La crisis ucraniana ha dado un giro de 180 grados, y los mercados han bajado un 10% desde el máximo de noviembre. La situación sigue siendo fluida (la prohibición de SWIFT y las sanciones a CBR marcan una clara escalada). id:81451
A corto plazo, excluyendo las grandes caídas (crisis financiera global y Covid en 2020) y observando los picos anteriores de la prima de riesgo (Prima de riesgo de la renta variable, en el 7,5% para el MSCI EMU y en el 4,5% para el S&P500) concluimos que hay margen para otro 5% de caída o más. Históricamente, esos picos de la prima de riesgo de la renta variable solían ser de corta duración y representaban oportunidades de compra. Encontramos el mismo orden de magnitud cuando observamos los descuentos relevantes del pasado con respecto a nuestro indicador de valor razonable. Este enfoque implica una caída adicional de alrededor del 5% para alcanzar el descuento registrado en períodos de alta aversión al riesgo.
Sugerimos una sobreponderación mínima de la renta variable y vemos una rentabilidad positiva de un solo dígito durante el próximo año. Los mercados siguen dependiendo de los acontecimientos, y nos abstendríamos de comprar agresivamente las caídas actuales: los indicadores tácticos son neutrales, pero no están sobrecargados. Reducimos la sobreponderación en value (pero mantenemos una posición larga en energía) y añadimos nombres defensivos y de calidad. El peso de EE.UU. se alinea con el de la Unión Económica y Monetaria (de sobreponderar) durante momentos de alta volatilidad y de riesgo para el crecimiento. A largo plazo, el aumento de los diferenciales de crédito y de los rendimientos reales, así como el aumento de los precios de la energía y de la inflación, podrían perjudicar al crecimiento, lo que supone un riesgo adicional para las perspectivas de beneficios.