Dado que los códigos de barras se emplean universalmente en el comercio y la logística, pueden procesarse en cualquier parte del mundo. Las etiquetas RFID -Radio Frequency Identification- utilizan ondas de radio para el seguimiento y la identificación. Estas etiquetas utilizan una antena de escaneo, un transceptor y un decodificador para enviar y recibir información. id:80365
¿Cuál es la diferencia entre RFID y código de barras?
Mientras que los escáneres de códigos de barras requieren una línea de visión para escanear cada código individualmente, los escáneres RFID pueden leer varios códigos a la vez. Los sistemas RFID son mucho más eficientes para escanear un gran número de artículos, pero pueden ser más caros y requieren más configuración que los códigos de barras.
Las etiquetas RFID son un tipo de sistema de seguimiento que utiliza la radiofrecuencia para buscar, identificar, rastrear y comunicarse con artículos y personas. Esencialmente, las etiquetas RFID son etiquetas inteligentes que pueden almacenar una cadena de información, desde números de serie hasta una breve descripción e, incluso, páginas de datos.
Los lectores RFID compatibles con los códigos de barras son capaces de leer los tipos de códigos de barras 1D y 2D al tiempo que se utilizan para leer las etiquetas RFID, lo que permite a los usuarios utilizar ambas tecnologías al mismo tiempo.
Ejemplos de uso de RFID
Son ejemplos de su uso: una etiqueta RFID colocada en un automóvil durante su producción puede utilizarse para seguir su progreso a través de la cadena de montaje, los productos farmacéuticos etiquetados con RFID pueden seguirse a través de los almacenes, y la implantación de microchips RFID en el ganado y las mascotas permite la identificación positiva de los animales.
Como podemos ver en Logiscenter las etiquetas RFID vienen en cientos de tipos, tamaños, formas y lectores, desde el rendimiento hasta el precio. Adjuntar una etiqueta RFID a una etiqueta de código de barras permite a las empresas de fabricación realizar un seguimiento de los valores móviles y de los activos en tiempo real. Dependiendo del volumen, el tamaño, la aplicación y la vida útil, las etiquetas RFID pueden costar entre unos pocos céntimos hasta 30 euros.
Ejemplo de un lector RFID
El nuevo lector RFID UHF Bluetooth® Rugged 1166 de TSL® proporciona una lectura RFID UHF de alto rendimiento con un diseño robusto y resistente. Es muy resistente al agua, al polvo y a los traumatismos mecánicos. Una batería de alta capacidad permite el funcionamiento ininterrumpido del lector durante toda la jornada laboral. Diseñado para leer y escribir en etiquetas EPC Clase 1 Gen 2 (ISO18000-6C), el 1166 también puede configurarse con un escaneo de datos 2D de alto rendimiento, para aportar una capacidad de recopilación de datos sin precedentes a cualquier host al que se conecte.
Utiliza los dispositivos anfitriones existentes con tecnología inalámbrica Bluetooth®, incluyendo dispositivos de mano para empresas, teléfonos de consumo, reproductores MP3 con pantalla táctil, tabletas y PCs. El 1166 aportará un alto rendimiento de RFID y escaneado 2D a todos estos dispositivos con una amplia gama de sistemas operativos.
Además, dispone de un amplio soporte de software para una gran variedad de plataformas que incluye muestras de código, aplicaciones de demostración y código fuente.