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Ford Mustang Convertible California Special GT 5.0 Ti-VTC V8

Ford Mustang Convertible California Special GT 5.0 Ti-VTC V8
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La leyenda continúa aún mejor

Por Mariano García Viana
jueves 23 de marzo de 2023, 23:23h
Ya sea en versión coupé o en descapotable, como es el caso, el Mustang sigue siendo uno de los deportivos con más bagaje histórico sobre sus espaldas. Este último modelo de la saga se muestra a la altura de sus prestigiosos ancestros.

Bien es verdad que, siguiendo un poco con la historia del Mustang, a lo largo de la misma ha tenido distintas vicisitudes, como es la de equipar motores de 2 litros y cuatro cilindros turboalimentados, pero su verdadero corazón siempre ha sido el poderoso motor V8 de cinco litros de cilindrada. Nada de turbos, compresores o similares, simplemente primero carburadores, luego inyección mecánica, más tarde electrónica y ahora mixta directa e indirecta y con admisión variable, pero con los míticos ocho cilindros en V.

Bien, vemos ahora como es este “palpitante” corazón y todo lo que le rodea. Con 5.038 c.c. el V8, proporciona una potencia de 450 CV a 7.000 r.p.m. y un par de 529 Nm a 4.600 vueltas. Pero además de esa elevada potencia, que promete unas excelentes prestaciones, como así es, hay un factor subjetivo que influye sobradamente en el tipo de comprador de un coche de estas características, el sonido. Y es que el gorgoteo que emite el V8 nada más arrancar, hace subir la adrenalina y satisfacción del conductor de forma inevitable. Además, se puede subir el tono del mismo a voluntad y dejarse llevar por la música del escape o bien, si queremos pasar más desapercibidos conectar la función Good Neighbour, que rebaja sensiblemente el sonido de la “orquesta” y que además se puede programar siempre que se pase por determinados lugares, como pueden ser pueblos o zonas urbanas como pueden ser colegios u hospitales. En fin, volviendo a su inigualable sonido, no estaría de más que fuera patentado como el también exclusivo que emiten las Harley Davison.

Volviendo a los detalles “más materiales”, digamos que el funcionamiento del motor es realmente eficaz, dinámico y divertido por su rapidez en respuesta y por su empuje sin fin. Acelerando con decisión y quedándonos agradablemente apoyados en el respaldo del asiento, pero sin brusquedades, con una aceleración constante, el motor sube y sube de vueltas y engranando automática y sucesivamente las velocidades, sin apenas darnos cuenta, solo concentrados en ese empuje constante y en el cambio de sonido de las marchas según se van engranando, estaremos llegando al corte de la inyección fijado en los 250 km/h, en una carretera cerrada claro. Esa citada impresionante aceleración se cifra en los 4,5 segundos saliendo desde parado y llegando a los 100 km/h., mientras que recuperando desde 80 km/h y hasta los 120, solo se tardan 3.1 segundos. Cifras dignas de un deportivo, como el Mustang así es, aunque para algunos le falta algo de agilidad, para calificarlo como tal, pero es que el Mustang pesa cerca de los 1.900 kilos y es un coche asentado en el asfalto y ofrece una confortabilidad que quizás a otros más “agiles” le falta.

Como las comparaciones son odiosas, sigamos centrándonos en el legendario modelo en su versión actual. El cambio automático de 10 velocidades funciona a la perfección, pues engrana las sucesivas relaciones sin que decaigan las revoluciones y cuando tenemos frenadas contundentes y queremos salir rápido ya esta preparado para hacerlo sin ninguna sensación de duda o pérdida de tiempo. Además de poderlo utilizar manualmente con las levas situadas tras el volante, el Mustang dispone de cinco modos de conducción, Normal, Deportivo, Circuito, Nieve y My Mode o personalizable. Cada uno de ellos influye en la actuación del control de estabilidad, en la respuesta del acelerador, en el funcionamiento de la caja de cambios automática, en la dureza de la dirección, de la suspensión e incluso en el elogiado sonido del sistema de escape.

También se cuenta con el Sistema de Control de Arrancada, mediante el cuál se mantiene el motor a un valor predeterminado entre 3.000 y 4.500 rpm con el acelerador a tope. Cuando se suelta el freno el envío de par a las ruedas traseras se controla para poder consolidar una máxima motricidad. Pero es que quiera un poco de espectáculo, también se dispone de un sistema de cierre de línea electrónico, que acciona solo los frenos delanteros, permitiendo a los conductores hacer patinar los neumáticos traseros. En fin, sofisticaciones más propias del otro lado del Atlántico.

El Ford Mustang utiliza una suspensión trasera y delantera completamente independiente, con McPherson delante y multibrazo atrás, con sus correspondientes barras estabilizadores, que optimiza la comodidad de conducción y el agarre. La estructura del chasis en esta versión descapotable, esta reforzada, además de que ya de por sí, se utilizan materiales ligeros que incluyen el aluminio, empleado en el capó y los laterales delanteros, la suspensión, la transmisión y los frenos. Los aceros de alta resistencia, la soldadura laser y las técnicas de hidroformado contribuyen a que el chasis sea más rígido, lo que conlleva una experiencia mejorada de conducción y una mayor seguridad. Además, la tracción y el agarre en las curvas se maximizan con un diferencial de deslizamiento limitado de serie y un sistema de suspensión MagneRide, que monitoriza las condiciones mil veces por segundo y utiliza un fluido controlado electrónicamente para adaptar la resistencia de la amortiguación al escenario de conducción.

