Cuando según algunos ya estábamos saliendo de la crisis, según otros estamos ya entrando en la siguiente. La financiación es indispensable para la buena marcha de la economía, de nuestros negocios, de nuestra vida. Pero ¿cómo conseguirla? id:40941
Efectivamente la economía no es una ciencia exacta. Parte de datos recopilados con lentitud, muchas veces con meses o años de atraso, y pretende anticipar el futuro. Obviamente fracasa. Los economistas pueden decirnos perfectamente lo que ha pasado pero, raramente, serán capaces de vislumbrar con certeza lo que va a pasar.
Pero el común de los mortales tenemos que seguir viviendo, como casi siempre, sin un soporte teórico sólido. Si queremos acometer la ampliación de nuestro negocio, invertir en un piso para después alquilarlo o, simplemente, necesitamos algo de dinero para resolver una necesidad imprevista y urgente, necesitamos información rápida y solvente.
La variedad de préstamos personales y al consumo que hoy están a nuestra disposición hacen necesario un portal web como el de Préstamos Financredi.es donde podemos encontrar información práctica, detallada y concisa sobre temas de financiación. Por ejemplo, sobre créditos y préstamos en general, tipos de préstamos que se pueden pedir -con garantía personal, con garantía hipotecaria, rápidos por Internet, de anticipo de nómina o entre particulares-, cómo disponer de dinero con la tarjeta de crédito, sobre financieras online de minicréditos rápidos, sobre empresas y particulares de capital privado, entre otras informaciones.
Lo importante es que podemos conocer en pocos minutos qué intereses nos cobrarán por los créditos, cuáles son gastos necesarios para contratar un préstamo o los gastos del fedatario público por la intervención, qué comisiones tiene el préstamo, así como qué documentos son necesarios para solicitar un préstamo.
Endeudarse no es malo pero hay que saber hacerlo bien
Es solo cuestión de hacerlo con cabeza.
Cada vez que España consigue colocar varios miles de millones de euros de Deuda Púbica en los mercados -algunas veces a tipos de interés negativos- pensamos que los inversores ven a este país solido y con proyección de futuro. En cambio, a la hora de solicitar un préstamo muchas personas piensan en qué van a pensar de ellas los demás.
Gran error. Los que más ganan cuando pedimos un préstamo o un crédito son las entidades que nos lo conceden. Pero también ganamos nosotros si, por ejemplo, podemos montar por fin un negocio nuevo o ampliar el que ya tenemos. Y, en su conjunto, gana la sociedad porque estamos incrementando la actividad económica, posiblemente creando algún puesto de trabajo estable y contribuyendo con nuestro negocio a la modernización del país.
Tradicionalmente, se ha considerado normal hipotecarse a 30 o 40 años para llegar a ser dueños de una vivienda o financiar la compra de un coche a 5 años. Caso, éste último, muy arriesgado en los tiempos que corren en algunas grandes ciudades españolas, donde pretenden prohibir la circulación de vehículos con su ITV en regla y su permiso de circulación y seguro al día basándose en pseudo argumentos ecologistas y que no soportados por informes hechos con rigor.
Piense bien en para qué va a pedir el dinero, si la intención es razonable, hágalo.
Las deudas también prescriben
También hay muchas personas a las que les da miedo pedir un crédito porque en el pasado, quizá hace muchos años, atravesaron una mala racha y no pudieron cumplir con sus compromisos económicos, como hubiera sido deseable. La prescripción de los préstamos está perfectamente regulada en nuestra legislación. Citaremos solo dos ejemplos:
- Prescripción de deudas por impago de Hipoteca
El plazo de caducidad de una hipoteca sin pagar es de 20 años y así está recogido en el Código Civil en su artículo 1.964. El plazo de 20 años se cuenta a partir de la última obligación de pago o fecha de la última cuota. A tener en cuenta que no se cuenta desde la fecha de contratación.
Este plazo tiene otra particularidad y es que a partir de los 20 años no es necesario elevar a escritura pública la cancelación e hipoteca y sería suficiente un escrito al Registrador de la Propiedad con el consiguiente ahorro que se produce.
- Caducidad de deudas con la Hacienda Pública
El plazo que tiene Hacienda para reclamar sus deudas por IRPF, IVA, etc. es de 4 años. Es importante tener en cuenta que el plazo de 4 años Hacienda lo cuenta desde el vencimiento de la obligación de declarar. Es decir, que a los 4 años deberíamos sumar otros 6 meses hasta el 30 de Junio que es cuando vence el plazo de presentar la Declaración de la Renta. En dicho periodo hacienda reclamaría el principal más intereses de demora e impondría la correspondiente sanción.
El plazo de prescripción de las deudas con Hacienda se interrumpe a partir de cualquier notificación fehaciente de este Organismo Oficial.
Como ven financiarse no es malo, buscar recursos económicos para hacer crecer nuestro negocio o solventar un problema familiar tampoco. Pero, por favor, no pidan dinero para gastos superfluos.