Dentro de las marcas de origen chino, sin lugar a dudas BYD esta de moda y eso que apenas hace unos meses que desembarcó en España, pero sus modelos totalmente eléctricos, lo justifican pues están muy cerca de lo que llamamos Premium.
Efectivamente y aunque en Europa y sobre todo en nuestro país, es apenas conocida, BYD es uno de los fabricantes, por no decir el que más, con una mayor producción en China y que además ofrece una gama muy completa, excelentemente terminada y con un justificado prestigio. Dentro de esa gama podemos encontrar, turismos urbanos, crossover medios y grandes, turismos de alto nivel, etc.
Para empezar a conocer los modelos eléctricos de BYD, traemos a estas páginas el Atto, un SUV de tamaño medio, el segmento de los crossover de mayor demanda en estos momentos en España y que sinceramente nos ha sorprendido por buen rendimiento en todos los sentidos, por el original, pero atractivo diseño, de la carrocería y por ofrecer un interior amplio para las dimensiones exteriores, igualmente original en sus formas y sobre todo por la excelente calidad de los materiales empleados.
Exteriormente el Atto 3, ofrece en general unas formas más bien redondeadas, que están más marcadas en el frontal que forma un amplio arco en el morro, con una ancha línea color aluminio satinado que además de exhibir las tres letras de la marca en su centro, uno los dos faros que, además de la luz de día, disponen de tecnología full led. El paragolpes sigue esas formas redondeadas, solo rotas en su zona más baja por una discreta entrada de aire y por dos trapezoidales huecos negros situados en los laterales del mismo, muy al estilo de Audi.
Lateralmente volvemos a encontrar el dominio de las líneas suaves, esta vez recorriendo toda la extensión de las puertas y entre los pasos de rueda que, por cierto, están protegidos por una zona de plástico oscuro que combina con la parte baja de las puertas y de ambos paragolpes. La zona acristalada es lo suficientemente amplia como para favorecer una buena visibilidad, destacando la pequeñísima tercera ventanilla, que precede al inclinado montante C, forrado en aluminio satinado. Las llantas bicolores, de acertado y original diseño, son de 18 pulgadas.
Por su parte, la trasera vuelve a mostrar ese arco que comentábamos en el morro, esta vez marcado por una arista que comienza en la aleta delantera, recorre el lateral por encima de las manetas de apertura de las puertas y rodea la parte trasera, algo más debajo de la luneta y por encima de los grupos ópticos, de led naturalmente, que situados en los extremos de la carrocería se unen por una fina línea lumínica que identifica el modelo por la noche. La luneta esta “protegida” por una generosa visera que se prologa discretamente por los laterales, mientras que el no menos generoso portón, marca en su parte baja unas suaves formas, que preceden a un paragolpes bastante elaborado, ya que en él se muestran distintas formas negras decorativas a cada lado del lugar de la matrícula, mientras que, en el falso difusor de aire, de color aluminio satinado, se han instalado una serie de led como luz de marcha atrás. En resumidas cuentas, una línea personal, sin exageraciones, pero que sobre todo en su frontal, le distinguen de la nutrida competencia de este segmento de SUV medios.
Ahora bien, donde si BYD ha marcado una exclusiva personalidad, es en el habitáculo del Atto 3. No hay ninguno modelo hoy en día que se le asemeje. Hay mucha creatividad, dentro de una innegable calidad de los materiales empleados, sin que ello signifique el renunciar a la ergonomía. Hay multitud de elementos que, si bien son para una utilización habitual en cualquier coche, sus diseños son distintos y agradables tanto a la vista como al tacto. Digamos que en general que todos los elementos están influenciados por los círculos, las medias circunferencias y las formas redondeadas, acompañadas de una mezcla de colores entre azul claro, crema y plateado, todo muy “a los años 50” pero en plan moderno. Los simples mandos de apertura interior de las puertas, son un elemento curvo que gira sobre un círculo en cuyo interior va instalado un altavoz de pequeño tamaño. Las salidas de aire del climatizador, tanto las laterales como las centrales, son medias circunferencias paralelas, instaladas en un conjunto igualmente redondeado. La misma tónica se aprecia incluso en los apoyabrazos de las puertas.
El salpicadero tricolor también forma un suave arco, en cuyo centro se sitúa la gran pantalla multimedia de la que hablaremos un poco más adelante. El cuadro tiene nada más que 5 pulgadas, pero en él se reflejan las informaciones más importantes para el conductor que además puede cambiar su configuración. Por su parte, la gran pantalla de nada menos que 15,6 pulgadas, tiene la facultad de girar y pasar de la posición horizontal a la vertical o viceversa, con sólo apretar un pulsador en la propia pantalla. La calidad de las imágenes que ofrece es excelente y a la hora de aparcar, en la disposición vertical, nos ofrece distintas tomas a través de varias cámaras, con lo que se facilitan enormemente las maniobras más complicadas. El manejo es fácil y requiere poco aprendizaje, pues tiene todas sus disposiciones dominadas por la lógica. Dispone de sistema de navegación Here Maps, el sistema multimedia BYD DiLink 4.0, que reconoce las instrucciones a través de la voz y es compatible con Android Auto y Apple Carplay. Además, se puede configurar para ofrecer dos contenidos distintos simultáneamente.
