Efectivamente y como decimos en el subtítulo, el Giulia es una de las berlinas más premiadas, por no decir la que más y prueba de ello son los numerosos trofeos conseguidos, Volante de Oro, Sport Auto Awards, Coche del Año “What Car”, Best Car Automotor and Sport, Autobello……y además nos ha ocurrido algo durante la prueba que no suele ser habitual. Muchos coches son los que han pasado por nuestras manos a lo largo de décadas, algunos de ellos francamente espectaculares y que han hecho volver la cabeza a muchos transeúntes, pero hasta el Giulia, prácticamente nadie se ha dirigido a nosotros comentando la belleza del coche y han sido más de una y de dos personas. En fin, el hecho es evidente.
Pero antes de volver a su presencia estética, vamos repasar lo que guarda bajo el capó, que en una marca como Alfa Romeo siempre es interesante, por el corazón deportivo que se espera. Esta versión Veloce monta el motor de 2 litros de gasolina, pero que es capaz de desarrollar 280 CV a 5.250 r.p.m. y de obtener un par de 400 Nm a 2.250 r.p,m. Un motor todo de aluminio, con un árbol de levas en culata, inyección directa, turbo e intercooler, entre otras tecnologías y que le permiten además de conseguir unas prestaciones auténticamente deportivas y dignas de un no menos auténtico Gran Turismo, mantener velocidades de crucero con un alto nivel de seguridad y confort para los pasajeros. Hablando de prestaciones, señalemos que la velocidad máxima se sitúa en los 240 km/h y que la aceleración de 0 a 100 km/h, en los 5,2 segundos, mientras que el consumo medio, a velocidades y aceleraciones moderadas se sitúan en los 7,5 litros, pero ahora bien si queremos sacar partido a un motor así, que desde luego va como que ni pintado a la silueta del coche, la cifra sube lógicamente, pero nunca de forma desaforada.
Desde luego utilizar este coche y su mecánica es de lo más agradable. Desde muy bajas vueltas empieza a empujar con una fuerza verdaderamente reconfortante, pues no deja de subir de vueltas con rapidez hasta casi el corte de la inyección. La caja de cambios automática de ocho velocidades se combina perfectamente con el motor, al que no deja en ningún momento que caiga de vueltas, pues inmediatamente reduce a una velocidad inferior si la velocidad o las revoluciones decaen. Las relaciones son más bien cortas para así acompañar el talante deportivo del coche y se reserva la 8ª para mantener una velocidad alta de crucero a bajas revoluciones y, por ende, con un consumo contenido. De todas formas, junto a la palanca selectora de velocidades, encontramos una rueda con tres posiciones, la N (Normal), que es la posición con la que normalmente circulamos y en la que los cambios de velocidades se realizan en función de la forma de conducir, la A (All weather) en la que prima la economía y los cambios se realizan antes de subir mucho de vueltas y así también se evitan posibles deslizamientos con suelo resbaladizo. Y por último la D (Dynamic), en la que el comportamiento de la caja de cambios es más dinámica y permite subir de revoluciones hasta casi las 6.000 vueltas. Además de la respuesta a los requerimientos del acelerador, en función de la posición elegida la dirección dispone de más o menos asistencia y la suspensión activa varía su intensidad de dureza.
Los Alfa desde su nacimiento, además de deportivos, alegres y juveniles, han estado acompañados de una mecánica que emitía un sonido personal y que hacía subir la adrenalina. En el caso del Giulia Q4 y a pesar de su potencia y del doble escape que sobresale en la trasera, su sonido es bastante discreto. Al ralentí parece el de un coche “normal”, sin ese ronroneo que caracteriza los motores de alta potencia, a velocidades medias apenas si se deja oir y solamente a muy altas vueltas comienza a emitir ese añorado sonido Alfa.
Bueno, volvamos a interrumpir la secuencia lógica, esta vez de las características mecánicas y volvamos a las estéticas exteriores e interiores. Creado por el Centro Stile Alfa Romeo, el diseño del Giulia, como decíamos al principio, confirma la mejor tradición italiana, combinando proporciones armónicas, linealidad estilística, materiales de alta calidad y sofisticados detalles en aluminio y piel. El Giulia destaca por tener unos voladizos muy cortos, un capó y guardabarros delanteros largos, un habitáculo desplazado hacia atrás y asentado sobre las ruedas traseras. Por ello, esto se traduce en una batalla muy generosa, la más larga de su categoría, pero integrada en una de las carrocerías más compactas. El frontal es el típico de la marca con la calandra “trilobulada”, el elemento de estilo más famoso y reconocible de Alfa, que en este caso está acompañada en sus laterales por unos grupos ópticos, full led, estrechos y felinos y perfectamente integrados. El largo capó muestra unas suaves formas a distintos niveles, como si estuvieran hechos para que el aire las acaricie. Y lo mismo podemos decir de las hendiduras laterales que recorren la carrocería desde el paso de rueda delantero hasta la manija de la puerta trasera. En la visión posterior, se puede observar que las líneas suaves siguen dominando el diseño y solo están “rotas” por los originales grupos ópticos a base de leds y en la parte inferior del paragolpes por las dos generosas y negras salidas laterales del escape.
