Se constata que la industria española pierde peso: el total de la industria en el PIB español en el año 2000 era del 18,7%y en el 2018 del 16%; datos que se acentúan en el caso de la industria manufacturera, que ha pasado del 16,2% al 12,6% en el mismo periodo y su Valor Añadido Bruto (VAB) bajó del 17,8% en el año 2000 al 14% en 2018. id:50618
El
Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI) ha presentado en su sede su
III Barómetro Industrial, correspondiente a 2019, que en esta edición ha contado con la colaboración del
Consejo General de Economistas de España (CGE), cuyo Servicio de Estudios ha elaborado el informe
Una perspectiva económica de la situación de la industria en España, que se incluye en esta edición del Barómetro.
En la presentación han participado representantes de ambas organizaciones: Por parte del COGITI, su presidente, José Antonio Galdón, y la coordinadora del Barómetro, Mónica Ramírez; y por parte del CGE, su presidente, Valentín Pich, y el director de la Cátedra Economistas Contables del CGE, Salvador Marín. Todos ellos han coincidido en resaltar la oportunidad de esta presentación, dada la actual coyuntura de desaceleración económica mundial y de contracción del sector industrial, tanto en España como en el resto de Europa.
Como ha explicado el presidente del COGITI, José Antonio Galdón, el Barómetro Industrial del COGITI es un estudio sociológico en el que, a través de las respuestas ofrecidas por más de 3.000 Ingenieros Técnicos Industriales y Graduados en Ingeniería de la rama industrial de todos los ámbitos productivos y de toda la geografía española, se valora la situación actual del sector en España. El Barómetro –ha señalado Galdón– “tiene por objeto ofrecer datos relevantes y que sean de interés en la toma de decisiones, tanto para los representantes del ámbito público como para el sector privado”.
Tras esta introducción, Mónica Ramírez ha presentado los resultados de este Barómetro Industrial 2019, cuyas principales conclusiones se exponen a continuación:
BARÓMETRO INDUSTRIAL2019
- Situación actual de la industria en España y medidas de la Administración para desarrollar el sector
Con respecto a la situación de la industria en España, el 56,23% de los ingenieros se posiciona en un nivel intermedio (del resto, el 18,49% la consideran buena o muy buena y el 25,28%, mala o muy mala).
En cuanto a los incentivos a la industria promovidos por la Administración, la opinión de los ingenieros es, en líneas generales, negativa: más de la mitad, el 53,92%, marcó la opción de mala y muy mala; el 35,56% optó por la intermedia, y tan solo el 10,52% eligió la opción de buena y muy buena.
El Barómetro Industrial 2019 refleja también la valoración que realizan los trabajadores sobre la empresa donde trabajan: el 60,61% de los trabajadores por cuenta ajena describe la situación económica de la empresa donde trabajan como buena o muy buena. En el caso de los trabajadores por cuenta propia, el 33,04% la considera buena o muy buena, y el 54,39% la valora en un nivel intermedio. A los trabajadores autónomos se les preguntó también acerca de la previsión de contratación de personal en su empresa: para un 41,28% la previsión es mala o muy mala. Por su parte, el 33,04% se posiciona en un nivel intermedio, y el 25,68% considera que la previsión es buena y muy buena.
Según el presidente del COGITI, José Antonio Galdón, “estos resultados ponen de manifiesto cuatro aspectos: que la valoración de la situación actual del sector es neutra para la mayoría de los ingenieros; que existe un cierto descontento en lo que respecta a las medidas tomadas por la Administración para desarrollar y fomentar el sector industrial; que la situación económica de las empresas del sector continúa siendo buena, y que no existen grandes expectativas en cuanto a la contratación de más personal”. Ello parece indicar, según Galdón, “que los profesionales no han perdido la confianza en el sector, si bien son críticos con la labor de la Administración y empiezan a tener dudas sobre el crecimiento del empleo”.
En la encuesta del Barómetro Industrial se preguntaba si habían implantado o tenían previsto implantar actuaciones relacionadas con el nuevo modelo de Industria 4.0 en su empresa. En este aspecto, los ingenieros encuestados que son trabajadores por cuenta ajena manifiestan, a través de sus respuestas, que sigue siendo una asignatura pendiente, ya que tan solo un 22,60% ha dado una respuesta positiva (un 13,87% en el caso de los trabajadores por cuenta propia).
Para el 82% de los encuestados, el modelo educativo actual no fomenta las vocaciones técnico-científicas ni se adapta a las necesidades del sector.
