Internacional

Nicaragua, dentro se recupera el turismo y fuera crece la desinformación

Joaquín Ríus | Lunes 06 de agosto de 2018
El cese total de la violencia y el restablecimiento de la libre circulación de personas y mercancías a través de las carreteras de Nicaragua están haciendo posible la reactivación económica del país. Sin embargo, algunos medios informativos, tales como TVE, no colaboran con los esfuerzos por asentar la paz y la convivencia en Nicaragua con reportajes, cuando menos, poco neutrales.

Dentro de la actividad económica de Nicaragua, el sector turístico ha ido ganando cada vez más importancia. Durante la entrevista que me concedió Sidhartha Marín, asesor para Política y Asuntos Internacionales de la Presidencia de Nicaragua, en el curso de su visita a España hace algunas semanas, explicó los avances económicos y sociales que se han llevado a cabo durante la última década en Nicaragua.

Lo que más me sorprendió de su exposición fue que los datos en los que basaba la misma estaban sacados de fuentes oficiales internacionales, no de datos exclusivamente procedentes de su gobierno. Nicaragua ha sido considerado en los últimos tiempos el país más pacífico y seguro de toda Centroamérica. La inclusión social, el despliegue de infraestructuras, la mejora de las comunicaciones y la reducción de la pobreza han sido muy considerables.

Además de la exportación de materias primas, el turismo se convirtió en un pilar importante del crecimiento económico de Nicaragua. Un país prácticamente virgen en el que se puede desarrollar un turismo de calidad, apto para todos los púbicos -desde jóvenes con mochila y ganas de caminar, hasta personas que buscan lujo y servicio excelente-.

Nada más acabarse los dramáticos episodios de violencia que se han sufrido en Nicaragua hasta mediados del mes pasado, el gobierno del presidente Daniel Ortega ha querido recuperar la senda del crecimiento económico ya que, según afirma, “en el país se vive una confrontación en el ámbito político e ideológico, pero ha cesado al fin la violencia armada”.

Anasha Campbell, codirectora del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), aseguró que en las últimas semanas la actividad turística en el país ha retomado un considerable avance gracias al restablecimiento de la paz. “Es conocido que el sector turístico fue uno de los más afectados por la situación que se vivió desde el mes de abril, sin embargo, a partir de julio, la actividad turística se ha venido reactivando principalmente por el restablecimiento de la libre circulación a través de cada una de las carreteras del país, permitiendo al nicaragüense y al extranjero trasladarse a cada uno de los destinos y disfrutar de todas las actividades que se promueven desde Intur”, destacó en unas recientes declaraciones. “Los beneficios de la actividad turística llegan de manera directa a la población a través de los pequeños negocios turísticos. El turismo venía avanzando positivamente en el primer trimestre del año alcanzamos un crecimiento del 12,5% en términos de turistas en comparación con el primer trimestre de 2017. Logramos un 37,6 por ciento de crecimiento en cuanto a la generación de divisas, en los primeros tres meses del año logramos 256 millones de dólares, comparados con los 186 millones de dólares del año pasado. Aumentó el gasto promedio diario pasando de 44,9 al 45.7% en el primer trimestre”, explicó a continuación.

El gobierno nicaragüense, en colaboración con los empresarios del sector, ha planteado una enérgica campaña de promoción turística del país, dirigida especialmente a sus vecinos centroamericanos. El presidente del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), Leonardo Torres, señaló que este sector ha solicitado el apoyo del Gobierno para continuar avanzando en Nicaragua, ya que, en su opinión “tenemos que seguir impulsando el turismo, que ha sido el producto por excelencia que más ha generado divisas en este país. Una ventaja que tiene Nicaragua es que las pequeñas empresas fácilmente se adaptan a las situaciones de crisis, tienen una mayor resiliencia”.

Y como al gobierno nicaragüense no le falta el valor, también van a desplegar para el mercado norteamericano, campañas publicitarias a través de las plataformas virtuales, acciones con las líneas aéreas y proyecciones de la imagen del país en los cines.

La desinformación sigue

Todo empezó por una iniciativa del gobierno para modificar la Seguridad Social, que fue ampliamente rechazada por el sector empresarial. Esa iniciativa nunca llegó a entrar en vigor, ya que el gobierno la retiró. Lo normal es que no hubiera sucedido nada o, al menos, nada tan grave como lo que tuvimos que ver después.

Y empezó la guerra de noticias falsas, mentiras y manipulaciones. Dentro de esta cadena de despropósitos se han mezclado viejas rencillas políticas, entre los que un día fueron sandinistas y prefirieron abandonar el barco cuando Daniel Ortega no consiguió ganar las elecciones a las que se presentó en 1990, la intervención de mafias extranjeras -las maras salvadoreñas, que han debido ver en Nicaragua un territorio de fácil conquista- y la propia incapacidad de la oposición para explicar un proyecto alternativo al del actual gobierno.

Así, con un proyecto de ley que nunca entró en vigor, nos encontramos con gentes armadas que inician disturbios sangrientos. Y el gobierno ofrece a la Conferencia Episcopal Nicaragüense que oficie de mediador para restablecer la paz y acepta sus condiciones para iniciarlo. Durante el Diálogo, lo único que ha quedado claro es la exigencia por parte de la oposición de elecciones anticipadas. Nicaragua no es una dictadura, es una democracia con sus defectos y virtudes, al igual que la española, y Daniel Ortega es un presidente legítimo y que tendrá que volver a pasar por las urnas cuando toque. La posición de la Conferencia Episcopal ha sido lo habitual en una institución como la Iglesia -me refiero a su dimensión temporal y humana, de la otra carezco de conocimientos- que ha conseguido perpetuarse a lo largo de miles de años intentando, y las más de las veces consiguiendo, llevarse bien con todo el mundo, como, por ejemplo, manteniendo a unos curas o monjas a favor de la independencia de Cataluña y a otros en contra.

Y llegamos a lo que dio origen a este artículo. El sábado 4 de agosto, TVE emitió este programa. Cuando un programa como Informe Semanal, que ha recibido, con todo merecimiento, multitud de premios y galardones en base a su objetividad y profesionalidad, emite algo así es que la intoxicación mediática ya está llegando a niveles realmente preocupantes.

Ya que solo sacaron al Presidente Daniel Ortega durante un discurso y todo lo demás fueron muestras de las opiniones de los opositores, aderezado con la guinda de una entrevista al Embajador de España en Nicaragua, que tampoco estaba muy diplomático, me pregunto: ¿Tanto trabajo les hubiera costado darle 5 minutos al Embajador de Nicaragua en España para que explique la postura de su gobierno?

En mi opinión personal, que un medio de comunicación público español permita esta línea argumentativa, a todas luces desbalanceada, es para que, por lo menos, no le renueven el contrato al becario que preparó el reportaje.

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