Toyota sigue impulsando iniciativas para alcanzar el reto de cero emisiones de CO2 en sus plantas dentro de su Desafío Medioambiental Toyota 2050. El nuevo pulverizador, que utiliza electricidad estática en lugar de aire, alcanza una eficiencia de revestimiento superior al 95%. id:56387
Toyota Motor Corporation (Toyota) ha desarrollado un nuevo tipo de pulverizador de pintura sin aire que mejora notablemente la eficiencia respecto a los convencionales. Al incorporar el pulverizador de pintura sin aire en el proceso de pintado del grupo Toyota, se espera que el grupo pueda reducir sus emisiones de CO
2 alrededor de un 7%. Toyota sigue impulsando iniciativas para alcanzar el reto de cero emisiones de CO
2 en sus plantas, que es uno de los objetivos incluidos en el Desafío Medioambiental Toyota 2050
–Toyota Environmental Chalenge 2050-, anunciado en 2015. Como parte de ese camino, ha desarrollado el pulverizador de pintura sin aire, que ya se ha implantado en las plantas de Takaoka y Tsutsumi. También está previsto que progresivamente se incorpore en otras plantas y se está valorando introducirlo en otras empresas del grupo Toyota y la concesión de licencias de esta tecnología a otras compañías.
El nuevo pulverizador, el primero de su clase en el mundo*, utiliza electricidad estática en lugar de aire y sustituirá a los pulverizadores de pintura de aire convencionales empleados en los procesos de pintado de las carrocerías de los vehículos. Gracias a este cambio, alcanza una eficiencia de revestimiento (la cantidad de pintura pulverizada respecto a la cantidad que se adhiere a la carrocería del vehículo) superior al 95%, la más alta del mundo, cuando la eficiencia convencional ronda el 60 o 70%.
Además, el dispositivo de recogida situado en la parte inferior de la cabina de pintura (la zona donde se pulveriza la pintura) puede hacerse más compacto, permitiendo que las líneas de producción de pintura sean más compactas en el futuro.
Características del pulverizador de pintura sin aire
El pulverizador de pintura de aire convencional pulveriza pintura mediante la fuerza aerodinámica y la carrocería del vehículo se pinta con las partículas atomizadas. Por este motivo, las partículas de pintura se dispersan cuando el aire rebota en la carrocería, lo que da lugar a una eficiencia de revestimiento en torno al 60 o 70%. En comparación, el nuevo pulverizador sin aire emplea electricidad para pulverizar la pintura (atomización electrostática) y las partículas con carga estática gravitan hacia la carrocería del vehículo, adhiriéndose a ella (pintado electrostático). Las tecnologías de pulverización electrostática y pintado electrostático reducen notablemente el número de partículas atomizadas que se dispersan, con lo que se consigue una eficiencia de revestimiento superior.
Nuevas tecnologías que consiguen una alta eficiencia de revestimiento
1) La punta del pulverizador de pintura sin aire cuenta con un cabezal cilíndrico giratorio que optimiza la cantidad de pintura pulverizada
La tecnología de pulverización electrostática se emplea en dispositivos de tratamientos de belleza y en otros instrumentos que pulverizan pequeñas cantidades de líquido; en este caso, lo hemos aplicado a la pintura de carrocerías de vehículos. Concretamente, la punta del pulverizador de pintura es cilíndrica y se han insertado aproximadamente 600 ranuras especiales en la punta, que gira para crear una fuerza centrífuga que empuja la pintura hacia las ranuras y la pulveriza por medio de electricidad estática. Así, hemos desarrollado la primera tecnología del mundo que pinta la carrocería de los vehículos con partículas de pintura atomizadas empleando electricidad estática.
2) Control de corriente de gran precisión que hace posible la pintura a corta distancia
La superficie irregular del vehículo hace que la distancia entre el cabezal cilíndrico y la carrocería fluctúe, lo que provoca que la corriente eléctrica sea inestable. Sin embargo, el pulverizador de pintura sin aire controla constantemente las variaciones de corriente y regula automáticamente el voltaje, manteniendo una distancia aproximada de 10 centímetros entre el cabezal cilíndrico y la carrocería del vehículo. De este modo, se consigue la atomización electrostática y el pintado electrostático con una corriente fija, lo que a su vez evita la variación de tamaño de las partículas de pintura. El resultado es un pintado de gran calidad.