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Opel Insignia 2.0 Turbo 200 CV

Opel Insignia 2.0 Turbo 200 CV
Ampliar

Potencia civilizada y sumamente gratificante

Por Mariano García Viana
jueves 20 de mayo de 2021, 23:43h
Con esta reciente versión de 200 CV y caja automática de 9 velocidades, el Insignia se muestra como un turismo capaz de alcanzar brillantes medias de velocidad en cualquier tipo de viaje, sin perder por ello ese halo de confortabilidad que siempre le ha caracterizado. id:71930
Aunque ya lleva unos años en el mercado, el Insignia se ha mostrado como un rutero estupendo que además ofrece una relación precio calidad más que interesante y que ahora con la última motorización incorporada, más las novedades técnicas y estéticas que se han introducido, el Insignia ha aumentado más su excelente “cotización”.

Esta nueva versión, denominada Grand Sport, monta ahora un motor de 1.998 c.c. de cuatro cilindros de gasolina, todo de aluminio, con dos árboles de levas en culata, inyección directa, turbo e intercooler, capaz de desarrollar 200 CV de potencia entre 4.250 y 6.000 r.p.m. y un par de 350 Nm entre 1.500 y 4.000 vueltas, lo que da idea del extenso rango de que dispone para ofrecer lo mejor de sí. Su funcionamiento es sumamente gratificante, dada su suavidad y silencio de marcha, a lo que hay que sumar un empuje constante mientras se le acelera. A pesar de ser un motor con turbo, cuando pisamos el acelerador con decisión y contundencia, el coche sale para adelante y deja sentir un empuje, no brusco ni mucho menos, sino de forma continua y rápida desde luego, como si a tenor del concepto general de coche, de ser una berlina confortable y rutera, se adaptara a ofrecer rápidas aceleraciones, pero sin las brusquedades más propias de pequeños deportivos. Lo que también hemos observado en la prueba es que la sensación que transmite es la de disponer de una potencia superior a los 200 CV y sobre todo como si manejáramos un coche de mayor cilindrada y atmosférico, dado lo “civilizado” que se ha mostrado el turbo.

Como es fácil de prever las prestaciones que se consiguen con más que interesantes, pues la velocidad máxima se cifra en los 235 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h en 7,7 segundos. En cuanto al consumo de gasolina, en una conducción mixta, por ciudad o alrededores a velocidades moderadas y solamente en algún tramo sacar algo más de la brillante motorización, apenas se han superado los 7 litros y medio, ello es debido es que cuando no se exige potencia al motor, dos de los cuatro cilindros se desactivan y por lo tanto el consumo es menor. Junto al, insistimos, brillante motor, Opel ha montado una caja de cambios de 9 velocidades, cuyo funcionamiento se ha mostrado perfectamente adaptado a éste, pues las marchas se han engranado siempre de forma suave, al igual que las reducciones en las frenadas que, por otra parte, siempre han sido eficaces y precisas sin muestras de fatiga por mucho que se utilizase el equipo de frenos. El cambio se puede utilizar de forma manual desde las levas situadas tras el volante, pero con el buen funcionamiento de la caja en su versión automática no creemos que se utilice mucho como no sea en largas retenciones, provocadas por bajadas fuertes.

El comportamiento del coche, en toda circunstancia, es suave como todo él. Ello no quiere decir que bambolee la carrocería de lado a lado en las curvas, no. La suspensión es más bien firme y evita esa citada circunstancia, pero por el contrario absorbe muy bien las irregularidades de la carretera, en beneficio del confort de los ocupantes. Un McPherson delante y un paralelogramo deformable atrás, con sus correspondientes barras estabilizadoras, se encargan de sujetar al coche en todo momento con suma eficacia y proporcionándole una envidiable agilidad en zonas viradas. De todas formas, se cuenta con tres modos de conducción: Gira, Normal y Sport, que influyen en la forma de entrega de la potencia del motor, la dureza de la dirección o el propio tarado de la suspensión, siendo lógicamente las dos primeras las que ofrecen una mayor suavidad en todos los sentidos, sobre todo la dirección en el caso Gira para circular por ciudad y maniobras lentas y la deportiva que “endurece” los parámetros sin que resulten en modo alguno incómodos.