Cierto es que el Mustang es un coche con cierta envergadura y un peso respetable, pero además de en autopistas y carreteras despejadas donde se pueden mantener medias altas con completa seguridad, en zonas viradas y con sucesivas curvas se comporta también con soltura, como ya hemos comentado. El equipo de frenos Brembo, con discos ventilados en ambos ejes y con pinzas de 6 pistones en el delantero, aseguran una eficacia de primer orden como así es y con ausencia de síntomas de fatiga aunque se les utilice con profusión.

Esta versión que nos ocupa, la California Special GT, es la de un atractivo y llamativo descapotable, que ya sea con el techo de lona desplegado o sin él, llama la atención allá por donde circula (Además de por el inigualable sonido). Al ser una versión especial adopta algunos detalles personales que la distinguen de otras. Así la parrilla son de un nuevo diseño que luce un entramado negro más apretado y en el que desaparece el caballo Mustang, mientras que en un lateral figuran las letras en rojo de la versión, GT y las iniciales de California Special, CS. Los faros que la escoltan son como ya es habitual de pequeño tamaño, en comparación con la anchura del frontal, pero ya con tecnología full led e incorporan en la misma parábola la luz de día con las tres bandas lumínicas oblicuas. Más abajo se sitúan los intermitentes horizontales y unas pequeñas luces antiniebla. Bajo estos y escoltando a la entrada de aire inferior, encontramos dos elaboradas aberturas para la refrigeración de los frenos. El largo capó muestra dos hendiduras para la refrigeración, así como unas nervaduras que le hacen más agresivo.

Lateralmente se aprecia la pureza de sus líneas, sobre todo descapotado y con los cristales de las ventanillas bajados. Para identificar la versión, una franja negra con las mismas letras que las que aparecen en la parrilla, recorren la parte baja de las grandes puertas, uniendo los pasos de rueda e incluso prolongándose hasta englobar el catadióptico lateral trasero. Las sinuosas formas que recorren este lateral, más los abultados pasos de rueda, sobre todo el trasero al tener una mayor anchura el neumático, 275/40, frente a 255/40 el delantero, redundan en el aspecto deportivo del coche. En la trasera los típicos grupos ópticos de los Mustang, con tres bandas luminosas verticales, identifican claramente con quién estamos tratando. Y eso que tampoco en esta zona aparece el caballo, pero la franja negra que une ambos pilotos incorpora en su centro un sobresaliente círculo con las cuatro letras del modelo, que recuerdan claramente a la tapa de la boca de carga de la gasolina en los modelos clásicos de Mustang. Detalles que identifican claramente al coche, aunque el caballo al galope se reserve para el interior.

Efectivamente, en el habitáculo lo encontramos en la pantalla, en el volante o en el frontal del salpicadero en el área del acompañante, por cierto, en una chapita muy parecida a la que lucía el Mach 1 del 73 que tuve la fortuna de poseer durante unos años. En general el interior del Mustang es correcto, bien terminado, pero sin grandes rasgos sofisticados de diseño y muy de acorde con lo que de un deportivo se pude esperar, funcional y práctico. El mencionado salpicadero luce un cuadro de instrumentos que es una pantalla personalizable de 12 pulgadas, que además de ofrecer los dos grandes relojes para velocímetro y cuentavueltas, en su parte central también puede informar de datos como la temperatura del aire de la admisión, la de la cabeza de la culata, la relación entre aire y combustible que entra en la cámara de combustión, el voltaje de la batería o las fuerzas longitudinales y transversales a las que está sometido el vehículo. Por su parte la pantalla central multimedia, sobre la que se despliegan tres salidas circulares del climatizador, es de 8 pulgadas y ofrece el sistema de comunicación y entretenimiento SYNC 3 de Ford, que está diseñado para estar siempre listo para un viaje por carretera, permitiendo a los conductores controlar sus smartphones conectados, el audio, la navegación y las funciones de climatización con comandos de voz. El sistema es compatible con Apple CarPlay y Android Auto y la conectividad se proporciona en movimiento mediante un módem FordPass Connect.

El accionamiento de la capota de lona es semiautomático, pues tanto para abrirla como de manera inversa al cerrarla, hay que accionar una especie de trinquete para desenclavarla o lo contrario. El resto del accionamiento es automático pulsando su correspondiente botón, pudiéndose accionar en marcha, pero solo a menos de 5 km/h. La calidad de la lona es muy buena, así como su terminación, que permite un buen aislamiento del exterior. Por su parte los asientos, tipo baquet de Recaro, sujetan estupendamente el cuerpo y disponen de accionamiento eléctrico, calefacción y ventilación. El trasero, solo para dos personas, el coche es un 2+2, que no tengan las piernas muy largas, pues disponen para ellas de un espacio muy reducido. Y hablando de espacio el maletero, en esta versión descapotable, tiene una capacidad de 332 litros.

El Mustang dispone de un buen número de tecnologías y dispositivos de asistencia al conductor, como la frenada de emergencia con detección de peatones, programador de velocidad activo con alerta de la distancia con el coche que nos precede, alerta por cambio involuntario de carril y un largo etcétera en el que se incluyen otros dispositivos habituales, hoy en día, en los coches de cierta categoría. En definitiva un deportivo típicamente americano, que proporciona un auténtico placer el conducirlo y más esta versión “Californiana” descapotable que permite disfrutar del aire libre y el cielo abierto.

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