La OPA que va a lanzar LetterOne no nos coge por sorpresa, pero sí es cierto que se puso en duda a raíz de las discrepancias entre el mayor accionista y el resto del Consejo de Administración surgidas a finales de 2018. id:41563
Así pues, se puede considerar positivo que LetterOne sí vea valor en la compañía y confíe en reflotar el negocio. Más allá de los problemas de balance de DIA, hablamos de la tercera cadena de supermercados de España por cuota de mercado, con una marca reconocida y con una serie activos inmobiliarios significativos.
Aunque la prima del 56% pueda sonar elevada, cabe recordar que sus acciones llegaron a valer más de 7 euros en 2015 y que hace tan solo 12 meses superaban los 4 euros por acción.
Lo normal es que el precio de DIA se ajustase a los 0,67 euros ofertados, de manera que sí es sorprendente que los títulos estén cotizando por encima de ese nivel. Sería improbable que llegue un tercero y lanzase una contraoferta. Parte del mercado está apostando a que el regulador inste a LetterOne a elevar la oferta una vez la OPA sea presentada formalmente en la CNMV.
Llegados a este punto, lo más sensato para los actuales accionistas no sería aceptar la OPA, si no vender en el mercado en estos momentos en que su cotización supera el precio de OPA. Si la oferta tiene éxito la compañía acabaría siendo excluida de cotización, lo que dificultaría la venta de las acciones a los accionistas que decidan no acudir. Los 0,67 euros de la oferta indican que todos los inversores que entrase en el valor antes de diciembre de 2018 tendría ahora mismo minusvalías en su inversión. Será complicado por tanto que todos los que entraran antes de esa fecha logren recuperar su inversión
De esta manera, sería muy complicado que los que entraron en el valor antes de diciembre de 2018 pudieran recuperar su inversión.
El futuro de DIA es todavía incierto, ya que los planes de LetterOne dependen de:
- Que la operación tenga éxito y haya una aceptación masiva de la oferta.
- Que se llegue a un acuerdo de refinanciación con los actuales acreedores.
- Que se lleve a cabo la ampliación de capital de 500 Mn€ propuesta por LetterOne. Esta cantidad es algo inferior a los 600 Mn€ que se habló en un momento dado que estaría pensado lanzar el actual Consejo de Administración bajo la salvaguardia de Morgan Stanley.
De producirse todas están circunstancias, los propietarios aplicarían el Plan de Rescate Integral, tal y como ha sido denominado. Este consistiría seguramente en una renovación de la cúpula directiva, en una fuerte inversión en marketing y principalmente en la implantación de un Plan estratégico en el que la política de precios y el rediseño de la red de tiendas físicas tendrían un papel primordial.
Retrocediendo en el tiempo, cabe también analizar cómo ha llegado DIA a esta situación. Se han juntado un cúmulo de circunstancias, pero la raíz del problema está en su negocio en España, que supone 2/3 de la facturación. Se ha visto sobrepasada por el auge de Mercadona y otros competidores. Firmas como Lidl o Aldi le han arrebatado su histórica consideración como el supermercado de descuentos (hard-discount) por excelencia. Ante esta situación, DIA no ha sabido llevar a cabo una política de fijación de precios acorde a las nuevas circunstancias.
Por si fuera poco, su negocio en el extranjero se ha visto afectado más por situaciones macroeconómicas que del propio negocio. Salió de China por la puerta de atrás y se ha visto muy afectada por la hiperinflación en Argentina y la devaluación del real brasileño.
La cancelación de dividendo, aunque necesaria, provocó la huida de muchos inversores con carteras orientadas a lograr una rentabilidad por dividendo atractiva.
Son muchos los factores que harán que el ‘caso DIA’ quede en los registros como una historia de fracaso empresarial o como un renacer de una empresa en dificultades. Guardando las distancias, hay ejemplos como el de Tesco o Ahold que demuestran que se puede revertir la situación dentro de un sector tan competitivo como el de la distribución alimentaria.