Asimismo, se les ha preguntado sobre diversas cuestiones relacionadas con la transición energética en nuestro país. El 93% de ellos considera necesaria una transición hacia el uso de las fuentes renovables frente a los combustibles fósiles, aunque el 67% no cree en una España 100% renovable en un plazo de 30 años. De igual forma, se consideró que era importante preguntarles acerca de si consideran que el autoconsumo es una oportunidad de desarrollo industrial. El 88% de los ingenieros encuestados lo tiene claro y se muestran positivos frente a un 12% que se decanta por el no.
- Transformación digital y robotización de la industria española
Se les preguntó también acerca de la transformación digital y robotización de la industria española, con el fin de que valoraran en qué medida puede afectar a la desaparición de ciertos puestos de trabajo. El 53,32% de los ingenieros opinaron que es bastante o muy probable que desaparezcan, frente al 12,33% que consideró lo contrario.
A la pregunta de si cree que la actual guerra comercial USA-China afecta a la industria española, el 87% de los ingenieros encuestados ha respondido que sí, frente al 13% que opina que no. Entre los primeros, el 36% considera que afectará en gran medida y el 48% de forma media.
Tras la presentación de los resultados del Barómetro Industrial, han intervenido Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España, y Salvador Marín, director de la Cátedra Economistas Contables del CGE, quienes han resumido los principales aspectos recogidos en el informe titulado Una perspectiva económica de la situación de la industria en España, elaborado por el Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas, y que se incluye en esta edición del Barómetro.
INFORME CGE: UNA PERSPECTIVA ECONÓMICA DE LA SITUACIÓN DE LA INDUSTRIA EN ESPAÑA
El presidente del CGE, al hilo de los resultados del Barómetro Industrial del COGITI, ha recordado “que todas las cifras, estudios y diferentes realidades, nacionales e internacionales, nos ponen de manifiesto que tanto la recuperación económica como su posterior sostenimiento a largo plazo dependen de un sector industrial potente y sólido”. Así, ha puesto en valor que “la Comisión Europea (CE), a través del llamado “renacimiento industrial europeo”, tiene fijado como objetivo alcanzar el peso del 20% de la industria en el PIB para el año 2020, lo que requiere de, por un lado, un muy considerable aumento de la competitividad, y de otro, políticas públicas que favorezcan todo un ecosistema empresarial, educativo y de facilidad normativa en esa dirección”.
En el informe elaborado por el Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas se ha destacado que, en estos momentos, España es la quinta nación europea en cuanto a volumen de facturación del sector industrial, número de empresas y % sobre el total de unidades monetarias del VAB en el sector, pero conviene resaltar que, en este último registro, la distancia en porcentaje con tres de los países que le preceden es de prácticamente el doble y aún mayor con el que ocupa el primer lugar, “por lo que el dato nos señala el camino a seguir y un reto a conseguir como país”.
En este mismo sentido, el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, ha señalado que “los datos nos arrojan un titular claro, como es el que la industria española pierde peso: el total de la industria en el PIB español en el año 2000 era del 18,7% y en el 2018 el 16%”. Datos que, según Salvador Marín, se confirman y acentúan en el caso de una de las industrias de mayor peso en nuestra estructura como es la manufacturera, ya que “esta ha pasado del 16,2% al 12,6% en el mismo periodo señalado y su VAB bajó del 17,8% en el año 2000 al 14% en 2018; cifras que nos sitúan aún lejos del objetivo del 20% previsto por el Horizonte 2020”. Por eso, según los representantes del CGE, “se hace por tanto muy necesario tomar en consideración las opiniones vertidas desde este barómetro, por uno de los principales actores en su desarrollo, en el momento de articular políticas de apoyo, consolidación e impulso de la industria española”.
En relación a los datos recogidos en el informe que ponen en valor la aportación de la industria al buen desempeño de una economía, se han aportado un dato contundente: la industria aporta un empleo más estable que el resto de sectores, tal y como se desprende del análisis de los datos de empleo al final del segundo trimestre de 2019. Al analizar la jornada laboral, el porcentaje de jornadas completas supone el 95% sobre el total, frente al 85% registrado para el total de empleos de la economía nacional.
El informe también realiza un breve desglose de los datos industriales tanto a nivel global de las comunidades autónomas como sus específicas características a nivel individual. Salvador Marín ha indicado que “al analizar la contribución del PIB industrial al total de cada una de las Comunidades Autónomas, se observa que algunas de las mismas presentarían una contribución del total del sector industrial al PIB regional por encima de lo que se produce a nivel nacional (16%). No obstante, viéndolo con mayor detalle, se aprecia que 5 de las 17 Comunidades Autónomas presentan una contribución inferior a la registrada a nivel nacional, destacando –quizás por el peso del sector turístico– Baleares y Canarias que no superan el 7%. Por otra parte, 6 de las 17 Comunidades Autónomas presentan una contribución parecida a la nacional y únicamente 6 superan sensiblemente el porcentaje de contribución recogido por el conjunto de la economía nacional y además se encuentran por encima del umbral del 20% establecido por la Unión Europea como deseado”.
