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Panorama de los riesgos políticos según Coface

Sube la temperatura en el continente africano

Sube la temperatura en el continente africano
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lunes 12 de agosto de 2019, 09:33h
Conflictos, terrorismo, tensiones sociales y políticas; los males que han sacudido a África estos últimos meses continuarán debilitando y desestabilizando al continente. id:48751
En el transcurso de las últimas décadas, los países del continente africano se han visto constantemente afectados por conflictos de diferente intensidad y naturaleza, que han provocado una caída de sus flujos comerciales y de inversión, retrasando el desarrollo de algunos países del continente. En su última publicación dePanorama de riesgos políticos, Coface analiza el continente africano y destaca no sólo las últimas tendencias en materia de conflictos, sino también los riesgos de inestabilidad que afectan al desarrollo económico de la región.

Los conflictos se multiplican

Entre los conflictos ligados a los grupos islamistas en la región del Sahel y aquellos de origen político, a veces interconectados con consideraciones étnicas, religiosas y hasta lingüísticas, los índices confirman un recrudecimiento de los eventos violentos respecto al comienzo del siglo XXI. Consecuentemente, en 2018, en todo el continente se registraron casi el doble de conflictos que hace diez años.

Asimismo, el número de víctimas se ha duplicado y excede las 70.000 muertes anuales por tercera vez en 30 años (tras el pico de la guerra del Golfo en 1990-1991, y el período de 1999-2000, marcado por la guerra fraticida entre Etiopía y Eritrea). Simultáneamente, el terrorismo se expande como otra forma de violencia política, particularmente en las áreas previamente afectadas por los conflictos.

¿Qué países estarán expuestos a la inestabilidad en los próximos meses?

Tras las primaveras argelina y sudanesa, parece que estos movimientos podrían ver la luz en el África Sub-Sahariana.

Mientras que la práctica democrática, al menos en el plano electoral, se ha generalizado en el continente africano desde comienzos de los 90, algunos países, como es el caso de la República Democrática del Congo, Sudán y Argelia, demuestran que la democracia no siempre va acompañada por un marco político e institucional sólido.

Además, como evidencian los acontecimientos de 2011 en África del Norte y Oriente Medio, en un contexto de progreso de los instrumentos de movilización (acceso a Internet, presión demográfica, etc.), la tensión entre la población, alimentada por las presiones socio-económicas (principalmente el desempleo y la pobreza endémica), expone a ciertos países de la región a un riesgo de inestabilidad futura. Sin resultar necesariamente en un conflicto de gran escala como es el caso de Libia, o incluso en un cambio de régimen, un contexto socio-económico frágil puede, en el largo plazo, provocar malestares que pueden, como mínimo, generar incertidumbres en el entorno político.

El índice de fragilidad política y social indica que 10 países - Angola, Camerún, Yibuti, Egipto, Etiopía, Mauritania, Mozambique, Uganda, RDC y Chad – podrían estar o seguir estando sacudidos por los conflictos políticos en el futuro próximo. El aumento de los instrumentos de movilización es uno de los factores que explica este incremento del riesgo. Esta dinámica podría ser una fuente potencial de sucesos desestabilizantes en el continente en el largo plazo.

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