El habitáculo del Giulia, sigue la misma tónica que el exterior, es elegante y sencillo, sin estridencias, pero sumamente original y deportivo a la vez. El salpicadero destaca porque es completamente asimétrico, es decir, una primaria visera discurre desde la parte superior de la redonda salida de aire del lateral izquierdo, descendiendo hasta la parte central de la salida derecha, cobijando el cuadro de mandos, la parte central de la consola e incluso el lado del acompañante. Independientemente del original diseño, hay que resaltar dos características de esta zona de control del coche. Una es que la mayoría de los controles principales, incluyendo el botón de arranque, se han incorporado en el volante de dirección y la otra que la pantalla multifunción está completamente integrada al salpicadero y si está apagada pasa completamente desapercibida, pues presenta una superficie negra, que al encenderse ofrece una pantalla táctil de 8,8”. El cuadro está compuesto por dos grandes esferas digitales, para cuentavueltas y velocímetro, separados por otra pantalla de 7” que ofrece un sinfín de informaciones.
La mencionada pantalla táctil, ha sido actualizada con respecto a versiones anteriores, reordenando menús, con posibilidad de personalizarlos, ofreciendo una navegación más intuitiva, Entre los dispositivos que hacen uso de la conectividad, hay una serie de servicios, integrados dentro del paquete Alfa Connected Services, que permiten disponer de llamada de emergencia y de asistencia en caso de accidente o avería, con una función que remite mensualmente al propietario un informe del estado de mantenimiento del coche; control remoto de algunas funciones del vehículo, a través de una aplicación para el móvil que no solo permite localizar y abrir el coche, sino también recibir alertas sobre el uso, en caso de prestar el coche, así como conexión a Alexa y Google Home; revisión del estado del coche a distancia, conexión wifi para hasta ocho dispositivos, alerta por robo, etc. y por último dispone de Apple CarPlay y Android Auto, así como de activación por voz.
Los asientos son muy confortables y sujetan bien el cuerpo y aunque el trasero el trasero está más diseñado para albergar a dos personas, por el espacio disponible pueden viajar tres perfectamente. Por su parte el maletero tiene una capacidad de 480 litros. El Giulia cuenta con sistemas de seguridad y ayuda a la conducción de última generación. Entre estos sistemas se puede señalar, el sistema de Aviso de Colisión Frontal (FCW) que utiliza un sensor de radar y una cámara montada en el parabrisas delantero para advertir al conductor de cualquier impacto inminente con otro vehículo o con un obstáculo en la misma trayectoria que el vehículo. Si el conductor no interviene, el sistema de Freno de Emergencia Activo (AEB) con detección de peatones frena automáticamente para impedir la colisión o para reducir las consecuencias del impacto. Una novedad es el Sistema de frenos integrado (IBS), un verdadero preestreno a nivel mundial, pues utiliza el innovador sistema electromecánico IBS que combina el control de estabilidad y el servofreno. eE paquete de sistemas de asistencia a la conducción no estaría completo sin el Aviso de Abandono de Carril (LDW) que detecta cambios involuntarios de carril y el dispositivo de Control de Ángulo Muerto (BSM) que controla el área alrededor del coche utilizando sensores y ayuda al conductor durante los cambios de carril y al adelantar.
Ahora volvemos a cambiar de “tono” y recuperamos la información “mecánica” del Giulia Veloce Q4, que como expresa esta última denominación, emplea la tracción integral, lo que da como resultado que su comportamiento sea realmente ejemplar debido también a su excelente chasis y su perfecto equilibrio de pesos entre los dos ejes. La tracción a las cuatro ruedas prioriza las ruedas traseras, puesto que normalmente son ellas las que “empujan” el coche, ahora bien, en caso de que se detecte una pérdida de tracción en esas ruedas, el diferencial reparte también “la fuerza” hacia las delanteras, llegando si es necesario hasta el 60% a estas últimas.
A pesar de ser muy efectivo en curvas lentas, no es nervioso en las rápidas. La impresión que transmite es que va muy bien asentado, que es ancho, que balancea poco y que puede —si así lo necesita el conductor— cambiar de trayectoria de forma casi instantánea. El coche desde luego va muy bien en todo tipo de vías, ya sean lentas o rápidas, la suspensión con paralelogramo deformable en ambos ejes y la amortiguación, cumplen su función a la perfección (que es atenuar el efecto de los movimientos bruscos de las ruedas) sin que resulte blanda, ni seca. La dirección es igualmente rápida y transmite muy bien lo que ocurre entre el asfalto y el coche a través de las ruedas. Fácil de manejar y sobre todo divertido y seguro de conducir.