Al hilo de lo anterior, Salvador Marín indicó que “convendría también tener en cuenta la contribución del PIB de cada CCAA al PIB nacional y cruzar estos datos con los relativos al peso industrial. Si observamos las diversas tablas del estudio vemos que la aportación del PIB industrial de cada CCAA al PIB industrial nacional se acerca, en general, al peso que cada economía regional tiene en el PIB nacional, aunque con algunas oscilaciones en uno y otro sentido. Así, mientras que en Andalucía, Baleares, Canarias, Extremadura y Madrid es menor su aportación industrial al PIB industrial nacional que su peso en la economía nacional; en Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Murcia, Navarra, País Vasco y La Rioja sucede lo contrario.”
PROPUESTAS
El informe, una vez diagnosticada la situación, ofrece una serie de medidas que sus autores entienden que contribuirían de forma positiva al impulso del sector, siendo su hilo conductor principal actuar de forma consensuada y dentro de unpacto de estado global, para, a través de él, incidir sobre toda una serie de reformas estructurales que permitan a la industria española cumplir con el objetivo de la UE.
En opinión de los máximos representantes del COGITI y del CGE, José Antonio Galdón, y Valentín Pich, respectivamente, estas reformas se deberían centrar en “la especialización tecnológica, la apuesta clara y decidida por la industria 4.0, por impulsar una cada vez más necesaria unión fiscal en el ámbito de la UE y que esta esté en perfecta coordinación con una estrategia de política industrial”. Esta estrategia, ha afirmado el presidente de los economistas, Valentín Pich, debería contar “con decisiones estructurales y de largo recorrido, pensando más en el mañana que en el hoy, y en tres ámbitos muy decisivos que llevamos años sin resolver como son el ámbito energético, el logístico y el de las infraestructuras, pilares fundamentales y que son marcados como factores claves en el análisis de todas las zonas industriales de éxito”.
Junto a ese bloque de amplias reformas estructurales, el director de la Cátedra Economistas Contables del CGE, Salvador Marín, ha señalado que “España ni puede ni debe permitirse 17 modelos industriales diferentes e inconexos. Si realmente queremos alcanzar el 20% del PIB fijado hay que hacer, junto a las medidas estructurales señaladas, toda una reconversión estratégica industrial que potencie en cada CCAA aquello que en esa comunidad aporta mayor valor añadido, abriendo el mercado y mirando hacia el exterior–en clara contraposición a las guerras comerciales–, y todo ello dentro de un marco impulsor de propuestas, programas y acciones que favorezcan una real –que no teórica–unidad de mercado”. “Hace falta convertir la unidad de mercado en estructural de una vez por todas”, ha concluido Marín.
El cierre del acto ha corrido a cargo del presidente del COGITI, José Antonio Galdón. “Nosotros estamos haciendo todo lo que podemos –ha afirmado Galdón–, y además pensamos que España tiene todos los ingredientes para ser una potencia industrial (magníficos profesionales, buenas infraestructuras, y ya estamos demostrando ser muy competitivos en determinados sectores industriales como el de automoción, químico, naval, etc…), pero también consideramos que hace falta muchísimo más, y todo ello pasa por un gran Pacto de Estado que permita implementar una serie de medidas estructurales y de largo recorrido.
Entre ellas, Galdón ha destacado la necesidad de “una política energética estable que genere confianza en los inversores, y una energía barata que no sea un lastre para la competitividad de nuestros productos. A ello hay que unir el acceso al crédito para la mejora tecnológica de nuestras industrias (implantación 4.0) y la innovación de productos, y para emprender nuevos proyectos industriales, en especial para las pymes industriales”.
Otras necesidades que ha apuntado el presidente del COGITI hacen referencia a la armonización y homogeneización de las normativas autonómicas y locales, que proporcionen seguridad jurídica a los inversores, y que, por supuesto, no descuide la seguridad industrial como está ocurriendo en estos momentos; al fomento de la cultura industrial dentro del sistema educativo español, y esto precisamente no se consigue eliminando o reduciendo a la mínima expresión la materia de Tecnología en la nueva reforma educativa; a la consolidación y potenciación de los programas conjuntos de investigación y desarrollo entre las Universidades y pequeñas y medianas industrias, para que estas puedan tener acceso a la innovación que necesitan, y a la necesidad de seguir invirtiendo en las infraestructuras necesarias para la logística y distribución de nuestros productos.