El 90% de los alumnos que estudia un idioma en línea y termina el curso aprueba los exámenes finales. id:41698
Estudiar lenguas nunca ha sido tan fácil. El avance de internet facilita las posibilidades de enfrentarnos al reto que significa estudiar un nuevo idioma en un país como España, donde solo un 22 % de los ciudadanos se autoubica en un nivel de inglés alto o muy alto, según el informe
Cambridge Monitor de 2017 de Cambridge University Press. Con la aparición de los teléfonos inteligentes, ha nacido un sinfín de aplicaciones con el objetivo de facilitarnos el trabajo de muchas maneras. Algunas han recibido reconocimientos, por ejemplo Babbel, que fue considerada por un estudio conjunto de la Universidad City de Nueva York (CUNY) y la Universidad de Carolina del Sur como la mejor aplicación para el aprendizaje de lenguas. No obstante, ¿se puede conseguir un nivel aceptable de inglés o francés usando estas aplicaciones?
La profesora del Centro de Idiomas Modernos (CIM) de la UOC Christine Appel considera que hay aplicaciones que verdaderamente ayudan a mejorar competencias lingüísticas. No obstante, afirma que el problema en muchos casos es que los estudiantes no saben cómo gestionarlas con eficiencia, como pasa con las que se usan para intercambios de idiomas: «Los estudiantes disponen de las herramientas, pero tienen problemas para saber qué hacer con ellas. Por eso tienen muchos usuarios inscritos, pero registran un uso muy limitado».
Otras aplicaciones, como por ejemplo Duolingo, tienen más permanencia y son un buen complemento en nuestro proceso de aprendizaje: «Sirven para ampliar vocabulario y mejorar el conocimiento del idioma, y enganchan gracias al sistema de recompensa». Este tipo de herramientas ahorran trabajo laborioso de poco valor para los profesores, puesto que también indican al usuario si ha acertado y obligan a volver a repetir el ejercicio en caso de haber fallado. Así, los profesores pueden dedicarse a guiar y enseñar al estudiante en ámbitos del proceso de aprendizaje mucho más complejos y que representan un mayor valor añadido.
¿Aprendizaje autodidacta o pautado?
Estas aplicaciones, a pesar de su utilidad, ofrecen una mejora de competencias muy delimitada, puesto que en muchos casos sirven para mejorar aspectos del idioma de estudio concreto. Por eso siempre es muy recomendable el uso de un programa «bien diseñado», para que el estudiante siga «el camino» hasta conseguir los objetivos marcados en la lengua meta. No vale cualquier curso, sea en línea o presencial, puesto que es importante que el curso acredite un buen diseño pedagógico. Appel explica que el aprendizaje autodidacta es posible siempre que haya «mucha perseverancia y voluntad», por lo que en muchos casos esta aventura está abocada al fracaso.
El valor de los buenos cursos de aprendizaje de lenguas en línea consiste en dar herramientas a los estudiantes, «enseñarles a aprender, a diseñar su propia estrategia». Esta es la orientación de los estudios de idiomas que ofrece el CIM de la UOC: «Se basan en la evaluación continua, que obliga al trabajo constante para poder asumir los objetivos de una lengua que nunca deja de aprenderse». No obstante, este tipo de cursos tiende a ofrecer mucho más contenido que el mínimo que se exige a los estudiantes: «Los ejercicios marcan el mínimo asumible, pero están pensados para que puedan ampliar sus conocimientos a partir de sus inquietudes y habilidades personales».
Sobre este tipo de cursos, Christine Appel afirma que, aunque el número de abandonos suele ser más alto que en la modalidad presencial, la cifra de los que aprueban es mayor: «Hablamos de ratios de hasta el 90 % de estudiantes que aprueba los exámenes finales, aunque con más abandonos, puesto que en la presencial hay muchos estudiantes que van a clase pero son inactivos a la hora de estudiar el idioma, lo que se llamaría coloquialmente “calentar la silla”».
La exposición al idioma
Uno de los mantras mejor consolidados en el aprendizaje de idiomas es que viajar a un país nativo es una gran oportunidad para mejorar en profundidad nuestras competencias. Para la profesora, depende mucho de cómo se produzca esa inmersión: «Puede que en Londres una persona acabe aprendiendo más italiano que inglés si su clase está llena de italianos y no se esfuerza por penetrar en la cultura y la lengua locales».
Asimismo, las ventajas de la ventana en línea permiten a los usuarios empaparse cuanto quieran del idioma que desean aprender: «Pueden leer libros, ver series o contenido audiovisual en la lengua que quieran». Asimismo, el sistema de aprendizaje en línea de la UOC permite que se produzcan intercambios lingüísticos a partir de herramientas que garantizan el éxito de la inmersión en inglés: «Si el fracaso de las aplicaciones de language exchange se basan en la falta de conocimiento sobre qué hacer con ellas, la UOC ofrece el curso Tandem MOOC inglés-español que consiste en un curso gratuito de 6 semanas con ese intercambio lingüístico donde adquieren esas estrategias».
Los expertos
Christine Appel
Profesora del Centro de Idiomas Modernos de la UOC.