Aunque ya en 2018 el Insignia recibió unas serie de modificaciones estéticas, que lo configuraron como una segunda generación de forma un tanto exagerada, pues sus formas eran prácticamente las mismas, desde hace unos meses el modelo ha vuelto a incorporar pequeños detalles en los que hay que fijarse mucho para ver que estamos viendo el último modelo del Insignia que, por cierto en un futuro próximo aparecerá una nueva gama, con la base de modelos de similares características del Grupo Stellantis. Independientemente de ello, el Insignia actual se muestra más elegante y aerodinámico que anteriormente, pues su calandra es más afilada y prominente y como dato curioso, digamos que sus lamas son movibles automáticamente en función de las necesidades de ventilación que necesite el motor, así como para mejorar la aerodinámica del coche. Los faros son también de nuevo diseño y tecnológicamente más avanzados, pues aunque antes eran ya de led ahora son de los llamados matriciales Intellilux Led Pixel, pasando de tener 16 leds por cada faro a 84, distribuidos en tres filas y adaptan el alcance, la anchura y la intensidad del haz en función de la información recibida por tres unidades de control, una de ellas conectada con la cámara frontal y otras dos integradas en cada uno de los faros. De esta manera, pueden crear zonas de sombra para no deslumbrar a los vehículos que vienen de frente y a los que circulan por delante.

Lateralmente no se aprecia ninguna modificación con respecto a ese lavado de cara anteriormente mencionado, para que tocar lo que es muy armónico y con la suficiente personalidad para distinguirlo de la competencia. Lo mismo podemos decir con respecto a la trasera, que continúa con los grupos ópticos de leds, el pequeño alerón en el final del colín que conforma el portón y unas salidas de escape, de adorno realmente, rectangulares, estrechas y cromadas. Las llantas son de 18” y su diseño quizás demasiado sencillo para el porte que el coche se merece, pues la verdad que resulta elegante sobre todo en el color azul marino de la unidad de pruebas.

El habitáculo esta muy cuidado y como ya ha ocurrido en generaciones anteriores, es una muestra clara del salto cualitativo que Opel consiguió con el lanzamiento del Insignia. Ahora incluso se ha cuidado más el detalle y se ha aprovechado mejor la distancia entre ejes, para ofrecer una mayor comodidad e incluso una mayor luminosidad y sensación de espacio, que se consigue con el techo solar panorámico que llega hasta la altura de las cabezas de los pasajeros traseros. El conductor fácilmente se puede adaptar anatómicamente frente al volante, gracias a los reglajes eléctricos y ante él se encuentra un cuadro fácil de interpretar, compuesto por dos grandes indicadores separados por una pantalla digital que describe distintas funciones del ordenador y del estado del coche. Sobre el parabrisas se despliega también una útil información que es de las más completas de los modelos que utilizan este práctico sistema, pues además de la velocidad, señala el cuentavueltas, las señales de tráfico, la emisora y los símbolos de programador de velocidad activo. La pantalla principal de 8 pulgadas, incrustada en el salpicadero y escoltada por las salidas de aire centrales, contiene el sistema multimedia IntelliLink, y está orientada hacia el conductor. Además de la pantalla táctil, los controles se pueden manejar de forma intuitiva con varios botones.

El mencionado sistema IntelliLink, compatible con Apple CarPlay y Android Auto, es muy fácil de manejar y sus funciones despliegan menús muy bien ordenados y con iconos sencillos y fácilmente identificables. Naturalmente, el sistema de conectividad personal y servicio de asistencia Opel OnStar, también se encuentran a bordo del vehículo ofreciendo utilidades que van desde la llamada automática en caso de accidente, hasta la asistencia para localizar el vehículo robado. Con el nuevo Insignia en general, se lanza un nuevo servicio de "gestión de reservas", permitiendo que los ocupantes soliciten a los asesores de OnStar que les indiquen un hotel y hagan la reserva en el mismo y también encontrar aparcamiento.

Además de contener unos asientos confortables y muy ergonómicos, dotados de calefacción y ventilación, el Insignia 2.0 Turbo ofrece a los ocupantes un buen número de elementos que hacen más agradable y seguro viajar en él, como son el parabrisas calefactable, el sistema matricial LED® de Opel de los faros, que ya hemos mencionado, la cámara de visión 360º, el control de crucero adaptativo, el ACC que inicia la frenada de emergencia si la distancia con el vehículo que nos precede disminuye de forma brusca, detección de peatones, el asistente de mantenimiento de carril, la alerta de tráfico transversal trasero, entre otros muchos elementos.

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