Encontrar hoy día un coupé que nos transmita las sensaciones de los típicos modelos deportivos de antaño, es realmente difícil, pero Toyota lo ha conseguido con creces con el GT 86, por su tamaño reducido, su línea desenfadada pero clásica para este tipo de coches, por su tracción trasera y por su potente y sonoro motor. id:40703
La verdad es que conducir el GT 86 es la mar de divertido. Nada más poner en marcha el elevado sonido del motor boxer, llega a nuestros oídos y nos inunda la primera dosis de adrenalina. Una vez equilibrado el ralentí, el gorgoteo del escape se hace más lejano y así puede continuar si vamos insertando las velocidades de forma tranquila y escalonada, pero si tenemos una carretera despejada y con curvas, la adrenalina nos invadirá definitivamente, pues al ir apurando las velocidades, el sonido nos volverá a envolver, nunca de forma molesta, pero si con la suficiente intensidad para lograrlo, a lo que hay que unir esa docilidad y empuje en la espalda, que solo un potente tracción trasera puede conseguir. Eso de sentir que la parte trasera tiende a deslizar, sin que lleguemos a esos límites, es de otros tiempos en los que prácticamente todos los deportivos, en mayor o menor medida, con mayor o menor eficacia, lo hacían es auténticamente reconfortante. El comportamiento del GT 86 es eficaz y seguro en todas circunstancias, las suspensiones con McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, con sus correspondientes barras estabilizadoras, Los tarados tienden a duros como es típico en los coches de estas características, pero en ningún caso resulta incómodos ni mucho menos, lo único es que no permiten ni el más mínimo desplazamiento de la carrocería que se muestra plana, aunque las curvas sean cerradas y sucesivas.
Desde que fue renovado a principios de 2017, GT86 incorpora el modo Track (circuito), que se activa mediante una tecla situada junto a la palanca de cambios, que permite disfrutar más de las sensaciones deportivas que transmite el coche, al rebajar al mínimo la intervención de los sistemas electrónicos —control de estabilidad y control de la tracción—. También se cuenta con un diferencial trasero LSD tipo Torse, para un mejor reparto de fuerza a las ruedas motrices, en caso de pequeñas pérdidas de tracción. Con ello el disfrute está más que asegurado. GT86 estrena también un sistema de frenos firmado por el especialista Brembo, está formado por unas pinzas de color rojo con logo Brembo en blanco, de cuatro pistones en el eje delantero y dos pistones en el eje trasero, pastillas específicas y discos de medidas 326 x 40 mm delante y 316 x 40 mm detrás. Una frenada eficaz y precisa esta completamente asegurada y además sin síntomas de fatiga aunque se utilicen con la frecuencia que una conducción deportiva requiere.
El motor que mueve el GT86 es de origen Subaru y se trata del boxer de cuatro cilindros enfrentados de 2 litros y que tiene una potencia de 200 CV a 7.000 revoluciones y un par de 205 Nm entre las 6.400 y 6.600 vueltas. Hecho todo en aluminio, con dos árboles de levas en cada culata, dispone de inyección directa/indirecta multipunto, sin turbo ni compresor, atmosférico a la vieja usanza. Un motor que al igual que el manejo del coche, proporciona una enorme satisfacción, pues a nada que se pise con cierta decisión el acelerador, comienza a empujar con una enorme fuerza. Rápido de reacciones, con un vigorizante sonido y unas recuperaciones que en muchos casos evita el tener que reducir, este boxer parece que esta hecho para que el GT86 muestre sus muchas cualidades. La velocidad máxima es de 226 km/h y la aceleración de 0 a 100, se fija en los 7,6 segundos. Por su parte el consumo, no es especialmente bajo, en una conducción mixta relajada y sin apurar las marchas se pueden obtener poco más de 7 litros de media, pero ya conduciendo como pide el coche, nos subimos a cerca de los 10 o más, pero realmente el consumo no creemos que sea un dato significativo para el posible afortunado usuario de esta pequeña máquina del tiempo.
El diseño del GT86 actual, mantiene las líneas maestras del modelo original lanzado en 2012, para que cambiar lo bien hecho, pero ha visto reforzado su diseño, deportivo e impactante, con nuevos faros y pilotos LED, un capó más bajo y un paragolpes delantero diferente, que incorpora los faros antiniebla en las falsas entradas de aire en los laterales del paragolpes que ahora estan dotadas de tres aletas horizontales. También la entrada de aire principal bajo la antiestética matrícula, ha sido retocada y aumenta su tamaño longitudinal. Además, la zona posterior incluye un nuevo alerón, de mayor tamaño, fabricado en aluminio ultraligero y pintado en color negro con las alas en el mismo tono que el resto de la carrocería, mientras que los grupos ópticos traseros a base de led y el nuevo paragolpes luce en su parte inferior, el generoso difusor de aire, en el que se integran, en su parte central las luces de marcha atrás y la triangular antiniebla, mientras que en los laterales se sitúan las gruesas y cromadas salidas del escape. Lateralmente destaca, además de su atrevida línea coupé, los abultados pasos de rueda, las bonitas llantas de aleación, de 17”, de 10 finos radios que dejan un buen hueco para disipar el calor de los frenos y sobre todo las rojas pinzas de Brembo de los mismos.
El habitáculo, al contrario de lo que puede parecer por su reducido tamaño exterior, es bastante amplio y luminoso, gracias a sus generosas superficies acristaladas. En ningún momento el conductor o el acompañante pueden sentir agobio al ir sentados bastante bajos, pues los asientos son muy cómodos y sujetan muy bien el cuerpo, haciendo olvidar el posible esfuerzo al entrar o salir. En general el GT 86 muestra un interior bastante sencillo, sin grandes y atrevidos diseños, pero muy al gusto de los amantes de los coches deportivos. Los pocos mandos disponibles se pueden manipular sin apenas mirarlos. La pantalla central es de tamaño moderado, 6,1 pulgadas, mientras que el cuadro es una pantalla de 4,2”, que además de mostrar en su parte central el cuentavueltas y en su lado izquierdo el velocímetro, en el derecho ofrece información o gráficos de las curvas de potencia y par, las fuerzas G e incluso un cronómetro para tomar tiempos en circuito, entre otras posibilidades. Pero cuando se esta conduciendo deportivamente ni siquiera hace falta mirar la instrumentación para elegir el momento óptimo para cambiar de marcha, pues cuando el motor llega a un determinado régimen se produce un pitido y se enciende testigo rojo en la instrumentación que se ve con el rabillo del ojo.
Dentro de esa mencionada sencillez, la calidad percibida en el habitáculo es alta, pues se emplean materiales con un buen aspecto y tacto, tanto en el guarnecido de las puertas, como en la parte superior del salpicadero. El pequeño volante (Sin llegar a la “miniatura” de Peugeot), dispone de un buen número de mandos para las distintas funciones del sistema de sonido y las configuraciones de la pantalla de instrumentos. El equipamiento de GT86 es muy abundante, con elementos como el mencionado diferencial trasero LSD tipo Torsen, pedales de aluminio, pomo y palanca de cambio en cuero, climatizador bi-zona, asientos delanteros deportivos con estructura anti latigazo cervical, capó de aluminio…..También cuenta con el sistema multimedia Toyota Touch 2 & GO, con funciones avanzadas y acceso a apps —incluye actualizaciones gratuitas durante los tres primeros años—, conectividad Bluetooth® 3.0 y conexiones USB y Aux-In.