunque realmente es difícil de conseguir, ya que circulando por autovías y combinándolo con ciudad en parte, bajar de los 6 litros es difícil y si conducimos con cierta alegría por carretas despejadas y utilizando el cambio para no perder aceleración en las cuestas el consumo no baja de los 7 litros. Como el coche resulta más económico en lo que a consumo se refiere, es a una velocidad de crucero de unos 120 km/h sin aceleraciones bruscas y así no es difícil conseguir unos 5,5 litros de media. El manejo de la palanca del cambio es suave y permite una utilización rápida, gracias a su buena disposición.
Siguiendo con las referencias a la suavidad, comentemos que es uno de los adjetivos que podemos adjudicar a la conducción del ZS 1.5. Todos los mandos están a la mano del conductor y no requieren buscar en la pantalla los accionamientos de los distintos sistemas con los que esta equipado. Las suspensiones, con McPherson delante, con su barra estabilizadora y rueda tirada detrás con elemento de torsión, sujetan perfectamente el coche en cualquier tipo de carretera y la amortiguación más bien blanda, proporciona un alto nivel de confort a los ocupantes, solamente a atravesar baches “cuadrados” o bandas reductoras de velocidad, muestra algo de brusquedad, pero en ningún caso son motivos de incomodidad. Aunque la concepción del coche es la de un SUV medio y dispone de cierta altura con respecto a suelo, el ZS como la mayoría de los modelos similares de su categoría, no es el vehículo más adecuado para aventurarse por terrenos difíciles, pues solo tiene tracción delantera y su potencia no es muy alta, pero hay un detalle con el que supera a su competencia más directa, el que cuenta con control de descensos, lo que viene muy bien si circulamos por pistas forestales, sin grandes irregularidades, pero que en algún momento tienen cuestas muy pronunciadas, con lo que nos evitaría utilizar los frenos y el riesgo de deslizarse si el terreno es arenoso. Pero en fin, lo más apropiado para este MG SZ es ir por carretera cómodamente y conduciéndole con la suavidad que nos transmite y pudiendo presumir de ese alto nivel de confort que ya hemos dicho y además con estar rodeado de un equipamiento, como más adelante veremos, que muchos coches de categorías superiores no tienen y todo ello con un precio notablemente más bajo.
La línea SUV del ZS es lo que pudiéramos decir clásica para su categoría, no destaca por grandes rasgos de diseño, pero tampoco por resultar recargado o extravagante, resulta agradable a la vista y muestra también una indudable personalidad, sobre todo en la parrilla característica de la mayoría de los modelos de la reaparecida MG. Ésta de entramado negro y presidida por el logo de la marca de generosas dimensiones, domina casi todo el frontal, estando escoltada en su parte alta por los “rasgados” faros de led, cuya luz de día tiene forma de punta de flecha. Bajo la matrícula se despliega la entrada de aire inferior, a cada lado de la cual, en un elaborado cubículo, se encuentran los faros antiniebla que también sirven de direccionales en las maniobras. En la parte más baja de la citada entrada de aire, se despliega un panel color de aluminio, como si fuera un falso cubre cárter.
En la visión lateral, quizás la más parecida en su diseño a otros modelos de la competencia de la misma categoría, sin que ello signifique un menosprecio, destacan las nervaduras que recorren parte de la carrocería a la altura de las manillas de las puertas, otras formas que enlazan la parte baja de las mismas, con los ligeramente abultados pasos de rueda y también en esa zona baja la línea cromada, que se superpone a la de plástico negro que recorre todo el contorno de coche, pasando por los pasos de rueda, a modo de protector y la zona más baja de ambos paragolpes. La zona acristalada esta compuesta por tres ventanillas, siendo la tercera de pequeñísimo tamaño triangular, pues coincide con la subida de la cintura del coche y la bajada de techo. Dos barras color aluminio recorren el techo, para dar un mayor énfasis a su condición de SUV. Por último, señalar el diseño de las llantas de aleación conformas de pétalos de flor y mezclando el color negro con el del aluminio. Su tamaño de 17”, visualmente parece más pequeño debido al propio diseño de coche con mucha “chapa” a la vista hasta la cintura del coche.
La trasera, más creativa, muestra una luneta de dimensiones más o menos normales, protegida en su zona superior por una visera que contiene la tercera luz del freno y que se prologan ligeramente por los laterales, mientras que su zona inferior es señaladamente curva. Los grandes grupos ópticos mezclan la iluminación led con la tradicional de bombillas incandescentes. Como no podía ser de otra manera, un gran logo de MG preside el centro del portón cuya apertura queda un tanto alta para introducir en el maletero objetos pesados. A cada lado de paragolpes, encontramos unos cubículos muy parecidos en su diseño a los de la parte delantera, que contienen los catadiópticos. En la parte baja del paragolpes dos falsas salidas de encape en color aluminio, separan un negro difusor de aire. En resumidas cuentas, y como ya hemos dicho, un coche correctamente diseñado que, aunque con cierta personalidad, carece de detalles que lo distingan de otros modelos a simple vista.
El interior del ZS es más amplio de lo que cabría imaginar, los 4.323 mm. que mide de largo, están muy bien aprovechados, además de transmitir una terminación agradable y de cierta calidad. Resulta realmente acogedor. Bien terminado, sin lujos, pero con todos los elementos situados correctamente y donde se debe, mostrando un salpicadero lineal y muy funcional. El cuadro, con los dos medio indicadores de aguja, de cuentavueltas y velocímetro, separados por una pantalla que refleja un buen número de funciones del ordenador, de las ayudas a la conducción, de la presión de los neumáticos, etc. La pantalla multifunción de 10,1 pulgadas, dispone de navegador, así como conexión Apple Car Play y Android Auto, ofreciendo una buena calidad de resolución. Dentro de la pantalla se sitúan unos pulsadores táctiles para elegir la función que se quiere obtener de ella y más abajo las teclas de diversas funciones como la de entrada al climatizador que se refleja en la pantalla y más abajo aún un hueco para dejar el móvil o pequeños objetos. En la parte horizontal de la consola, encontramos unos botones para el control de descenso, cámaras y otras funciones, mientras que más cerca del conductor la palanca del cambio manual y entre ambos asientos delanteros, el freno de mano mecánico.
Los asientos de imitación a piel, con adornos de costuras rojas, al igual que las que recorren el salpicadero, la consola, el freno de mano o la propia palanca del cambio. En el reposacabezas delantero, también en rojo, esta impreso el logo de MG y el propio diseño de los asientos invitan a sentarse en ellos, pues los delanteros sujetan muy bien el cuerpo y el trasero dispone para las piernas un espacio más que sobrado y mayor que coches de longitud superior. Si la habitabilidad es muy buena, el maletero no se queda atrás y con 448 litros de capacidad supera también a coches más grandes, de todas formas, se puede ampliar hasta los 1.166 litros abatiendo el asiento posterior. El equipamiento es otra de las bazas positivas de las que puede presumir el ZS, teniendo en cuenta su precio, pues además de los elementos de confort más o menos habituales en los coches actuales, encontramos sistemas de ayuda a la conducción, la cámara de aparcamiento de 360°, navegación por satélite, asientos delanteros con calefacción, la tapicería “estilo de cuero” con las citadas costuras de contraste. Además, incorpora elementos como el MG Pilot, que incluye el control de ángulo muerto y la alerta de tráfico cruzado trasera para ayudar a evitar posibles accidentes, el control de crucero activo, el asistente de mantenimiento en el carril, la frenada de emergencia, etc. En fin, que la relación precio-calidad-equipamiento, es única en el mercado español, un coche muy interesante para tener en cuenta.
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