OPINIÓN: Por Ramón Casilda Béjar, Investigador del Observatorio Internacional del IELAT. Universidad de Alcalá. Autor de Capitalismo. Crisis y Reinvención. Tirant, 2019
La crisis ocasionada por el COVID-19, hace más frágil a una economía global altamente interrelacionada. Desde las últimas tres décadas el sistema productivo mundial se ha transformado radicalmente, y hoy es difícil encontrar un producto fabricado exclusivamente en un país. Lo normal es que cualquier bien final o intermedio sea el resultado de un proceso productivo que ha atravesado las fronteras nacionales varias veces. Por eso, la Organización Mundial del Comercio (OMC), no ha dudado en afirmar que la mayoría de los bienes deberían llevar la etiqueta “Made in the World”. id:71838