A muchos nos gustaría que la casa nos sirviera de oficina para no tener que gastar tiempo de desplazamiento a la oficina, transporte, gasolina o cualquier otra cosa. Pero la mayoría de las casas no son muy grandes como para permitirnos tener un despacho cómodo y bien equipado. Y generalmente hay que compartirla con la familia, los niños o las mascotas, que sin duda serán fuentes de distracción en nuestro trabajo.
Es muy frecuente que nuestra intención como freelance sea sentarnos en ese rincón del hogar en el que tenemos todos los papeles y el ordenador, preparado para funcionar. Nos hemos armado de paciencia y hemos hecho una agenda de trabajo en la que tenemos organizado todas las labores a realizar. Y relacionados todos esos clientes a los que hay que llamar, incluidas las reuniones en las que vamos a participar por videoconferencia.
Pero las cosas son como son, no como queremos que sean, y en parte por nuestra culpa y en otra parte por las circunstancias empiezan a surgir problemas.
El primer y más grave error que se puede cometer es levantarnos por la mañana y, a veces sin peinarnos y en pijama, tratar de empezar a trabajar. Eso no se puede hacer, los hábitos para ir al trabajo hay que mantenerlos aunque trabajemos en casa.
Bien, ya sabemos lo primero que no se debe hacer y no lo hacemos. Peinados, vestidos y desayunados nos vamos a nuestro espacio de trabajo. Estamos listos y comenzamos la jornada.
Pero, de repente suena el timbre de la puerta y nos damos cuenta de que no podemos decir que no a la vecina que viene a comentarnos el problema de la tubería general. Tampoco podemos obviar los gritos de nuestros hijos jugando o peleándose por los juguetes. O la llamada del cartero que trae una carta certificada del banco. En fin, que no es tan fácil trabajar desde casa.
Por eso el coworking tiene mucho sentido cuando buscamos un lugar de trabajo donde las ideas no se nos escapen por culpa de las distracciones que nos rodean.
Posibilidades del coworking
El coworking, que ya no es un palabro extraño para nadie, ofrece todas las posibilidades que un emprendedor necesita a la hora de encontrar un lugar de trabajo. No requiere más que lo que ofrece The Shed Coworking. Esta empresa proporciona un lugar fresco, que motiva a emprender, con despachos amplios, salas de reuniones, conexión WiFi, tranquilidad para que lo único que nos preocupe sea nuestro trabajo. Conseguimos tener privacidad para atender esa reunión que tanto nos preocupaba, que en nuestra casa era imposible de mantener y que tampoco nos convencía realizarla en una cafetería.
Los horarios de este espacio de coworking son muy flexibles y las tarifas asequibles. Teniendo en cuenta que la productividad en estos espacios es absoluta, las tarifas valen la pena.
Pero no se queda ahí la cosa. Este lugar también ayuda al networking. Conociendo a otras personas que están en nuestra misma situación de emprendimiento con las que podemos tomar un café e intercambiar ideas, conocimientos, experiencias y, seguramente, oportunidades de negocio.
Además, organizan eventos todos los meses y que pueden servir para poner en práctica cualquier actividad que nos resulte atractiva, cata de vinos, desayunos temáticos, cursos etc...
Por eso es fundamental salir de casa, ir hacia un lugar de trabajo sin ruidos, compartir tiempo con gente que está en nuestras mismas circunstancias y donde nos facilitan cualquier cosa que necesitemos para trabajar, en cualquier momento.