Toyota Proace Verso Electric Family

Aunque derivado de una furgoneta, el Proace Verso debido a su equipamiento, su confortabilidad, su comportamiento seguro y su facilidad de conducción, le confieren como un monovolumen que, a pesar de que en este tamaño medio llega casi a los 5 metros de longitud, es manejable y sumamente útil. Pero, aunque luego describiremos el modelo “físicamente”, ahora vamos a ver la auténtica novedad, que es sin lugar a dudas su sistema motriz.

Éste, con tracción delantera, esta compuesto, por un lado, por un motor eléctrico que, situado posición delantera transversal, proporciona una potencia máxima de 136 CV y un par de 260 Nm, un rendimiento que sobre el papel parece bastante modesto, que lo es, pero suficiente para mover con suficiente soltura el Proace, aunque vaya cargado con los ocho posibles ocupantes. La velocidad máxima esta limitada electrónicamente a 130 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h se sitúa en los 12,1 segundos. Y por otro por una batería de iones de litio, situada en posición central bajo el piso, de 75 kWh. La autonomía teórica es de 330 km., pero que en la realidad en una utilización con recorridos por autovías y algo de ciudad desde luego no llegábamos a esa cifra, pues con la batería a tope se quedaba en apenas unos 230 km. Otra cosa es utilizar el coche con recorridos más largos en ciudad y menos en carretera, aunque desde luego no llegábamos a conseguir pasar de 260 km. de autonomía.

El Proace Electric tiene la toma de recarga en la aleta delantera izquierda y a través de ella puede cargar un máximo de 11 kW de potencia con corriente alterna y hasta 100 kW con cargadores de corriente continua. Así los tiempos de recarga serían de 23 horas en un enchufe doméstico de 3,7 kWh, 11 horas en un poste de 7,4 kWh, 7 horas en uno de 11 kWh y de 0 al 80 % de la batería en un poste de carga rápida de 100 kW, 48 minutos.

Desde luego conducir este Proace es una auténtica delicia, silencioso, suave y muy maniobrable a pesar de sus casi 5 metros. El cambio automático y el resto de mandos muy a la mano contribuyen a incidir en esa mencionada facilidad de conducción.

El diseño no presenta diferencias con respecto a las variantes de motorización de combustión, excepto en su interior por las características dedicadas especialmente para un modelo eléctrico, como son el panel de instrumentos, que incorpora información de consumo EV y el porcentaje de batería, entre otros. Su carrocería tiene cierta elegancia y la hacen rápidamente asociarla a un transporte VIP, “culpa” de ello son los detalles que adornan la carrocería, como los cristales tintados, la pintura metalizada, el frontal, dotado de faros de xenón con luz diurna de leds y faros antiniebla, así como líneas cromadas que desde los faros se unen al logotipo central u otras de aluminio satinado enmarcando la gran entrada de aire inferior. Unas bonitas llantas de aleación, de 17” y los pasos de rueda señalados en la propia carrocería, distinguen la visión lateral, mientras que la parte trasera esta dominada por una enorme luneta, que forma parte del gran portón, cuya apertura baja hasta más de la mitad del paragolpes, con lo que se facilitan las operaciones de carga y descarga del equipaje o utensilios de ocio y deporte. Los completos grupos ópticos verticales, completan visualmente esta conseguida parte posterior.

El interior esta completamente en línea con el aspecto exterior. El habitáculo es amplio en todos los sentidos y ofrece una enorme confortabilidad para los 8 pasajeros que lo ocuparían normalmente, con sus respectivos equipajes. El conductor y su acompañante tiene un acceso fácil a pesar de la notable altura en la que están situados los asientos delanteros, que por cierto son francamente confortables y sujetan bastante bien el cuerpo. Ante el conductor se ofrece un salpicadero parecido a de un turismo, pero con menos concesiones a la creatividad, ya que es sencillo y sobre todo muy práctico, pues, como ya hemos dicho, los mandos en general están muy al alcance de la mano y en zonas lógicas. Siguiendo la línea de sencillez, nos encontramos El cuadro es una pantalla digital en la que principalmente se reflejan los dos típicos grandes indicadores, para velocímetro y cuentavueltas, pero están acompañados por otras informaciones gráficas que los complementan, sobre todo los referidos a la gestión de la energía, sin olvidar los datos del ordenador, de la asistencia a la conducción o la información relacionada con la seguridad.

En el centro del salpicadero, encontramos la pantalla táctil multifunción escoltada por las salidas de aire centrales. Más abajo se inicia una consola “flotante” con interruptores auxiliares, el mando deslizante del cambio, los mandos del climatizador y la del modo de conducción. La guantera tiene buena capacidad y además las bolsas de las puertas son generosas, como también lo son otros huecos repartidos por todos los confines del coche y en cada fila de asientos. A la segunda fila se accede cómodamente, a través de las puertas correderas de gran tamaño y accionamiento de apertura y cierre eléctricos. En esta versión se dispone de tres confortables asientos individuales, que van montados sobre railes que permiten desplazarlos (20 centímetros como máximo) en dos partes, con una plaza y otra con dos y así adaptarlos a las necesidades de cada momento. Tras los respaldos de los dos asientos delanteros, existen unas redecillas portaobjetos y ambas mesitas plegables. Desde esta fila se pueden manejar las salidas y los ajustes del climatizador en los mandos situados en el techo e incluso se dispone de cortillas en las dos puertas.

El acceso a la tercera fila de asientos se realiza bastante bien, pues para hacerlo basta abatir de modo sencillo el respaldo del asiento extremo de la segunda fila e incluso desplazarlo hacia delante por el carril. La postura es igual para ambas filas, un poco erguida, pero lo suficientemente cómodas para emprender viajes de muchas horas, pues el techo queda lejos, las piernas se pueden mover fácilmente y la anchura permite alojar a tres personas sin problemas. Por su parte, el maletero, con las tres filas montadas, tiene una capacidad de 603 litros, con dos filas de 1.000 litros y ya con solo los dos asientos delanteros de 2.381 litros o sea casi como la furgoneta de la que deriva. Pero lo lógico en esa utilización que mencionábamos más atrás, es llevar montadas las tres filas o al menos dos. Hay que tener en cuenta que montar y desmontar los asientos requieren un cierto esfuerzo pues pesan lo suyo. En definitiva, un habitáculo sumamente amplio en el que pueden viajar cómodamente 8 personas en viajes largos.

Para conseguir ese estupendo nivel de comodidad, las suspensiones han sido muy bien elaboradas. Se dispone de McPherson delante, más barra estabilizadora y rueda tirada con brazos independientes detrás. Ambos sistemas se encargan de sujetar el coche perfectamente a pesar de su considerable volumen. En ciudad tenemos que tener en cuenta que tenemos casi cinco metros de longitud, por lo que debemos cuidar las maniobras cerradas por calles estrechas y calcular bien las distancias, aunque como hemos dicho es dócil en su utilización. En carretera el Proace se muestra muy “asentado”, es decir que transmite una gran seguridad y facilidad en la conducción, aumentado por un equipo de frenos a la altura del resto del coche, mostrándose siempre eficaces e insensibles a la pérdida de eficacia en una utilización profusa. El único inconveniente que encontramos en esta versión eléctrica, es, como hemos dicho, su corta autonomía que le limita mucho en los desplazamientos largos en los que podía dar de sí, esa comodidad y amplitud innata en él. En parte esta “pega” se suaviza con los programas y elementos de recarga que Toyota ofrece a los clientes de vehículos eléctricos.