Mientras que a los consumidores generalmente les disgusta la inflación porque erosiona el poder adquisitivo de sus ingresos, las empresas desean un nivel estable de inflación porque las inversiones realizadas a precios de hoy producen mayores beneficios y rendimientos en el futuro. A los gobiernos también les gusta una inflación baja y constante. Con la inflación, los préstamos a largo plazo del gobierno tienen que ser devueltos a un coste real más bajo y la renta real de una nación sigue aumentando mientras el empleo siga siendo alto, y la mejora de la productividad de los trabajadores supere sus mejoras salariales. Los precios de los activos, como las viviendas y las acciones siguen subiendo, lo que atrae a los inversores a la economía nacional. La idea es que la economía sigue creciendo y todos se benefician.
Entonces, ¿por qué los consumidores, las empresas, los gobiernos y los inversores están especialmente preocupados por las recientes noticias sobre la inflación? ¿Qué es diferente esta vez?
Por qué la inflación es tan alta ahora mismo
En primer lugar, a pesar de que la demanda de bienes y servicios ha alcanzado o incluso superado los niveles anteriores a la pandemia, la oferta no se ha puesto al día. Los problemas de la cadena de suministro relacionados con la crisis persisten y muchas mercancías permanecen atascadas en barcos o puertos. Los precios de los envíos, los fletes y los seguros se han disparado hasta multiplicar los niveles anteriores a la pandemia. La política china de cero Covid viene acompañada de cierres y clausuras de los centros de fabricación, y transporte más importantes del mundo. Muchas fábricas siguen cerradas o no han reanudado su actividad.
En segundo lugar, a estos factores se suma el ataque de Rusia a Ucrania y la posterior sanción de Occidente a los productos y el comercio rusos. Estos acontecimientos tienen efectos directos e indirectos que alimentan la inflación. Rusia sigue siendo un importante proveedor de petróleo, gas y carbón para las fábricas europeas. Ucrania y Rusia juntas son los mayores exportadores del mundo de cereales, piensos para el ganado y fertilizantes para los cultivos. La interrupción de estos suministros o, incluso, su reducción significativa, supone un revés para el buen funcionamiento de la cadena de suministro mundial. Aunque la guerra terminara mañana, es poco probable que las sanciones y los embargos comerciales se reviertan pronto y podrían tardar años en solucionarse.
Qué deben hacer las empresas con respecto a la inflación
En el caso español, sabemos por experiencia que la exportación ha sido lo que ha salvado en cierta medida las consecuencias económicas de la crisis provocada por la pandemia, por las anteriores crisis y esperamos que ahora lo vuelva a conseguir.
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