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Solo un 6,2% de Premios Nobel a lo largo de su historia se han otorgado a mujeres

Solo un 6,2% de Premios Nobel a lo largo de su historia se han otorgado a mujeres
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OBS Business School publica el informe Premios Nobel: Mujeres en la vanguardia de las ciencias y la tecnología

viernes 05 de marzo de 2021, 10:08h
De un total de 929 científicos que han recibido el Premio Nobel solo 58 son mujeres, y casi siempre les han otorgado el Nobel de Literatura o de la Paz. id:69057
Solo un 6,2% de Premios Nobel a lo largo de su historia se han otorgado a mujeres
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OBS Business School ha publicado el informe Premios Nobel: Mujeres en la vanguardia de las ciencias y la tecnología, realizado por la profesora Rut Abad Mijarra. Se trata de un análisis de la influencia de los aspectos socioculturales, como las diferencias de género, en el campo de la ciencia más allá de cualquier constructo social. Un repaso crítico de la historia de la ciencia y, en concreto, de cómo se ha descrito a lo largo de los años el papel de la mujer científica, el espacio que podía ocupar y el sentido que se le daba a la “naturaleza femenina”.

Según el informe, las mujeres y su producción de conocimiento siempre han estado infrarrepresentadas en las ciencias y aún ahora hay un notable desequilibrio, especialmente en las categorías de Química, Física, Medicina, Fisiología y Economía. Se puede observar que solo un 6,2% de los Premios Nobel, desde sus inicios, han sido otorgados a mujeres, y en su mayoría eran relacionados con la literatura o la paz. Solo el 5,4% de los ganadores del Nobel de Medicina son mujeres; de Química el 3,8%; de Física el 1,9%; y de Economía solo un 2,4% de los premiados son mujeres, aunque esta categoría se incorporó posteriormente. Y en los años 1914, 1918, 1935, 1941, 1942 y 1943 ninguna mujer logró hacerse con uno de los premios.

Según afirma el informe de OBS, los premios tienen el deber de situar a las mujeres científicas y creadoras en la posición del podio que les corresponde en beneficio del desarrollo de la humanidad. Además de reconocer el trabajo y de otorgar prestigio internacional a quienes los reciben, los premios representan a nivel simbólico uno de los artefactos culturales con mayor capacidad de incidencia política, social, cultural y económica. Ser mujer y ser reconocida con un Premio Nobel es hoy en día un acto performativo.

Marie Curie es considerada un hito en la historia de la ciencia y en la historia de las mujeres por ser la primera científica en recibir el Premio Nobel en 1903 y también por ser la única en haberlo ganado en dos ocasiones. Sin embargo, a pesar de su brillante carrera nunca fue admitida en la la Académie des Sciences, Academia de las Ciencias de Francia. No fue hasta 1979 que entró la matemática Yvonne Choquet-Bruhat por su estudio de la teoría general de la relatividad de Einstein.

En España, a excepción de Mercedes Gaibrois Riaño, historiadora colombiana nacionalizada en nuestro país que accedió a la Real Academia de Historia en 1935 durante la II República, las primeras mujeres en acceder a las academias científicas fueron la bioquímica María Cascales Angosto (Real Academia de Farmacia 1987), primera científica en pertenecer al Instituto de España, y Margarita Salas (Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales 1988), que además fue directora del Instituto de España entre 1995 y 2003.

Un estudio de 2011 analiza el perfil de las mujeres ganadoras de Premios Nobel frente a sus colegas varones y muestra que solo el 63% de las mujeres premiadas están casadas, y únicamente un 55% tienen hijos; mientras que estas cifras en los hombres son de un 97% y 86%. Ello indica que para muchas científicas eminentes, su trabajo y el ser madres sigue suponiendo una doble jornada laboral que muchas veces las disuade de formar una familia.

Algo falla en el sistema educativo actual, según afirma el informe de OBS, porque se siguen reproduciendo prácticas y situaciones de desigualdad social por causa del género que llegan a dividir a las disciplinas bajo un paradigma binarista. En este sentido, se observa que existe una feminización de ciertos campos de conocimiento como las Ciencias Sociales, Humanidades, Ciencias Médicas y Ciencias Naturales como la Química y la Biología; y también una masculinización de otros: las Tecnologías de la información y la Comunicación, donde solo hay un 21% de mujeres, y la Ingeniería, Manufactura y Construcción, con un 29%. Asimismo, hay poca presencia femenina en las Ciencias Físicas y Matemáticas, Ingenierías y otras ciencias tecnológicas.

En las instituciones que se dedican a la investigación también se produce una “segregación vertical” de las mujeres, pues únicamente el 22% de ellas ocupa cargos en los consejos de administración. Por otro lado, los comités evaluadores en instituciones de promoción científica representan un espacio de poder privilegiado ya que en ellos se decide el ingreso a la carrera científica, los ascensos y retribuciones a lo largo de esta, la aprobación de proyectos de investigación, el acceso a subsidios, etc. Por esta razón, es fácil imaginar que la composición de dichos comités puede representar un mecanismo importante para facilitar u obstaculizar el desarrollo de la carrera científica tanto de hombres como de mujeres. El informe de OBS indica que, a excepción del área de Ciencias Sociales y Humanidades donde se registra un incremento de la presencia femenina, la participación de las mujeres en estos órganos de evaluación sigue siendo minoritaria. Rut Abad Mijarra, profesora de OBS Business School y autora del informe afirma que “aunque existen leyes en cada uno de los Estados miembros de la UE que se ajustan a las directivas de igualdad de género, la baja proporción de mujeres en los puestos de toma de decisiones de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas exige examinar de nuevo, quizás desde otros enfoques, dichas políticas y cómo se llevan a cabo“.

¿Pero ocurre lo mismo en todos los lugares? Según datos de Unesco, las mujeres representan solo el 28% de investigadores a nivel mundial. Sin embargo, no se reparten de manera equitativa. Cabe destacar los países Latinoamericanos con porcentajes muy altos: Venezuela (61,4%), Guatemala (53,2%), Argentina (53%), Panamá (51,8%), Cuba (49%), Paraguay (48,9%) y Uruguay (48,2%) y Perú con el porcentaje más bajo (29,9 %). En el otro extremo encontramos a Arabia Saudí, donde solo un 1,4% del total de investigadores son mujeres, Nepal (8%), Togo (10%) y Etiopía (13%).

El informe concluye que los retos actuales no consisten en facilitar el acceso a cargos de investigación: la dificultad radica en el acceso a investigaciones de primera línea. Las mujeres están trabajando en las periferias y en los márgenes de las investigaciones científicas, excluidas de los espacios de toma de decisiones enmarcados en relaciones de poder en donde la hegemonía científica sigue siendo de adscripción masculina. Y añade su autora: “A pesar de que siempre se las situó en la retaguardia y en el ámbito doméstico, las mujeres son vanguardia y las 58 mujeres que han sido laureadas con el Premio Nobel son prueba de ello. Las niñas necesitan conocer estos modelos: el futuro de la humanidad depende de ello.”

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