En la era conectada damos por sentado el acceso a Internet. Lo utilizamos para todo, y raro es el momento en que nos quedamos sin él, pero cuando eso ocurre, nuestros planes se tambalean. Sin Internet muchos de nosotros no podemos trabajar, encontrar los lugares donde tenemos que ir, o comunicarnos como lo necesitamos. De hecho, el miedo incontrolable a salir de casa sin el móvil ya tiene un nombre: Nomofobia.