La consola que es horizontal a partir de los aireadores centrales, tiene dos pisos. En el superior se sitúa la palanca de cambios que, como no podía ser de otra manera, es un rollo (Como el dulce “hueso de Santo”) sujeto por los extremos que se unen en su parte inferior en un eje que se incrusta en la consola, para moverse en las posiciones D, N y R, mientras que la P de aparcamiento se encuentra en un botón bajo el “rollito” que hace las veces de palanca de cambios. En esa misma plataforma están situados diversos pulsadores, para distintas funciones, como la luz de emergencia, el de función automática del climatizador, cuya utilización manual debe hacerse a través de la pantalla, el del modo de conducción, etc., además del botón de arranque y pare. Tras este conjunto ya encontramos dos huecos portabotes y un ancho reposabrazos entre los asientos, bajo el cual hay un generoso hueco. Un espacio igualmente aprovechable que en el piso inferior de la descrita consola, en el que se encuentran varios enchufes auxiliares.
Volviendo a las puertas, es digno de destacar el que los huecos situados en las puertas, disponen de tres tiras elásticas de tela engomada, para sujetar mejor los objetos que se ubique en ellos y que tienen la particularidad de que tienen su propio sonido si se las maneja con los dedos como las cuerdas de una guitarra, ya que uno de los extremos de las bandas elásticas, se enganchan en una especie de altavoz que hace de resonancia. Los asientos de piel sintética, como el resto del coche combinan perfectamente los colores azul, blanco, negro y los ribetes y pespuntes en color rojo. Francamente atractivos, pero no queda ahí la cosa, es que además son sumamente cómodos y sujetan perfectamente el cuerpo por muy brusca que sea la forma de conducción. Los reposacabezas entran integrados en el propio respaldo. Por su parte el trasero, por espacio puede acoger sin problemas de espacio a tres personas de una contextura más o menos normal y aunque el central irá algo más incómodo, no es óbice para que no pueda hacer un viaje largo en esa posición. El maletero, de forma muy regulares y con huecos auxiliares, tiene una capacidad de 440 litros, que se pueden ampliar hasta los 1.338 abatiendo el asiento trasero.
Para mover este atractivo SUV medio como es el Atto 3, BYD ha montado un motor eléctrico en la parte delantera de forma transversal, cuyo rendimiento es de 204 CV y su par de 310 Nm. Como en todos los eléctricos, la aceleración del Atto 3 en cuestión de segundos en contundente y realmente gratificante, pues aunque ésta no sea constante por las circunstancias del tráfico, saber que en todo momento puedes contar con una reacción rápida del coche anima a conducir de forma dinámica y hasta casi deportiva. Las prestaciones que se pueden destacar son, una velocidad máxima de 160 km/h, limitada electrónicamente como en la mayoría de los eléctricos, mientras que la aceleración de 0 a 100 km/h es de 7,3 segundos y la recuperación de 80 a 120 km/h de sólo 5 segundos. La autonomía, punto débil de este tipo de motorización, esta homologada en los 420 km, que en la práctica y en una utilización con mayoría del recorrido en autovía y algo de ciudad, se queda en 340 km, mientras que si la utilización del coche es al revés, es decir con mayoría de circulación por ciudad, sube hasta casi los 390 km.
La batería, de litio hierrofosfato, tiene una capacidad de 60,48 kWh y su potencia máxima de carga en corriente continua es de 88 kW. Los tiempos de recarga se pueden resumir en unos 44 minutos para pasar de 0º al 80º, en potencia máxima de corriente continua, los citados 88 kW. En corriente continua, en la potencia máxima de 11 kW, el tiempo estimado para una carga completa es de 6 hora y media, en 7,4 kW el tiempo sube tres horas más. En la práctica, cargándole en la potencia “casera” de 3,7 kW, el tiempo se dispararía en más de 15 horas. Pero ojo, estamos hablando de una carga desde 0 al 100%. Para una utilización “normal” es que, si cargamos el coche en casa, para recuperar el kilometraje gastado en un día, que puede oscilar entre los 100 y 200 km, con una noche tendríamos el coche dispuesto a tope para el día siguiente. Otra cosa es que queramos salir de viaje o hayamos regresado de uno con la batería casi a 0.
El Atto 3 dispone de tres modos de conducción, Eco, Normal Sport y Snow, según quiera manejar el conductor y en función de la elección, el consumo, la aceleración y el comportamiento en general variará. También se puede elegir entre que el coche avance por su inercia cuando se levanta el pie del acelerador o que haya retención eléctrica y por tanto recuperación de energía, que por cierto, no es muy grande, pues el coche tiende a ganar velocidad en carreteras con pendientes superiores al 9%, aproximadamente.
Conducir el Atto 3 es sumamente fácil, se deja llevar con una facilidad pasmosa. Además del silencio de marcha, de esa mencionada aceleración contundente, el coche se “sujeta” muy bien en todo tipo de carreteras y trazados. Con un sistema McPherson con sus correspondientes barras estabilizadoras en ambos trenes, la eficacia y la nobleza del comportamiento esta más que asegurado. Como también lo está el confort del que disfrutan los ocupantes, no solo por esos estupendos asientos que ya hemos citado, sino también por una amortiguación orientada a ello, sin que perjudique el comportamiento y la seguridad. Los frenos, con discos ventilados delante y macizos atrás, se han mostrado siempre eficaces en todo tipo de utilización aunque ésta fuera intensiva.